Pedro Antonio Pardo

Dr. Pedro Antonio Pardo (1829-1889)

Nació en la ciudad de Salta, el 17 de diciembre de 1829, siendo sus padres Camilo Pardo y María Josefa Saravia.  Estudió primeramente en el Cuzco y de vuelta a su provincia ingresó al Colegio de la Inmaculada.  Casi al cumplir sus 20 años de edad, se vio obligado a trasladarse a Buenos Aires, donde se vinculó mucho con su pariente, Carlos María Saravia.  Pardo inició en esta ciudad su carrera médica, consiguiendo graduarse en tan noble profesión en 1854.  Inmediatamente se trasladó a su provincia natal, donde dedicó todos sus afanes para lograr la fundación de instituciones nacionales y provinciales, muy abandonadas por entonces.

En 1858 fue elegido diputado a la Legislatura y en aquella época tomó con el Dr. José Evaristo Uriburu, la redacción del periódico “El Comercio”, donde trataron importantes problemas del momento.  Más tarde fue designado diputado al Congreso Federal reunido en Paraná, en representación de su provincia natal, siendo su actividad extraordinaria, destacando su recia personalidad.  Posteriormente fue presidente de la Municipalidad de Paraná, y presidió la comisión médica que prestó auxilio a los damnificados por el terremoto de Mendoza, en marzo de 1861, y a su regreso, después de desempeñar tan noble tarea, fue designado cirujano del hospital militar de la cárcel entrerriana.

En 1865 fue encargado por el Gobierno Nacional para organizar y dirigir el Hospital Militar, para asistir a los heridos de la guerra el Paraguay.  Cumplida esta noble y patriótica tarea, el Dr. Pardo fue nombrado catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires, en reemplazo del Dr. Francisco Javier Muñiz, cátedra que ejerció por espacio de 20 años, siendo una verdadera legión los alumnos suyos que brillaron posteriormente en su profesión, entre los que cabe mencionar a: Luis Güemes, Emilio Coni, José María Ramos Mejía, Juan Ramón Fernández, Pedro Lagleyze, Adolfo Valdez, José María Caballero, Sidney Tamayo, Eliseo Cantón, Penna y muchísimos otros.

Con motivo de la terrible epidemia de fiebre amarilla que se abatió sobre Buenos Aires en marzo-abril-mayo de 1871, este insigne médico prestó servicios eminentes al país, poniendo toda su inteligencia, toda su férrea voluntad y toda su nobleza para combatir el terrible flagelo.  Por nombramiento de la Sociedad de Beneficencia, se hizo cargo de las salas de San Ramón y Santo Tomás, del Hospital de Mujeres, y fue entonces que ideó los planos del actual Hospital Rivadavia, siendo nombrado presidente de la comisión constructora.  Allí fue trasladada la maternidad, pudiendo apreciarse en la realización de los propósitos del Dr. Pardo, las ventajas de sus sabias ideas.

En 1873 fue designado miembro de la Academia de Medicina, fundada por Rivadavia, cargo que desempeñó por muchos años.  Al ocupar el Dr. Nicolás Avellaneda la suprema magistratura del Estado, nombró al doctor Pardo Ministro de Relaciones Exteriores en momentos de verdaderas dificultades para la Nación.  Poco tiempo ejerció tan elevado cargo, renunciando a mediados del año siguiente, pero no sin dar cuenta antes al Congreso de la forma como había desarrollado su labor ministerial.  El presidente de la República aceptó su renuncia en términos muy honrosos para el Dr. Pardo.  A pesar de su alejamiento oficial, continuó siendo hombre de consejo en los momentos graves que debió afrontar aquel presidente en su gobierno.

Durante la presidencia del general Roca, Pardo fundó el Departamento Nacional de Higiene, desempeñando el cargo de primer presidente.  En 1887 fue autor del primer Código Sanitario que hubo en el país, que fue aprobado en el 1er Congreso Médico de aquel año, ante el cual el doctor Pardo fue delegado por Buenos Aires y del que fue elegido primer presidente.

En febrero de 1884 fue designado decano de la Facultad de Medicina.  Fue también fundador de la Maternidad para la Escuela de Parteras que llevó su nombre, ideando los planos de acuerdo al sistema de pabellones a lo Tainier, que era el más adelantado de la época.

En 1887 el gobierno nacional le nombró enviado extraordinario y ministro plenipotenciario cerca del emperador de Austria-Hungría, siendo también designado para representar a la República en el 6º Congreso Internacional de Higiene celebrado en Viena.  Un año después pasó con igual cargo ante la Corte de Portugal, siendo nombrado por la Universidad de Buenos Aires para que la represente en el 8º centenario de la Universidad de Bolonia.

Falleció en la ciudad de Lisboa el 5 de febrero de 1889, completamente abatido por la nostalgia que le causaba el ver llegar su próximo fin lejos de su querida Patria, a la que prestó tan eminentes servicios.

El Dr. Pardo había formado su hogar con Encarnación Ormaechea, hija de José de Ormaechea y de María Agueda de Torres.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

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Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).

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