Cura Malal

Cura Malal, Pcia. de Buenos Aires

El lugar donde estableció su campamento la primera conscripción argentina se encuentra ubicado en las sierras de Cura Malal, próximo a la localidad de Pigüé.

El 23 de noviembre de 1895 el Congreso Nacional sancionó la ley número 3.318, que establecía la formación del Ejército de la República. Promulgada esta ley, se llamó bajo las armas a los ciudadanos nacidos en el año 1875 y con ellos se formaron las primeras legiones disciplinadas de soldados, con lo que se abolió para siempre el antiguo sistema de enganches.

En el cuartel del Regimiento 11 de Infantería, situado en las calles Pichincha y Garay, se realizó la concentración de los ciudadanos llamados al servicio de la Patria. El 15 de abril de 1896 los entusiastas jóvenes, llevando cada uno sus respectivos equipos, marcharon hasta la estación Sola, de Barracas, desde donde se embarcaron en trenes especialmente preparados. Después de un viaje que duró casi veinte horas los conscriptos llegaron a Pigüé y desde allí continuaron a pie hasta el campamento. Las carpas blancas que sirvieron de refugio a la tropa se habían instalado en las faldas de las sierras y en esas soledades ofrecían un aspecto tan original que se las conocía con el nombre de “ciudad blanca”.

La primera conscripción argentina estaba formada por 7.648 hombres, al mando del general de división Luis María Campos. Los conscriptos, que permanecieron en el campamento hasta el mes de julio, recibieron una intensa preparación militar y merced al tesón que pusieron lograron convertirse rápidamente de reclutas en aguerridos soldados.

Algunos de los jóvenes enrolados dejaron interesantes crónicas de la vida en el campamento. Uno de ellos, el doctor Horacio Beccar Varela, en los artículos que publicaba en “El Diario”, expresaba: “Las carpas son para cuatro personas y nos han destinado una para cada tres personas. En los momentos de descanso, que son los menos, nos pasamos el tiempo acostados en las colchonetas, no tan mullidas como el colchón que mamá quería que trajese. Esto es una Siberia: sopla todo el día un viento que nos hiela los huesos”. “Por la noche el campamento ofrecía –dice el mismo cronista- un curioso aspecto. Cada carpa puede contarse porque en ella brilla una luz desde que entra la noche hasta la retreta, y si de día el campamento es la ciudad blanca, de noche es la ciudad roja, pero no con luces radiantes e insolentes que hacen huir a las tinieblas, sino con las luces tenues que son las características de los hogares modestos y tranquilos, porque el campamento es el gran hogar de la familia militar”.

Para celebrar dignamente el Día de la Patria -25 de Mayo de 1896- el general Luis María Campos preparó una gran revista militar, para que el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Alberto Capdevila, y su comitiva tuviesen la oportunidad de apreciar el grado de instrucción de los soldados. “Ese 25 de Mayo -narra otro cronista conscripto- hubo dianas saludando a un sol que debió haber salido. Pero con sol o sin él, la alegría de todos fue extraordinaria. A pesar del intenso frío que reinaba y del pésimo tiempo, el general pasó revista, quedando admirado por el adelanto de la preparación militar obtenida en tan corto tiempo”.

Una vez finalizado el período de adiestramiento la división regresó a Buenos Aires y el 14 de julio de 1896 desfiló en medio de los vítores de la población, ante el doctor José Evaristo Uriburu, entonces presidente de la República.

Con el propósito de conmemorar la primera conscripción el vecindario de Pigüé levantó en el sitio donde había estado emplazada la carpa del comando de la división Buenos Aires un obelisco macizo, construido con piedras procedentes del mismo lugar. Este monumento fue obra del arquitecto Luis María Campos, descendiente del general que comandó aquella etapa inicial del nuevo ejército de ciudadanos soldados.

El 15 de abril de 1937, al pie del monumento, se realizó una emotiva ceremonia recordando aquel hecho histórico, en la que estuvieron presentes muchos de los antiguos conscriptos. En el acto usaron de la palabra el doctor Luis María Campos Urquiza, hijo del general Luis María Campos; la señora Sara Pueyrredón de López, presidenta de la Comisión de Homenaje, y el general Nicolás C. Accame, en representación del ministro de Guerra. También ofició una misa de campaña el vicario general del ejército, monseñor Andrés Calcagno, y se colocó en la base del monumento una urna con los restos el soldado desconocido.

Cura Malal –en araucano corral de piedra- fue declarado lugar histórico el 1º de marzo de 1951 por Decreto Nº 4.314.

Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Vigil, Carlos – Los monumentos y lugares históricos de la Argentina. Editorial Atlántida, Buenos Aires (1959).

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