Nació en Barkin, Essex (Inglaterra), el 25 de noviembre de 1784. Era hijo de Luis Paroissien y María Paroissien. Realizó estudios especializados de química, medicina y cirugía. En 1806 partió hacia América, y al año siguiente, en Montevideo se incorporó a las operaciones de la milicia británica, como ayudante de cirujano con el grado de teniente.
Pasó después a Buenos Aires, donde trató de establecer una cátedra de química, y ante la negativa opuesta a su aspiración, regresó a Montevideo; de allí se dirigió al Brasil para hacer observaciones sobre historia natural, y dedicarse a los negocios. Durante su permanencia en Río de Janeiro se vinculó con Saturnino Rodríguez Peña, contraído a los trabajos en favor de la emancipación.
El 5 de noviembre de 1808, se embarcó con destino a Montevideo y Buenos Aires, en carácter de emisario de aquél llevando cartas para Castelli, Ezquerrenea y Nicolás Rodríguez Peña. Denunciado a las autoridades españolas, fue detenido en Montevideo por Javier de Elío. El proceso que se le siguió por alta traición estaba caratulado del modo siguiente: Causa reservada seguida contra Nicolás Rodríguez Peña y Diego Paroissien para establecer en el Río de la Plata el gobierno de la Infanta Doña Carlota Joaquina, Princesa del Brasil. A ambos lo defendió en Buenos Aires, el doctor Juan José Castelli, salvándolo a Paroissien de ser remitido a España. Fue puesto en libertad por la Junta el 24 de julio, después de estar preso en el Cuartel de la Ranchería.
Luego se incorporó a la Expedición al Alto Perú en calidad de cirujano, acompañando a Castelli, su abogado defensor y amigo al marchar éste a Córdoba, con motivo de la contrarrevolución. Tras los sucesos conocidos, siguió a destino el 22 de setiembre.
A fines de 1810, Paroissien revistaba como encargado de la “inspección de hospitales y enfermos”. Concluyó sus servicios alistado en esas fuerzas, después del desastre de Huaqui, el 20 de junio de 1811, retirándose del campo de batalla con los restos de la división del coronel Díaz Vélez. Estuvo en la retirada de Potosí a las órdenes de Pueyrredón, que lo recomendó por su comportamiento. Sus méritos han quedado patentizados en el parte oficial de su jefe, del 4 de octubre de 1811. Al terminar ese año, regresó a Buenos Aires.
El segundo Triunvirato le concedió la primera carta de ciudadanía otorgada en el país, el 25 de noviembre del mismo año. Se le nombró médico del Ejército Auxiliar del Perú, y el 6 de junio de 1812, Director de la fábrica de pólvora establecida en Córdoba. El 1º de abril de 1815 fue designado teniente coronel de artillería, y de nuevo director de aquélla fábrica, que una violenta explosión e incendio destruyó completamente. Destituido del cargo, se incorporó al Ejército de los Andes organizado por José de San Martín.
A su regreso a Buenos Aires, decidió abrir una farmacia para proveer a su subsistencia. El 24 de setiembre de 1816 fue nombrado Cirujano Mayor del Ejército de los Andes. El 12 de octubre se le previno que debía incorporarse en el Nº 8 en su marcha para el Ejército de los Andes. Paroissien gozaba de la estima del general San Martín, y ya había prestado valiosos servicios al país. En el nuevo destino, solicitó el 31 de diciembre de aquel año, el empleo de segundo cirujano del citado ejército para Juan Isidro Zapata, lo que fue aprobado por el gobierno.
El 2 de enero de 1817, Paroissien formuló las propuestas para completar los diferentes cargos de la Sanidad de su mando, solicitando varias designaciones. El gobierno autorizó a San Martín para nombrar en comisión a los individuos propuestos. Todos ellos atravesaron la Cordillera de los Andes por el paso de Los Patos, con la columna de Soler, y dicho cuerpo con Paroissien realizaron una labor eficiente en la batalla de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817. Mereció ser recomendado por San Martín el 14 de abril, atento a la organización hospitalaria demostrada, y a “la eficacia, humanidad y constancia” para con los heridos. O’Higgins al crear la Legión del Mérito de Chile, lo inscribió entre sus primeros miembros en junio de 1817.
Después de Chacabuco, reunido el Ejército de los Andes y el de Chile, el Director Supremo del vecino país “atendiendo a los méritos y servicios del teniente coronel de artillería, don Diego Paroissien”, le confirió el empleo de Cirujano Mayor del Ejército de Chile (8 de julio).
También intervino en la jornada de Maipú, y en el parte datado del 9 de abril de 1818, en el cuartel general de Santiago de Chile, San Martín lo hizo objeto de otra mención especial.
En Cancha Rayada, Paroissien asistió personalmente a O’Higgins herido en un codo. Al enterarse San Martín que la División argentina había sido salvada, apresuró su marcha para preparar el desquite, y entró en Santiago un día después de O’Higgins. Lo acompañaban Paroissien y el capitán O’Brien.
Fue promovido a coronel de artillería, el 20 de junio de 1818. Figuró en el Estado Mayor de la Expedición Libertadora al Perú, como edecán del capitán general San Martín, y como cirujano mayor, en la nómina cuyo detalle se dio a conocer el 15 de setiembre del mismo año.
Recién en mayo de 1820, hizo abandono del ejercicio de las armas, tentado por especulaciones comerciales, pero en junio, San Martín lo volvió a nombrar su ayudante de campo.
Estuvo vinculado con los preparativos de la Campaña libertadora al Perú, y asistió con San Martín a la conferencia de Punchauca. Fue nombrado consejero honorario del Estado, ascendido a brigadier del Ejército del Perú, y miembro fundador de la Orden del Sol, creada por San Martín.
Al proporcionarse el proyecto de una monarquía constitucional por el Libertador, y la contratación de un empréstito, se lo designó con García del Río en misión diplomática a Europa adonde llegaron a fines de 1822. En Inglaterra entrevistaron a Canning, y aprovechando sus poderes se lanzó un empréstito que tres meses después por las malas noticias del Perú fracasó al principio, pero luego fue aprobado.
Realizó negocios de especulación. En 1825, entró como accionista de una compañía para construir un canal que uniera los dos océanos, y en otra, para explotar minas de Potosí y La Paz. En esta empresa actuó como vicepresidente. Entrevistó al barón de Humboldt en París, quien le elogió el proyecto, y antes de partir para América se dirigió a Bruselas con el fin de despedirse de San Martín.
En viaje hacia Buenos Aires siguió luego a Potosí, para tomar posesión de las minas, ya que habían sido compradas por una compañía inglesa. Como los negocios no prosperaban buscó el apoyo de los jefes militares, pero ya su persona no interesaba. Desmoralizado y enfermo, se produjo la disolución de la compañía.
En 1827, fue llamado de Inglaterra, y de inmediato, partió de Arica. Murió en alta mar a bordo de la “Olive Branch”, el 23 de setiembre de 1827, a los 45 años de edad. Su retrato lo pintó Gil de Castro, y lo representa de aspecto amable, no demasiado serio, pero lleno de sensibilidad. Era alto, rubio, con una cicatriz en la mejilla izquierda cerca de la sien. Una calle de nuestra ciudad lleva su nombre, y asimismo dos hospitales, uno en la localidad de Isidro Casanova, en la provincia de Buenos Aires y el otro en Maipú, Pcia. de Mendoza.
Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1978).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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