En el año 1816 Eliphalet Remington se propuso fabricar un arma mejor que las que por entonces se vendían, y para ello debió hacer uso de la herrería de su padre, en Ilion Gulch, New York. Para el otoño de ese mismo año participó en un torneo de tiro con su primer fusil a chispa fabricado artesanalmente, donde pese a haber salido segundo, su arma tuvo un éxito increíble. Inmediatamente muchos de los competidores comenzaron a encargarle la fabricación de fusiles y cañones para los mismos, y fue de esta manera que Eliphalet se inició en el negocio de las armas.
Tras la muerte de su padre en 1828 se traslada a las proximidades del Canal Erie, Nueva York, donde parte de la empresa se halla actualmente.
En 1845 John Griffiths de Cincinnati, no pudo cumplir un contrato con el gobierno de 5.000 rifles de percusión modelo Mississippi 1841 en calibre 58 con cañón de 33”, cosa que sí aprovecha Eliphalet, e incorpora a su hijo Philo cambiando su denominación comercial a E. Remington & Son. Muy conforme con su cumplimiento, el gobierno premió a Remington con un segundo contrato de 7.500 rifles más. Al mismo tiempo entre 1846 y 1847 firmaron un contrato con la Marina para fabricar carabinas de percusión de sistema breech-loading Jenks, de las que se fabricaron aprox. 1.000 unidades. En 1852 se incorporaron a la empresa sus otros dos hijos, Samuel y Eliphalet III, cambiando su nombre a E. Remington & Sons. El 12 de agosto de 1861 fallece Eliphalet Remington, a la edad de 67 años.
En 1863 se empieza a fabricar un arma que sin lugar a dudas marcó un hito dentro de la historia armamentística, no solo en los Estados Unidos de N. A., si no también en el resto del mundo. Este rifle Remington fue encargado por el Departamento de Guerra de los EE.UU. y fue conocido también con el nombre de “Zouave”. Su llegada a manos del Ejército del Norte fue tardía, así como enigmática es su participación en los campos de batalla, hay quienes sostienen que la mayoría de estas armas quedaron almacenadas en los arsenales y nunca llegaron a manos de los soldados, al menos durante los años de guerra. En cualquier caso esta considerada como la mejor arma de ordenanza a percusión de todos los tiempos, tanto por sus acabados muy cuidados, más propios de un arma civil que militar, como por su extrema precisión superando con creces a sus contemporáneos, los “sprinfield” y los “enfield”.
En abril de 1866 se comienzan a producir las carabinas con el revolucionario sistema “Rolling Block”, basado en un cierre de block volcable que permitía un rápido acceso a la recámara tanto para su carga como para su descarga, en el mismo se encontraba ubicada su aguja percutora, y su martillo fijado con un eje central que en su posición de montado permite la apertura del block, y al momento del disparo obturaba a este totalmente, convirtiendo a dicha acción en una de las mas fuertes de la época. Simple y robusta, con capacidad de disparar cualquier munición, le esperaba un futuro más que brillante.
En 1867 se presentó el Remington Rolling Block en la famosa Exposición de París, donde fue galardonado con la medalla de plata como arma deportiva y militar. A partir de ese momento se recibieron pedidos de fusiles provenientes de ejércitos de todo el mundo, incluyendo Sudamérica.
Modelo Argentino o Remington Patria
Se trata de un fusil monotiro de retrocarga, adoptado por nuestro Ejército a partir del año 1879, conocido en el mundo de las armas antiguas como: “Modelo Argentino o Remington Patria”. En la década del 1870 comienzan a ingresar en forma desordenada, distintas armas de retrocargas, por lo general de manufactura Norteamericana, Spencer, Sharps, Merrill, y obviamente el Remington 1866/71 y el 74 que se usó hasta la adopción del modelo 1879, que de alguna manera comenzó a unificar el armamento y munición de nuestro Parque de Artillería, pues luego llegó el Mauser 1891; el 1909, etc..
El Remington, de gran presencia en nuestras tropas en su versión de fusil de infantería o carabina de caballería, tiene un gran dilema, pues no se sabe a ciencia cierta quién fue el introductor del mismo, hay opiniones encontradas, parte de la biblioteca se lo atribuye al presidente de la Nación D. F. Sarmiento, a quien le fue ofrecido por una firma norteamericana; inclusive se dice que él mismo había participado en las pruebas de la nueva arma; sin embargo otros opinan que fue el general entrerriano Ricardo López Jordán. Lo cierto es que antes de la compra oficial realizada por nuestro país en 1872, esta marca tenia presencia en nuestras filas militares, pero no hay documentos fidedignos que avalen una u otra postura. Los 75.000 Remington que se compraron entre la fecha de su aparición y 1896 revolucionaron el combate en estas tierras, haciendo desaparecer el antiguo fusil a chispa o de pistón ya que podía practicar tiro a tiro 6 disparos por minuto a 1.000 metros de distancia. Su alcance eficaz estaba dentro de los 300 metros, pero esa distancia alcanzaba y sobraba para deshacer las cargas del enemigo.
Fue utilizado en la Campaña al Desierto encabezada por el General Roca para la unificación geoestratégica final del territorio nacional. Su calibre era el “.43 Spanish”, un tiro de gran poder de vaina abotellada.
Sin embargo, desde el punto de vista del soldado de primera línea, ésa no fue una buena compra. Porque cualquier tirador hubiera preferido el Winchester calibre 44 muy en boga por ese entonces en los Estados Unidos, el cual, al par que poseía una mayor velocidad de fuego, permitía con un rápido golpe de manivela volver a tirar contra un enemigo que hubiese llegado a menos de un metro de distancia.
Ello no era posible con el Remington, que debía ser manipulado de tal forma que no permitía usarlo en un entrevero. Y tan es así que la conocida frase “se le fue al huno” comenzó a ser usada en estos tiempos. Si el disparo no había hecho impacto en el blanco, el tirador ya sabía que el problema no sería solucionado a tiros y también sabía que su contrincante aparecería, lanza o cuchillo en mano, a través de la enorme nube de humo que esa pólvora negra causaba al deflagrar, buscando matarlo.
La experiencia recogida en los años siguientes hizo notar que después del último disparo y con el enemigo a tres metros lo mejor era arrojarlo lejos y tirar de la espada.
Pero pese a estas notorias limitaciones el Remington hizo sentir de inmediato su presencia y el número de bajas enemigas en la lucha contra el indio se vio aumentado muy sensiblemente. La entrada en funcionamiento del telégrafo y los Remington fueron los elementos técnicos fundamentales que transformaron radicalmente la estrategia bélica secular contra los aborígenes.
Nuestras tropas también lo utilizaron a principios del 1900 en los conflictos territoriales que mantuvimos con Chile.
El Modelo 1879, primer fusil oficial del Ejército, no se mantuvo en servicio por mucho tiempo ya que fue reemplazado por el fusil Máuser 1891.
Remington Patria de esgrima
Un modelo muy curioso de nuestro Remington modelo 1879 es el conocido como “Modelo de Esgrima”. Este consistía en un rifle al se le quitaba el mecanismo (bloque de cierre y martillo) y se le agregaba un aditamento consistente en un tubo con un embolo terminado en una bola acolchada cubierta de cuero. Este embolo esta empujado por un resorte dentro del tubo. El cañón del rifle estaba totalmente envuelto en alambre estañado. Su función era la del entrenamiento en el combate con bayoneta, junto con una pechera especial de cuero.
Fuente
Colección Rossatto – Ayacucho, Pcia. de Buenos Aires.
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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Remington Arms Company, Inc
Scunio, Alberto D. H. – Del Río IV al Line Leuvú – Círculo Militar, Buenos Aires (1880)
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