Nació en Maranzona, cerca de Acqui (Piamonte), el 23 de abril de 1852. Desde pequeño ingresó como alumno aspirante en la Academia Naval de Nápoles, de donde egresó guardiamarina el 25 de setiembre de 1872. Embarcado en el “Governolo” visitó entre los años de 1873 y 1874, Singapur, China y Japón. Después formó parte de los estados mayores de las naves: “María Adelaida”, “Caracciolo” y “Doria”, con los grados sucesivos de subteniente y teniente. Con el ingeniero Giordano hizo más tarde una exploración a Borneo y luego a Filipinas. A bordo del “Washington” participó en la campaña hidrográfica para el relevamiento de las costas de Sicilia y Calabria.
En 1878, el gobierno sueco, a instancias del comendador Cristóbal Negri, presidente de la Sociedad Geográfica Italiana y geógrafo insigne, consintió en que un oficial de la Marina Italiana se incorporara a la expedición ártica de Otto Nordenskjöldm y Bove se embarcó después de haber triunfado en un concurso de catorce participantes, abierto para elegir el que debía gozar tal privilegio. La nave de la expedición se llama “Vega” y partió de Karlskrone el 26 de junio de ese año; el joven oficial italiano fue el autor de la carta general de navegación de Tromsö a Yokohama, así como de otras parciales, y de la estación de invierno de la Vega, que duró 294 días en las costas de Siberia. Bove efectuó allí hermosas colecciones de organismos marinos y de objetos de interés etnográfico para los museos italianos y suecos.
Su regreso a Italia fue triunfal; y se saludó en él, el resurgimiento de la vieja tradición marina de los italianos. Dio en Roma una conferencia en el teatro “Alhambra”, en febrero de 1880, sobre los resultados del viaje ártico, y en el mismo acto expuso su proyecto de exploración a los mares y tierras antárticas, hecho en colaboración con el comendador Negri. Sus informes de aquel viaje, dirigidos a la Sociedad Geográfica y al Ministerio de Marina son documentos de suma importancia para los conocimientos geográficos de aquella época, y lo fueron los viajes posteriores.
Bove realizó el afortunado viaje polar ártico del barón Nordenskjöld y Pallander (1878-79), que halló el famoso paso del nordeste, que tanto preocupaba a los geógrafos.
El teniente Bove partió de Génova el 3 de setiembre de 1881 para realizar la expedición a las tierras australes, con el ánimo deprimido, pues no había conseguido de su patria todo el apoyo que esperaba; había hecho un viaje previo a nuestro país a fines de abril, para convenir en Buenos Aires los preliminares de la expedición. En 1881, llegó a la Argentina precedido de justa fama, para realizar la tan ansiada expedición a las tierras y mares australes en el “Cabo de Hornos”, puesto bajo el mando del bravo comandante Luis Piedrabuena, y con el patrocinio del Instituto Geográfico Argentino que financió el viaje en representación del gobierno nacional. Además del teniente Bove, jefe científico de la expedición, y de Carlos Spegazzini, botánico y representante de la Universidad de Buenos Aires, participaron en el viaje los hombres de ciencia doctores Domingo Lovisato (geólogo), Decio Vinciguerra (zoólogo) y el teniente Juan Roncagli (geógrafo), secretario de Bove y dibujante de la Comisión.
La expedición partió de Buenos Aires, el 18 de diciembre de 1881, dirigiéndose primeramente a la Isla de los Estados, y después al Estrecho de Magallanes. Luego la expedición se fraccionó, pasando Bove con Spegazzini y Lovisato, a la goleta “San José” con la que pudieron navegar por los difíciles y angostos canales fueguinos alcanzando el Canal de Beagle, pero naufragando después de luchas inenarrables en la Bahía Slogget, el 31 de mayo de 1882. En razón de esos viajes, estableció los derechos de la soberanía argentina en la Antártida. Más tarde fueron recogidos por el cúter de las Misiones Inglesas “Allen Gardiner”, a bordo del cual regresaron a Punta Arenas, haciendo escala en Ushuaia.
Exploraron además, las costas del norte de Tierra del Fuego, alcanzando Río Gallegos, y por fin, Santa Cruz donde se encontraba el teniente Roncagli y la “Cabo de Hornos”, que condujo a los expedicionarios de regreso a Buenos Aires, desembarcando el 1º de setiembre de 1882.
Los resultados de la expedición Bove fueron expuestos en Buenos Aires, en acto público patrocinado por el Instituto Geográfico que se realizó el 27 de setiembre de 1882, presidido por el doctor Estanislao S. Zeballos, y dedicado al doctor Ladislao Netto, director del Museo Nacional de Río de Janeiro.
En 1883, Bove exploró el territorio de Misiones, remontando el Alto Paraná hasta el Salto de Guayra; partió de Buenos Aires, el 20 de setiembre, y regresó a principios del año siguiente; fue su compañera de viaje, la señora Luisa Bruzzone, viuda del príncipe Iaworka. Con cartas, artículos en los diarios y un libro magníficamente ilustrado “Note di un viaggio nelle Misione ed Alto Paraná”, que apareció en 1885, Bove realizó una intensa propaganda para la colonización de aquel territorio con inmigración italiana, no teniendo mayor éxito en sus gestiones.
De regreso a Italia fue encargado por el gobierno, a fines de 1885, de una misión al río Congo y sus territorios adyacentes, acompañado por el profesor Strassano y el capitán Fabrello, llegando el 18 de enero de 1886, a las bocas del gran río. Italia debe a la información proporcionada por Bove, el no haberse embarcado en costosa empresa de conquista de aquellas tierras africanas.
El 1º de enero de 1887, dimitió Bove su grado de capitán ante el ministro de Marina, y casi inmediatamente, fue encargado de la Dirección General de la Compañía de Navegación “La Veloce”, especialmente en lo que se refería al fomento de la línea al Río de la Plata. Mas, en su viaje al Congo había contraído una enfermedad nerviosa que lo atormentaba y perturbaba grandemente su función digestiva con todas sus consecuencias, y no pudiendo sobrellevar tanto sufrimiento, a pesar de las tentativas de cura, puso fin a su vida, en Verona, el 9 de agosto de 1887, a los 35 años de edad.
Bove amaba a nuestro país, estaba profundamente convencido de que la prosperidad argentina era un bien para Italia, y que en ninguna región de la tierra el obrero italiano podía hallar tantas condiciones favorables para el trabajo como la que brindábamos. En este sentido, realizó una activa propaganda e instó a su amigo Edmundo De Amicis, para que visitara estas tierras y escribiera sobre ellas. Bove fue muy querido por cuantos le conocieron. Tenía un físico atrayente y un carácter afable y bondadoso; era simultáneamente, un hombre de mundo y un hombre de ciencia.
El general Julio A. Roca, presidente de la república entre los años 1880-86, lo distinguió mucho y lo ayudó en sus empresas, y lo mismo hicieron el general Mitre y el Dr. Guillermo Rawson. Un monte y un glaciar de aquellas lejanas regiones perpetúa su memoria.
Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1985).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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Scarrone, Maria Teresa – Curadora del museo y presidenta de la asociación “Giacomo Bove & Maranzana”.
Sergi, Jorge F. – Historia de los Italianos en la Argentina, Buenos Aires (1940).
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