Martín Isidoro de Santa Coloma nació en Buenos Aires el 3 de enero de 1800, siendo sus padres Juan Antonio de Santa Coloma y Solla, natural de La Campa, provincia de Alava, España; y Ana María de Lezica y de la Torre Tagle. Se presentó el 18 de junio de 1824 manifestando deseos de seguir la carrera de las armas, pidiendo ser destinado a un cuerpo de línea. El 3 de setiembre de ese mismo año se le extendieron despachos de porta-estandarte del Regimiento de Blandengues, destacado en la Frontera con los indios.
El 26 de agosto de 1825 fue promovido a teniente 2º de su regimiento, destacado en Lobos; cuerpo que poco después tomó el nombre de Nº 6 de Caballería de Línea, al reorganizarse el Ejército Nacional. Obtuvo su baja del servicio el 2 de enero de 1827.
En 1835 desempeñaba las funciones de juez de paz de los Corrales, dependiendo del Departamento de Policía de Buenos Aires, cargo que desempeñó hasta el 28 de mayo de 1839, fecha en la cual Juan Manuel de Rosas le extendió despachos de teniente coronel graduado, dándolo de alta como comandante del Escuadrón de Abastecedores del Regimiento Nº 1 de Caballería de Campaña.
Con motivo de la revolución que había estallado en el Sur de la provincia de Buenos Aires, el 4 de noviembre de 1839, el coronel Santa Coloma y el comandante Mariano Maza se dirigieron por medio de una nota que firmaron ambos, al Restaurador, solicitando “se les permita marchar a la cabeza de 400 hombres voluntarios con que cuentan, prometiendo no regresar hasta que no hayan concluido con los sublevados miserables asociados a los salvajes unitarios y viles instrumentos de los asquerosos franceses”. No obstante esta nota, Santa Coloma no tuvo oportunidad de intervenir en la represión del mencionado movimiento.
Desde agosto de 1840 estuvo con su regimiento acantonado en Santos Lugares, pasando posteriormente a servir a las órdenes del general Manuel Oribe, el cual lo destinó de guarnición a la plaza de Santa Fe, cuando aquél marcho a Entre Ríos para batir a Rivera en los campos del Arroyo Grande.
En junio de 1845 el general Paz despachó sobre Santa Fe, desde Corrientes, una división a las órdenes del general Juan Pablo López; la que atravesando el Chaco, cayó inopinadamente sobre el cantón de Andino, en las inmediaciones de la capital, el cual se hallaba guarnecido por el coronel Santa Coloma, cuya tropa fue completamente sorprendida el 5 de julio, la “que fue del todo muerta o prisionera”, según expresa el propio general Paz en sus Memorias. Por su parte, el historiador Manuel M. Cervera dice “de la que fue muy raro el que escapó vivo. Llegó (López) hasta la ciudad consternada, destruyendo la pequeña tropa de Cívicos, que le presentaron Echagüe y Santa Coloma, fugando estos últimos, por la isla y el paso Santo Tomé, pasando el río a nado y a la cola del caballo”. En la toma de Santa Fe por López, Santa Coloma quedó gravemente herido, combatiendo al frente de su escuadrón.
Santa Coloma no pudo volver a la capital y permaneció en San Lorenzo, cuando Echagüe organizó la resistencia contra el general López, batiéndolo en los campos de Malabrigo, el 12 de agosto.
A fines de 1845 recibió el encargo del general Lucio Norberto Mansilla de preparar la defensa de la costa al Norte de San Lorenzo; lo que realizó con habilidad indiscutible, según se puede apreciar aún en el lugar llamado “El Quebracho” (situado poco más arriba de puerto San Martín), lugar donde el 16 de enero de 1846 las fuerzas de Mansilla sostuvieron un violento tiroteo con la escuadra anglo-francesa que forzó el paso. Según carta del después coronel Alvaro José de Alzogaray al capitán del puerto de Buenos Aires, Pedro Ximeno, “la división del comandante Santa Coloma se portó valientemente”, en esta acción, en la cual las tropas de Mansilla ocuparon una posición táctica elegida con rara habilidad. El 6 de abril del mismo año, Martín Santa Coloma y Juan Bautista Thorne sostuvieron un nuevo combate con los buques anglo-franceses. Al bajar del Quebracho el general Mansilla, dejó en este punto al coronel Santa Coloma. También éste tuvo un desempeño distinguido en el rudo encuentro sostenido contra las fuerzas navales enemigas, el 4 de junio de 1846, conocido como Batalla de la Angostura del Quebracho; así como también en las escaramuzas del 19, 21 y 23 de abril de igual año, contra buques anglo-franceses que forzaban el pasaje.
En los años restantes del gobierno de Juan Manuel de Rosas, el coronel Santa Coloma permaneció destacado con su división en la región entre Rosario y Santa Fe. Después del pronunciamiento de Urquiza contra Rosas, en algunos cuerpos del Ejército del Restaurador se empezó a notar agitación subversiva. En la noche del 9 de diciembre de 1851 estalló en el Rosario una sublevación en la división del coronel Serrano, de la que un sargento de Santa Coloma dio aviso a éste de que trataban de matarlo al igual que a Serrano y al capitán Prudencio Arnold. Con tal noticia, Santa Coloma en el acto formó cuadro con su división, y al rato de haberlo hecho lo cargaron los sublevados, a los que recibió con tres disparos de artillería y haciéndoles fuego de tercerola y fusil hasta rechazarlos completamente, quedando algunos muertos en el campo y muchos heridos.
Los sublevados, viendo la resistencia opuesta, se pusieron en fuga hacia Diamante, por las islas. En la madrugada del día 10 de diciembre el capitán Arnold persiguió a los rebeldes, acuchillándolos completamente.
Santa Coloma pudo reunir unos 600 soldados veteranos, con los cuales pasó a incorporarse al ejército de Rosas, participando en la Batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852. Su regimiento formó parte del ala derecha del dispositivo rosista. Una vez finalizado el combate fue degollado fuera del campo de batalla.
Había contraído enlace el 21 de abril de 1825 con Isabel Armesto y Avellaneda.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).
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