Convento de la Orden Mercedaria, que a partir de 1834 fue el asiento de la Sociedad de Beneficencia de Buenos Aires, se halla situado en la calle Reconquista 269. En su época este edificio era el mejor y el más grande con que contaban los mercedarios, y ocupaba la manzana limitada por las actuales calles Reconquista, 25 de Mayo, Sarmiento y Tte. Gral. Juan Domingo Perón.
En 1589 llegaron al país los padres mercedarios, ellos permutan a los dominicos unas tierras que Juan de Garay en su acta fundacional les había otorgado. Aunque se desconoce la fecha exacta de la fundación, se sabe que en 1603 estos religiosos construyeron una modestísima casa y que ya en 1641 la Orden contaba con un establecimiento con mayores comodidades. En un informe enviado al gobierno, el 17 de noviembre de 1821, el Padre Presidente del Convento de Nuestra Señora de la Merced dice: “No existe en el archivo del Convento documento alguno que acredite el tiempo en que fue fundada esta casa; sólo se sabe que ya existía el 18 de abril de 1641”.
Tampoco quedaron datos respecto al constructor del primitivo edificio, atribuyéndose al padre jesuita Andrés Blanqui la reconstrucción de la casa.
Esta afirmación se funda en el hecho de que en el año 1727 el padre Blanqui dirigía las obras de la iglesia de la Merced, siendo probable que se hubiera encargado de la construcción del Convento.
La archicofradía del Rosario de Nuestra Señora de la Merced, se crea en el convento en 1732. La misma se constituyó para que “no decaiga el Santo Rosario el cual acostumbra salir los domingos a la noche para cuya decencia se han de llevar los faroles… y para alivio de las almas; entrañable devoción a Nuestra Señora de la Merced y culto del Santísimo Rosario”.
El edificio, que en los primeros tiempos tenía dos pisos con un amplio patio central, rodeado de cuatro galerías y claustros de bóveda, construido con ladrillos que formaban gruesos murallones, se compone en la actualidad de planta baja y dos pisos con las habitaciones al frente. Su arquitectura es sumamente sencilla y la cornisa que se encuentra sobre el primer piso revela claramente que el segundo fue agregado con posterioridad. Al entrar en el edificio se pasa a un patio y luego a un largo jardín. A un costado de éste se encuentran seis habitaciones protegidas por una amplia galería de bóveda y macizas columnas. Finalmente, se hallan en el fondo algunas habitaciones más pequeñas y otras dependencias.
El antiguo monasterio, que en el siglo XVIII había albergado a setenta religiosos, permaneció en poder de los mercedarios hasta la reforma eclesiástica propugnada en 1822 por Bernardino Rivadavia, ministro en ese entonces del gobernador Martín Rodríguez.
La primera ley dictada suprimiendo la Orden está fechada el 13 de diciembre de 1821 y fue completada por otra del 21 de diciembre de 1822. La fecha precisa de la partida de los mercedarios y la entrega del edificio al gobierno se desconoce, pero de acuerdo con las crónicas de la época debió efectuarse a principios de 1824.
Fundada la Sociedad de Beneficencia por decreto firmado el 2 de enero de 1823, por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, general Martín Rodríguez, solicitaron sus autoridades en 1833 al gobierno les cediera el local del ex monasterio para instalar en el mismo el Colegio de Huérfanas, que estaba a su cuidado.
El entonces gobernador, general Juan José Viamonte, accedió al pedido, y el 2 de diciembre de 1833 firmó el decreto respectivo, que fue refrendado por el ministro Manuel José García.
Para las instalaciones y refacciones del local se puso “a disposición de la Sociedad la suma de cuatro mil pesos e igual cantidad en materiales y útiles, sin perjuicio de otros auxilios que se proporcionarían a tiempo”.
De esta época datan las principales transformaciones que experimentó el edificio, destinándose también entonces la galería y habitaciones que quedarían al servicio del templo de La Merced y del señor cura.
El 10 de julio de 1834 el Colegio de Huérfanas se instaló, en el antiguo convento, pero cuatro años más tarde Juan Manuel de Rosas dio un decreto negándole toda ayuda oficial. Las damas de la Sociedad lograron mantener la benemérita obra a costa de grandes sacrificios, hasta que en marzo de 1852 el gobierno del general Urquiza reimplantó la ayuda y protección al Colegio.
Un año más tarde concurrían al establecimiento 115 alumnas, de las cuales 81 eran externas. En la Memoria presentada por Buenos Aires en 1854 se decía con respecto a la construcción: “Las obras últimamente practicadas han embellecido el extenso edificio del Colegio, habiéndose revocado todos los patios y comenzado a cultivar el jardín, cuyos árboles frutales y plantas aromáticas ofrecerán una vista pintoresca y recreativa…”.
En 1864, como el edificio se hacía estrecho para contener a doscientas setenta alumnas, fue ampliado y refaccionado. Cuarenta años más tarde, en 1904, el Colegio se trasladó a la Casa de Expósitos, quedando el local habilitado, casi en su totalidad para la Sociedad de Beneficencia, pues hasta 1907 funcionó una escuela para sordomudas que se había instalado quince años antes.
En 1948 al pasar por Ley Nº 13.341 la Sociedad de Beneficencia a integrar la Dirección Nacional de Asistencia Social, se dispuso que en el antiguo local de la calle Reconquista se instalaran las dependencias de esta repartición pública.
Declarado Monumento Histórico por Decreto Nº 9.532 del 14 de agosto el 1957.
El 31 de agosto de 1965 el edificio fue devuelto por el Estado Nacional, justamente en el día de la fiesta de San Ramón Nonato.
A partir de ese momento funcionó allí la Universidad Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires”, por treinta años. Actualmente el claustro principal, que da al Norte, está ocupado por las oficinas de la Curia Provincial Mercedaria y las salas del Oeste, están destinadas a la realización de distintos eventos: talleres, Teatro del Convento, ciclos de video, conferencias, presentación de libros, conciertos, charlas, actividades culturales y visitas guiadas.
En el patio interno del convento se encuentra la Capilla, allí se llevan a cabo las celebraciones a San Ramón Nonato, bendición de las embarazadas y el rezo del rosario.
El convento es sede de la Biblioteca Central Mercedaria, de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina y de Acción Mercedaria, departamento encargado de las actividades de la Pastoral Social.
Ultimamente también se ha creado el Paseo del Convento Grande de San Ramón Nonato, un oasis de verde en medio del Microcentro porteño; las galerías del convento se han transformado en pequeños locales de antigüedades o artesanías, restaurantes y bares. En el piso superior funciona el Teatro El Convento.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Vigil, Carlos – Los monumentos y lugares históricos de la Argentina – Ed. Atlántida, Buenos Aires (1959).
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