Si un botero incumplidor no hubiera frustrado el desembarco en Montevideo, José de San Martín no hubiera terminado en Buenos Aires donde otra decisión vuelve a encaminar los acontecimientos en el sentido que conocemos. Y más todavía, cuando vuelve a Montevideo le hacen una oferta que, esa sí, hubiera tenido fuerte incidencia en la historia rioplatense. ¿Que estas versiones no se ajustan a la versión oficial? Y bueno, todo es siempre felizmente opinable. Sólo resta aceptar la que más encaje en vuestras pretensiones de cómo debe haber sido la historia… o elaborar otra más.
Y un poco más: si los argentinos hubiésemos aceptado la opinión que San Martín tenía de Lavalle, los cinematógrafos de Buenos Aires hubiesen estado en otra calle.
Los protagonistas de esta historia son un botero de apellido Sánchez y el Gral. José de San Martín. El botero “se olvidó” de ir a buscarlo por segunda vez, ya que la primera fue con un bote chico y no entraba con sus bártulos y su criado (el peruano Eusebio Soto). En tales circunstancias solicitó un bote más grande que nunca llegó. Para los argentinos José de San Martín es el Padre de la Patria, para los uruguayos un prócer olvidado, aunque no más que otros vernáculos, pese a que sin él la historia americana hubiese sido otra. Venía del puerto de Falmouth (Inglaterra) a bordo del navío inglés HMP Countess of Chichester con destino a Montevideo, las circunstancias le obligaron a continuar hacia Buenos Aires, contra su voluntad, ya que el capitán (James) no tenía tiempo para esperar el regreso de su botero.
Los hechos
La historia oficial dice que su destino era Buenos Aires, la realidad muestra que no, se dice que su viaje obedecía a fines patrióticos y hoy después de leer este artículo sabrán que tampoco. Se dice que salió de Buenos Aires al divisar conmovido, que estaba desgarrada por la anarquía y los odios políticos (era cierto), pero al parecer fue impedido su desembarco por el gobierno argentino y puesto a bordo del bergantín de guerra General Rondeau, directamente desde el Countess of Chichester, navío que retornó a Montevideo, 15 días después.
La historia oficial
En febrero de 1829, San Martín regresó al Río de la Plata; encontró a Buenos Aires sufriendo las consecuencias de la revolución de Juan Lavalle y del fusilamiento del coronel Manuel Dorrego (13 de diciembre de 1818). No quiso desembarcar; aún a bordo, lo visitaron varios ex oficiales del cuerpo de Granaderos a Caballo, como Juan Lavalle y Manuel de Olazábal, y Antonio Alvarez Condarco, entre otros. Convencido de que el conflicto civil en la Argentina sólo podía resolverse mediante un prolongado derramamiento de sangre y de que él no podría nunca ponerse al frente de semejante lucha, en la que participarían veteranos del ejército de los Andes en ambos bandos, San Martín regresó a Europa sin pisar territorio argentino, deteniéndose primero por unos meses en Montevideo.
La otra historia
Después de dejar a su hija Mercedes en Bruselas, el Gral. José de San Martín resuelve hacer un viaje a Aix-la-Chapelle (Aachen, Alemania) para aliviarse la artritis con las aguas sulfurosas de las termas. Más tarde continúa el viaje a Marsella, luego a Lille, Tolón y nuevamente a Marsella desde donde retorna a París por la ruta de Nimes. Esta travesía hoy equivale a 2.200 kilómetros. Parte del invierno de 1828 lo ocupa en recorrer Francia. Después prepara su famoso viaje de retorno al Río de la Plata. Los días previos a la partida estuvo alojado en la casa de un general inglés Lord MacDuff, Conde de Fife en Cantebury. De ahí a Falmauth. En 1806, el hermano de MacDuff,de nombre Alexander Duff, había comandado el 88 Regimiento, Connaught Rangers y fue quien ordenó la columna central en el ataque a Buenos Aires, por parte de los ingleses.
El motivo del viaje al Río de la Plata
El motivo de su viaje tal vez haya que buscarlo dentro de las contingencias económicas: “libro poder en Montevideo a fin de nombrar administrador de sus propiedades en Mendoza y Buenos Aires, así como para que demande y cobre de las arcas del Estado, la pensión que el soberano congreso señaló a mi hija doña Mercedes de San Martín” (San Martín, su correspondencia 1823-1850, Museo Histórico Nacional).
Carta a Pedro Advincola desde Bruselas, 3 de agosto de 1826: “Tengo dicho a usted que por pretexto alguno haga gastos en la hacienda y sostenga con sus productos hasta el año 1828, que sin falta estaré de regreso en ésa. Ya dije a usted en mis anteriores, que mandaré un inventario de todo lo que existe en la hacienda de mi hermano Manuel.
Carta de San Martín a Guillermo Millar (Museo Mitre, Buenos Aires), Bruselas, abril 19 (ó 9) de 1827: “Señor general Don Guillermo Miller (William Miller), parte de la misma (abajo) en la que no figura la PD donde dice: “Mi mayordomo en Mendoza se me escribe, quedaba en la agonía; si su muerte se verifica tendré necesariamente que pasas a América en este año para no abandonar mis intereses”.
El 21 de noviembre de 1828 partió hacia el Río de la Plata bajo el nombre de José Matorras; el por qué nadie lo sabe. El martes 5 de febrero el HMP “Countess of Chichester”, supuestamente mitad a vapor y vela (al parecer era sólo a vela) llega a Montevideo, fondea a una legua del puerto a la una de la madrugada.
Carta de San Martín al Gral. Tomás Guido explicándole el motivo por el cual no desembarcó en Montevideo: “Llegamos a la una de la mañana; a las cinco desembarcó el capitán más dos pasajeros, a uno de ellos le encargué un bote para desembarcar con mi criado y equipaje. El español Sánchez, a quien le había hecho el pedido, me remite uno tan pequeño que no podía caber mi equipaje, pago a los marineros y le encargo otro más grande. El capitán del paquete (James) regresa y le suplico suspenda dar la vela hasta tanto regrese el bote. Al final el capitán me hizo presente que habiendo aguardado una hora la era imposible hacerlo por mas tiempo y mucho más habida cuenta que el navío Ganges estaba en la zona cuyo comandante le podía hacer un fuerte cargo, por lo que no tuve más remedio de seguir hacia Buenos Aires (Archivo General de la Nación).
Arribo a Buenos Aires
San Martín resolvió no desembarcar y solicitó desde a bordo el pasaporte para regresar a Montevideo. Conocida la noticia los políticos empezaron a discutir con desconfianza sobre el misterioso viaje. Muchos viejos amigos que habrían desearlo verlo, prefirieron mantenerse a la expectativa, sólo unos pocos lo visitaron, Tomás Guido, luego el coronel Manuel de Olazábal y el mayor Alvarez Condarco. Así lo comunicaba la Gazeta (martes 10 de febrero de 1819): “De acuerdo a noticias aparecidas en el periódico “La Gaceta Mercantil” del martes 10 de febrero de 1829, ayer a la una de la mañana zarpó de las balizas interiores el bergantín de guerra General Rondeau y a las dos de la tarde recibió a su bordo al Gral. San Martín que se hallaba a bordo del Condesa de Chichester para conducirlo a Montevideo.
El navío Chichester pasó 18 días en Buenos Aires y partió el 24 del mismo mes para Montevideo.
¿Cuál fue el motivo por el que se trasladó en un navío de guerra? ¿San Martín habría decidido desembarcar impidiéndoselo el gobierno? En ese período estaba al mando el comandante Antonio Toll y Bernadet, el bergantín estaba destinado a las fuerzas que abandonaban la provincia de Montevideo rumbo a Buenos Aires y a los prisioneros y desterrados de esta capital a Colonia, Montevideo y la Patagonia.
Carta del capitán Ghautier a bordo de L’Arethuse al almirante Roussin jefe de la escuadra francesa anclada en aguas de Brasil, Montevideo, 22 de febrero de 1819: “Le General San Martin vient d’ariver sur cette rade et s’est presenté devant Buenos Aires pour y débarquer, le Gouvernement n’a pas voulu le recevoir; il lui a envoyé des passeports pour Montevideo oú il est arrivé escorté par un brick de guerre da Buenos Aires”.
Cabe mencionar que la casi mayoría de la prensa porteña, instrumento y vehículo de sus amigos y también de sus adversarios políticos, lo trató a San Martín en forma desconsiderada e inmerecida, presumiendo que el general se habría decidido por el apoyo a la tendencia adversaria. Es indudable que ambos quisieron lograr su concurso para prestigiarse y decidir el triunfo de sus propias tendencias, viéndose amargamente sorprendidos por una decisión muy por encima de sus humanas ambiciones y absolutamente fuera de sus cálculos.
Arribó a Montevideo el 12 o 14 de febrero de 1819 (8 días después de haber llegado por primera vez). Balcarce, Martínez, Iriarte y Manuel Aguirre llegan a Montevideo el 10 de marzo a bordo de la goleta argentina “Federico Feliz” habiendo sido escoltados en su viaje por el bergantín de guerra General Rondeau. El 4 de abril de 1829 partió del cuartel general de Lavalle en Saladillo (provincia de Buenos Aires) una misión integrada por el coronel Eduardo Trole y Juan Andrés Gelly. La misión Trole despertó curiosidad e inquietud en todos los sectores de Buenos Aires y Montevideo. Los emisarios se presentaron ante San Martín el 12 de abril conjuntamente con el coronel Manuel de Escalada. Según el Libertador, el objeto de Lavalle era “que yo me encargase del mando del ejército y provincia de Buenos Aires y transase con las demás provincias”. Agregó: “Sería un loco si me mezclase con estos calaveras. Entre ellos hay alguno, y Lavalle es uno de ellos, a quien no he fusilado de lástima cuando estaban a mis órdenes en Chile y Perú… son muchachos sin juicio, hombres desalmados…”.
Trole marchó de inmediato a Buenos Aires donde llegó el 22 de abril llevando la respuesta desfavorable; ante el fracaso Lavalle ordenó a Gelly que se retirara y al hacerlo “salude en mi nombre al General San Martín”. Pese a ello Gelly no retornó a Buenos Aires hasta la partida de San Martín. El 9 de abril de 1819 consigue su pasaporte extendido con la firma del Gobernador Provisorio del Estado de Montevideo, general Rondeau.
La salida de Montevideo se vio demorada por más de un mes debido al retraso del paquete inglés “SMB Lady Wellington” (de 196 Tn.). El 22 de mayo de 1829 efectivos franceses a órdenes del vizconde Venancourt, comandante de las Fuerzas Navales de Francia en el Río de la Plata, se apoderan de los bergantines General Rondeau, Belgrano, Balcarce y las goletas 11 de Junio y República e incendian una sexta nave.
En Montevideo paró en el café y pensión de Carreras, situado en la Plaza Matriz (Sarandí entre Ituzaingó y Juan Carlos Gómez) y a los pocos días se traslada a la casa de Francisco Ramón Antonio Vidal, padre de Francisco Vidal (presidente de Uruguay entre 1880 y 1882). Don Francisco de Olarte, hace la siguiente referencia: “En busca de un presidente neutro, entre las tendencias políticas cada vez más separadas de Lavalleja y Rivera, éstos le plantearon la posibilidad de que fuera candidato a la primera presidencia del Uruguay independiente, posibilidad que rechazó. El 1º de mayo, presenció desde los balcones la entrada del Gobierno uruguayo a la ciudad, y se trasladó al Fuerte, invitado especialmente a las ceremonias. Dos meses y 20 días después de su arribo a Montevideo regresa a Falmouth en el paquete (barco correo) SMB Lady Wellington.
Comentario de San Martín a Guido (Montevideo, Marzo 18 de 1829) en relación a esta historia: Dejemos que cada uno glose este pasaje de mi vida a su antojo”.
Fuente
Boletín Histórico – Estado Mayor General del Ejército, Montevideo (1951)
Diario El País – Montevideo, Uruguay
Documentos del archivo de San Martín – Archivo General de la Nación.
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Miller, Johm – Memorias del General Miller, Ed. Emece, Buenos Aires (1997)
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