El último guerrero de la Independencia

Felipe Díaz

La muerte del centenario fue muerte sin agonía ni estertores.  Suavemente exhaló el último suspiro entregando su alma al Creador, y cuando su nieta Isabel Díaz de Thompson, entró en la habitación del anciano, de donde había salido momentos antes para prepararle una taza de té con leche, encontró su cadáver.

Felipe Díaz, que falleció a la edad de 136 años, según cálculo aproximado, llevaba una vida retirada, viviendo casi en la miseria y olvidado de todos.  Nuestro compañero Bartolomé Mitre y Vedia, que a su ingenio no común unía un gran corazón, descubrió, esta es la palabra, al viejo soldado, y supo mover, contando su historia y sus vicisitudes, la piedad y el patriotismo de todos.  Una pequeña pensión permitió al modesto actor de la epopeya patria, concluir el resto de sus días sin tribulaciones ni escaseces.

La última vez que Felipe Díaz salió a la calle, fue el día 24 de mayo, y desde esa fecha tuvo que meterse en el lecho, que ya no debía abandonar más.

Al entierro del veterano asistió un numeroso público, que quería rendir el postrimer tributo al último guerrero de la Independencia, presidiendo el duelo el ministro de la guerra, coronel Pablo Riccheri.

Los restos de viejo guerrero fueron depositados en el panteón militar, siendo despedidos con sentidas palabras por el doctor Eulogio Fernández, médico de Sanidad Militar, coronel Smith, señor Mario Gorostarzu, una de las personas que más influyeron para mejorar la suerte de Felipe Díaz, y Rev. Morris.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado

Revista Caras y Caretas, Año IV, Nº 144, 6 de Julio de 1901

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