Rancho de Rosas

En otros tiempos, la arquitectura típica en la frontera con el río Salado, era un simple rancho.  Samuel Haigh (1) los describe así: “… pequeño y cuadrado, con pocos postes de sostén y varillas de mimbre entretejidas, revocadas con barro y protegidos por cueros.  El techo de paja y juncos…”

 

Carlos Mayo (2) expresa: “… con su forma cuadrangular y techo a dos aguas, de procedencia española, no había un tipo homogéneo de rancho.  Se construía con paredes de palo a pique o bien con kepes, con simple tierra apisonada…  En su interior, según Félix de Azara, podía encontrarse un cuerno para beber, una chocolatera para calentar agua y el lecho formado por cuatro palos amarrados a cuatro estacas y un cuero de vaca por encima.  Otras fuentes hablan de un mobiliario algo más elaborado aunque siempre escaso y miserable, registrando la presencia de catres, alguna mesa pequeña y un par de sillas baratas.  Los colchones que menciona Rosas, en sus célebres instrucciones a sus mayordomos de estancias de la frontera, era una verdadera rareza”.

El “Rancho de Rosas” no es una vivienda más.  Fue el epicentro de la vida de Don Juan Manuel de Rosas en su estancia “Los Cerrillos”.

 

Desde ella no sólo gestionaba la estancia, sino también fue el lugar desde donde pergeñó su proyecto político, el cual después de dificultosas circunstancias lo llevará al poder en dos oportunidades, 1829 y 1835.

Actualmente es la única pertenencia de Rosas que quedó en pie y fue construido hacia 1817.  Con posterioridad perteneció por más de un siglo a la familia Bemberg, propietaria de “Los Cerrillos”, hasta 1987, año en que fue trasladado hasta su emplazamiento actual.

 

Esta fue una tarea que demandó dos meses de intensa labor y en la que trabajaron arquitectos, ingenieros, técnicos y un equipo de operarios, se procedió a extraer de cuajo el rancho, asentado en la estancia.

Las tareas comenzaron el 1 de octubre de 1987 y culminaron el día 31 de diciembre del mismo año.

Debajo de las paredes del rancho se construyeron tres vigas de concreto de 25 metros de largo y 8 cruzadas de 8 metros de ancho por 0,6 metros de alto.  Se usó para trasladar esta estructura un carretón de 120 ruedas con suspensión individual. 

 

La ruta que recorrió fue de 25 Km. por tierra, desde la Estancia hasta la Ruta 41 y luego los restantes 45 Km. sobre asfalto por esa ruta hasta Monte.  Para la elevación del rancho al carretón se utilizaron criques hidráulicos manejados por computadora.  El total de personas que realizaron la tarea fue de 60 y presenciaron las mismas cuarenta arquitectos con el fin de adquirir experiencia, ya que fue el primer traslado que se realizó en Sudamérica de una construcción hecha de adobe.  Los gastos del traslado fueron afrontados por la familia Bemberg.

El rancho, con 30 metros de largo y 6 de ancho, construido con materiales del lugar, es una muestra de sencillez y austeridad.  Posee una planta rectangular con estructura de troncos de palmera de 15 cm de diámetro expuestos en forma vertical y horizontal.  Sirven de sostén al adobe que conforma las paredes de 40 cm de espesor.

Es interesante destacar la construcción del techo con caña de tacuara y palmeras atadas por tientos de potro.  Cubierto exteriormente con esparto y la interior con espadaña que da solidez al armazón.

Una técnica de la frontera… el adobe

Se macera la tierra con agua en un período prolongado de tiempo que varía desde pocos días hasta un mes.  Para ello se realiza un pisadero con caballos, tratando de que el mismo siempre tenga agua.

La estructura se resuelve con palos hincados en el suelo, para lo que se utiliza madera dura, posteriormente se une la estructura con alambres o tientos a modo de hilado, de los cuales se colgarán los chorizos.

Los chorizos se confeccionan con manojos de pasto esparto, bien embebidos en el barro.  Luego se cuelgan de la hilada por la parte media de su longitud, de modo que los extremos cuelguen, y se retuercen entre si y montan y abrazan a la hilada inferior, cuyos extremos se entierran en el piso.  Las paredes laterales se llaman costaneras y las que conforman el triángulo, mojinetes.

Se completa la técnica con revoques con barro y trozos de paja.  El revoque se realiza tirando la mezcla con la mano y utilizando la misma a modo de fratacho.

Uno de  los ranchos más comunes es el realizado con espadaña y los pisos de tierra apisonada… todo un arte de nuestra pampa.

El Rancho de Rosas se halla ubicado actualmente en la intersección de las calles Soler y Belgrano, frente a la Plaza España, en San Miguel del Monte.  Puede visitarse los fines de semana y feriados.

Referencias

(1) Samuel Haigh – Viaje a Chile durante la guerra de la independencia – Imprenta Universitaria – Santiago (1917).

(2) Mayo, Carlos – La frontera: cotidianeidad, vida privada e identidad – Ed. Taurus, Buenos Aires (1999).

Fuente

Dirección de Cultura y Educación, Municipalidad de San Miguel del Monte.

Retrivi, M. A. & Vonz, Carlos – El Rancho de Rosas

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