Natural de Paraguay. Desde que la provincia de Montevideo se insurreccionó contra el poder español, a comienzos de 1811, Baltasar Ojeda se alistó en las filas de los patriotas, asistiendo a la batalla de Las Piedras, el 18 de mayo de aquel año, así como también al combate de El Cordón, en las afueras de Montevideo, el 4 de junio del mismo año, acción en la cual tuvieron descollante actuación los capitanes Baltasar Ojeda y Baltasar Vargas, al mando de compañías de Voluntarios de Caballería de la Patria, los que trabaron la pelea con la tropa realista situada en el camino de El Cordón. El enemigo debió retirarse vergonzosamente, como lo expresa el coronel Rondeau, jefe de las fuerzas sitiadoras, en su parte de aquella fecha. El 12 de agosto de 1811, el Gobierno de Buenos Aires confería a Ojeda el empleo de capitán de la 2ª Compañía del Regimiento Voluntarios de Caballería del Río Negro.
Se halló en el primer sitio de Montevideo hasta que fue levantado en octubre de aquel año, por el acuerdo ajustado con el general Elío.
Es sabido el aprecio que Artigas tenía por los indios. Petit Muñoz sostiene que es imposible que su abuela paterna doña Ignacia Javiera Carrasco, no le haya contado que su madre descendía de una auténtica princesa inca, Beatriz Tupac Yupanqui. Seguramente una célula de simpatía por el indio quedó depositada en el subconsciente del Artigas niño.
Tanto Baltasar Ojeda como su hermano Pancho, eran indios fuertes de bigotes ralos y cara anchas, rastreadores y baqueanos, conocedores de la tierra norteña como de sus propias manos, capaces de distinguir los campos por el olor de sus hierbas, quienes reclutan hombres para Artigas formando una compañía de Voluntarios de Tacuarembó.
El hecho más antiguo que se puede precisar sobre la participación de los indios en la revolución oriental, ocurrió en 1811. En efecto, dice el parte de la toma de Paysandú enviado por Ambrosio Carranza a Buenos Aires con fecha 9 de octubre: “Desde el arroyo de la Leche, continué mi marcha con indecible trabajo, por la escasez de caballadas, hasta el puesto de Benito Chain, adonde esperé reunirme con la división de Baltasar Ojeda, que vino el día 5 a las cuatro y media de la tarde, en cuya hora salimos en dirección a Paysandú. Reunido el día 8 con 28 charrúas al mando del Caciquillo Manuel Artigas y varios vecinos, avanzamos el pueblo, habiendo la división de Ojeda cercándolo por tres puntos en la parte opuesta y yo por el lado de la entrada real, con la segunda división”.
Posteriormente Ojeda se retiró con los orientales que acompañaron a Artigas y a la cantidad de familias que emigraron a Entre Ríos.
Cuando se estableció el segundo sitio de Montevideo, Ojeda figura entre las fuerzas de Artigas, mandando la 2ª División de Caballería, fuerte de 254 plazas. Cuando a fines de 1812 se rebeló Artigas contra la autoridad del general Sarratea, Ojeda fue uno de los que acompañaron al caudillo oriental.
Acompañó a Artigas en su lucha armada contra el gobierno de las Provincias Unidas, después de la toma de Montevideo por las armas independientes, mandando una de las divisiones artiguistas cuando el famoso caudillo, al frente de 2.000 hombres fue a situarse en Belén, sobre el río Uruguay, en los primeros meses de 1814.
Combatió contra los portugueses en la lucha que sostuvo Artigas para defender el territorio oriental de estos invasores.
Luego de la batalla de Guayabos, librada el 10 de enero de 1815 entre Artigas y las fuerzas al mando de Dorrego, aquél da la noticia de su triunfo en los siguientes términos:
“Señor don Baltasar Ojeda – 11 de enero de 1815 – Nuestra Victoria, Victoria, Victoria, Victoria sobre los de Buenos Aires en favor de los Orientales. El enemigo se nos aproximó en número de ochocientos hombres y fue derrotado completamente en la isla del arroyo de los Guayabos hasta el cerro del Arbolito. No se ven sino hombres muertos por el camino de su retirada, que fue una desordenada fuga. Los nuestros tuvieron algunos heridos y pocos muertos, quedando en nuestro poder todo el armamento, una pieza de artillería, todas las municiones, carruajes, caballadas y un sinnúmero de prisioneros. Puede ser que ahora Buenos Aires vea su desengaño. Puede usted regresar con su gente y las carretas a su cargo al punto que antes ocupaba. A su llegada me avisará, porque yo paso mañana con todo mi equipaje para mi cuartel general. La carta que le adjunto, sírvase remitirla a las carretas de Paysandú, que han de estar situadas en el paso de Mangrullo. – Páselo bien. Su afectísimo amigo. – José Artigas”.
Es muy probable que este mensaje no haya llegado a manos de Ojeda, ya que, según noticia que da el coronel José María González Echeandía en el “Diario de las ocurrencias del Cuartel General del Ejército de operaciones en la Provincia Oriental desde la salida de la Plaza de Montevideo en adelante”, en la anotación correspondiente al 4 de enero de 1815, dice que Baltasar Ojeda murió en un combate entre artiguistas y fuerzas directoriales al mando de Viamonte. Tal combate debe haber sido el del Rincón, que tuvo lugar el 14 de diciembre del año 1814.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Galasso, Norberto – Artigas y las masas populares en la revolución – Buenos Aires (2006).
Pereda, S. E. – Artigas – Página 281, Tomo III.
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Stagno Oberti, Rubens – Artigas y los indios
Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).
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