Tomada desde un punto de vista histórico, la Resbalosa o Refalosa Federal resulta un género musical folklórico popularizado durante el régimen de Juan Manuel de Rosas, espacio de tiempo en el que alcanzó fama, gracia y no poco temor entre los unitarios. Su estudio por parte de los amantes de las cosas nuestras concitó algunas controversias, dado que la Resbalosa, si bien conocida como una música de claras reminiscencias federales, también era hija de la campaña, paisaje en el que no siempre estaba emparentada a situaciones políticas coyunturales.
Fijación geográfica y musical
Ha sido la Resbalosa un baile de pareja suelta e independiente, característica que la transforma en pariente de otros géneros tales como el Gato, el Marote, la Firmeza, el Escondido, la Mariquita, el Triunfo, el Tunante, el Palito, la Patria y la Zamacueca. También se ven conexiones en las letras de una Resbalosa con las que se corresponden a la Zamba, el Gauchito, la Media Caña (otro sonido federal), los Aires y La Firmeza.
Fue bailado el género en distintas partes de la república, no únicamente en la provincia de Buenos Aires. Por ejemplo, en Santiago del Estero, donde alcanzó cierta popularidad, la Resbalosa fue reconocida bajo el nombre aborigen Simin Sinchi (que quiere decir “boca dura”). En la provincia de La Rioja también se lo bailó, lo mismo en La Pampa y Cuyo, donde fue reconocida bajo el denominativo de Refalosa Pampeana y Refalosa Cuyana, respectivamente. Por su parentesco con la Zamacueca, también el género de la Resbalosa tuvo ramificaciones por Chile y por Perú en las primeras décadas del siglo XIX. Dada la antigüedad del baile, estamos ante el caso de uno histórico, no vigente.
Entre copla y copla, la Resbalosa intercalaba un Escobillado que podía ser simple o doble, para los varones, y acompañado con taconeos, por las damas. Como el mismo nombre lo indica, la figura del Escobillado aparenta el estar ‘barriendo’ o ‘pasándole la escoba’ al suelo, similitud que se grafica cuando la pareja arrastra los pies. A propósito, la coreógrafa Beatriz Durante anota que la Refalosa “Se baila con paso básico y paso arrastrado, posición de brazos y de zarandeo, en los desplazamientos con paso arrastrado”, además, de que el baile siempre se inicia con el pie izquierdo.
Para 1905, don Andrés Chazarreta rescató del olvido una letra de Refalosa Federal proveniente de Santiago del Estero, que se dividía en dos partes, ninguna de las cuales hacían alusión a las ejecuciones de los mazorqueros.
En todos los casos, la Resbalosa quedó catalogada como danza criolla de letras picarescas, y en cuanto a las acepciones de la palabra ‘resbalar’, el glosario gauchesco se anotó con unas cuantas. Tito Saubidet en su estupendo Vocabulario y Refranero Criollo (1958), advierte que “refalao” quería significar “robado”, y que “refalar” y “refalarse” debían entenderse como la acción de “resbalar” y “resbalarse”. En cambio, apunta que ‘refalosa’ era “un baile antiguo”, pero sin especificar variaciones de ningún tipo o clase. La clasificación que le han dado los tradicionalistas es la de baile de primera generación, mote con que se conocen a una serie de géneros folklóricos nacidos y desarrollados entre los siglos XVII, XVIII y XIX.
Hallamos algunas coplas pícaras en diversas Resbalosas compiladas por los estudiosos del folklore argentino. En la transcripta por Chazarreta en 1905, se lee: “Su amor me ha puesto, señora/ más amarillo que el huevo,/ más amarillo que el huevo/ ¡Ay, ayitay, resbalosa!”, y en otros versos, dice: “Gauchita linda,/ gauchito fiero;/ bata prendida,/ gaucho ligero”. Y al dar por entendida una jornada plena de criollo idilio o romance, unas coplas descubiertas en 1938 por Draghi Lucero y Rodríguez, rezan: “Refalosa me has pedido,/ Refalosa te hi de dar…/ Refalosa a medio día,/ ¡Refalosa de cenar!”.
Por último, agregamos que el escritor y poeta Estanislao del Campo esgrime en unos versos camperos insertos en su trabajo Fausto, que ‘refalar’ era sinónimo de “robar”: “Y para colmo, cuñao,/ de toda esta desventura,/ el puñal, de la cintura,/ me lo habían refalao”.
La Mazorca
La etapa más notoria y popular de este género de nuestro folklore es, sin lugar a dudas, la que lo emparenta a la época de Rosas y, dentro de ella, a la relación que consolidó junto a los integrantes de la Mazorca (O Más Horca), el brazo armado de la Sociedad Popular Restauradora creada por Encarnación Ezcurra en 1833/34. De todas formas, esta música fue netamente popular no solamente entre aquéllos sino, también, entre los estratos donde habitaba el mulato de aquellos tiempos.
El estudioso Justo P. Sáenz (hijo) recogió una curiosa Zamba-Refalosa de Buenos Aires cuyas estrofas así decían:
Mirá gaucho salvajón (1)
y no pierdas las esperanzas
de hacerte saber qué cosa
es tin-tín y Refalosa.
Ahora te diré lo qu’es
escuchá y no te asustes
que para vos es el canto
más triste que Viernes Santo.
Refalosa, Refalosa
no te vas a refalar,
porque viene la Mazorca
y te puede degollar.
Ahí viene titío
dejalo venir,
yo soy argentino,
no temo al morir.
Refalosa, Refalosa
Refalosa ya llegó
Venía buscando a un salvaje
pero a ninguno encontró.
Allí va la bala
allí va la flor,
que las manda Rosas
para el vencedor.
Allí va la rosa,
allí va el jazmín,
y a los unitarios
violón y violín.
Refalosa, Refalosa,
no te vas a refalar
porque viene la Mazorca
y te puede degollar.
La relación entre la Resbalosa y el régimen de la Federación se acota a los degüellos practicados por la Mazorca contra los salvajes unitarios, y la parte graciosa o pícara se correspondería a los ‘resbalones’ –o caídas- que podían llegar a ocasionar los charcos de sangre en el suelo, pues existía la creencia de que luego de una ejecución los federales se ponían a practicar esta danza con alborozo y jocosidad.
El degüello, a su vez, no se hacía con cualquier clase de cuchillo o facón, sino, más bien, con uno de pequeñas dimensiones y lo suficientemente curvado como para deslizarlo con facilidad “de oreja a oreja” sobre el cuello del infeliz. La hoja tenía doble filo pero era su lado cóncavo el empleado para llevar a cabo el macho ritual.
En lo que a mí respecta, tuve la dicha de observar y fotografiar uno de esos cuchillos de refalosa en la localidad bonaerense de Baradero, pieza que formaba parte de la colección particular de un amigo que lo halló cerca de Vuelta de Obligado. Por la oxidación que presenta el elemento más la explicación que me brindó su dueño, es probable que corresponda al período de la Guerra del Paraná (1845-1846).
Al igual que la Media Caña o el Minué Montonero, el crepúsculo que sobrevino a la caída de Rosas en 1852 significó también el irremediable final de la Refalosa. Queda, no obstante, el recuerdo de su baile, de las vestimentas de quienes lo ejecutan y el cuchillo viril de los gauchos federales.
Por Gabriel O. Turone
Referencia
(1) Por salvajón se refería a un gaucho unitario.
Bibliografía:
Assunçao, Fernando O., Fernández Latour de Botas, Olga y Durante, Beatriz. “Bailes Criollos Rioplatenses”, Editorial Claridad, 2011.
“Atlas de la cultura tradicional argentina”, Dirección de Publicaciones de la Secretaría Parlamentaria del Honorable Senado de la Nación, Buenos Aires, Argentina, Agosto de 1988.
Coluccio, Félix. “Diccionario Folklórico Argentino”, Librería “El Ateneo” Editorial, 1950.
Portal – revisionistas.com.ar
Saubidet, Tito. “Vocabulario y Refranero Criollo”, Editorial Guillermo Kraft Ltda., Buenos Aires, 1958.
• Refalosa Federal – Atilio Reynoso (video)
• La Resbalosa (video)
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