Este típico plato fue creado por el coronel Artemio Gramajo, ayudante del general Julio Argentino Roca, quien lo conoció en 1867 cuando su Regimiento, el 7º de Infantería, actuaba en la provincia de Tucumán. Desde ese momento se transformó en su amigo y compañero de toda la vida.
Existen dos versiones acerca del origen de este famoso plato. Una de ellas se sitúa en los prolegómenos de una batalla ocurrida en 1879, en que Roca solicitó a su ayudante la preparación de una comida. Inmediatamente Gramajo tomó unas papas, las peló y las cortó finamente junto con unas cebollas y trozos de jamón, poniendo todo en una olla de hierro enmantecada. Al cabo de unos minutos le agregó huevos batidos. En medio de los cañonazos Roca le preguntó acerca del nombre de dicha comida, a lo que Gramajo respondió: “mi revuelto general”. El general respondió: ¿revuelto Gramajo?
La otra versión es de 1880, en el Club del Progreso, del cual Gramajo era socio. Allí pasaba horas jugando al truco. Una tarde Artemio fue hasta la cocina, tomó unas papas, cebolla, jamón y huevos y preparó su tradicional plato convidando a sus ocasionales compañeros de juego. Fue en este momento cuando su plato adquirió notoriedad. El dibujante gallego José María Cao Luaces hizo la caricatura de Artemio Granajo, la que se publicó en “Caras y Caretas” del 19 de octubre de 1901. Al pie de la caricatura de Cao, dice:
“Es Gramajo de Roca el ayudante
y además un glotón de mucho aguante
Vale decir que nuestro presentado
ayuda al Presidente … y al mercado”
Cuenta Félix Luna que era costumbre del amigo del general Roca desayunar todos los días mezclando huevos fritos, papas fritas, trocitos de jamón y de cebolla. En “Soy Roca, Félix Luna relata así, algunos aspectos del personaje en cuestión:
“Amigo en la buena y en la mala fortuna, discreto, servicial, afectuoso, caballeresco, valiente, bromista, glotón y amarrete con los pesos. Durante mi primera Presidencia lo nombré Edecán lo siguió siendo toda la vida con nombramiento o sin nombramiento. Pasará a la historia por esto y por nuestra perdurable amistad, que lo convirtió durante décadas en mi “alter ego”, pero también por haber inventado el Revuelto que lleva su nombre y se ha transformado en un plato corriente en los restaurantes de Buenos Aires.”
Este militar santiagueño, nacido en 1838, conoció al prócer desde muy joven y lo acompañó en las buenas y en las malas. Personaje de reconocida bonhomía, grandote y fortachón, de buen paladar y resistente estómago, usaba los grandes bigotes de estilo en su época. Más que por sus méritos militares como coronel, su apellido pasó a la posteridad por darle nombre a la típica comida “revuelto gramajo”. Falleció en Buenos Aires el 11 de enero de 1914.
Ingredientes
- Papas negras, 1/2 kg
- Aceite de girasol, cantidad necesaria
- Cebolla, 1
- Jamón cocido, 100 g
- Huevos, 4
- Manteca, 50 g
- Sal y pimienta, a gusto
Preparación
- Pelar las papas y cortarlas en bastones chicos.
- Poner las papas en remojo en agua fría, para que eliminen el almidón, durante 1 hora.
- Secar muy bien las papas con un lienzo.
- Calentar abundante aceite en una sartén profunda.
- Cuando el aceite esté caliente incorporar las papas de a poco, para no enfriar la fritura.
- Dejar cocer y dorar las papas, y retirar.
- Pelar y picar finamente la cebolla.
- Picar groseramente el jamón.
- Batir ligeramente los huevos.
- En una sartén calentar la manteca, saltear allí la cebolla hasta que transparente.
- Incorporar el jamón cocido, las papas fritas y los huevos.
- Revolver el revuelto gramajo hasta que los huevos estén cocidos, pero sin secarse.
- Retirar y servir.
Fuente
Luna, Felix – Soy Roca – Ed. Sudamericana, Buenos Aires (1989)
Portal www.revisionistas.com.ar
Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar