Nació en Green County, Kentucky (USA), el 24 de diciembre de 1824, siendo hijo de William Henry Moore y Mary Elizabeth Moore. A los 22 años la fiebre del oro lo llevó a California, pero al comprobar la lucha inescrupulosa que se entablaba entre los mineros por la posesión de los yacimientos, abandonó esas actividades y se dedicó a las faenas rurales. En 1850, contrajo matrimonio con Winnifred S. Doty, de cuya unión nacieron varios hijos: William Henry, Thomas, Martha, Nancy, Lucinda, América y Jefferson.
Terminada la Guerra Civil que azotó a Estados Unidos (1861-1865), la amenaza de persecución contra los vencidos y las penurias económicas propias del fin de una larga lucha influyeron para que William Tandy Moore se decidiera a emigrar hacia la Argentina. Llegó a Chile en 1965 y meses después, traspuso la Cordillera de los Andes a lomo de mula, arribando a Mendoza, desde donde continuó en galera hasta Rosario. De allí, siguió viaje por vía fluvial hasta Santa Fe, expresándole al gobernador Nicasio Oroño sus deseos de afincarse en esa provincia. Este le prometió apoyo y lo puso en contacto con Guillermo Perkins, agente del gobierno, encargado de atraer inmigrantes para poblar los campos desiertos del norte de la provincia.
A poco de regresar de una expedición a El Rey organizada por Guillermo Perkins, compró “un área de una legua de frente por cuatro de fondo, en el terreno destinado al pueblo de San Javier”, pagando al contado. El terreno se hallaba situado al norte de la reducción de indios mocobíes de San Javier.
En agosto de 1866, Moore se instaló con treinta familias que levantaron sus ranchos con techos de paja. Moore construyó la suya con elegancia, de dos pisos, mirando al río San Javier. Fue designado jefe por el voto de todos, siendo conocido como el capitán Moore. Así fue como nació Colonia California.
En 1867, la familia se alegró con la llegada de una nueva niña, Louisa Winnifred.
Los pobladores de la colonia trataron de mantener relaciones cordiales con los indios, pero ante el robo que hacían de animales, los encerraban en un galpón asegurándolos con cadenas. Los salvajes al no poder robarlos, en venganza los degollaban. En una oportunidad, alrededor de 50 de ellos se alzaron con casi todo el ganado. Sin preocuparse por la desproporción de fuerzas, Moore junto con sus hijos los atacó pudiendo rescatar los animales. Su personalidad pronto adquirió notoriedad por sus condiciones personales que, unidas a su decisión, coraje y audacia, demostrada en la lucha contra el indio, le merecieron la admiración y respeto de los pobladores de Colonia California. Su prestigio se expandió rápidamente a las colonias vecinas que no vacilaron en recurrir a su valiosa ayuda cada vez que eran asoladas por algún malón.
En 1870 la firma bancaria londinense Thomson & Bonar estableció al norte de Colonia California, la Alexandra Colony. William Tandy Moore trabajó para ellos trasladando maquinarias agrícolas, herramientas y ganado y su hijo, William Henry Moore, fue contratado como mayordomo.
Instalados más allá de la línea de fortines se potenció la oportunidad para el conflicto. La revolución contra Nicasio Oroño (1867) y la Guerra del Paraguay provocaron el desmantelamiento de las guarniciones y el consiguiente avance de los indios por la frontera norte.
En 1871, al invadir los salvajes la colonia francesa de Eloisa, dieron muerte a tres colonos, ultrajaron a una mujer a la que le arrebataron un niño de corta edad y se apropiaron de 500 animales. Desesperados los franceses recurrieron a Moore, quien de inmediato se internó en el desierto con sus hijos y le dieron alcance a los tres indios que conducían el botín. A una señal, tres disparos hirieron de muerte a aquéllos, recogieron el niño y el ganado, y volvieron a la colonia donde fueron recibidos con indescriptible alegría.
En 1872, hallándose arando en compañía de sus hijos Thomas y Jefferson fueron sorprendidos por 300 salvajes a los que ahuyentaron con sus disparos de rifles. La indiada, ante la inesperada reacción de Moore no se hizo esperar. Acompañado de once colonos, consiguió darles alcance. Después de un sangriento entrevero, que dejó como saldo 20 indios muertos, recuperó la hacienda. En los años subsiguientes, otros colonos de Mal Abrigo le pidieron su valiosa ayuda, y por espacio de tres días debió pelear contra el indígena. El gobernador de la provincia, Servando Bayo considerando que no se podía prescindir de la necesaria ayuda que prestaban los colonos encabezados por Moore, solucionó el problema al disponer que en el futuro las expediciones debían contar con fueras militares.
En 1873 tras una discusión y estando ambos ebrios y armados, W. T. Moore disparó contra su amigo James W. Hurt, dándole muerte. El juez lo condenó a “la pena de tres años de servicios a las armas, donde el Poder Ejecutivo se sirva determinarlo”, pues consideró que la pena prevista por la ley no era prudente, por “la honradez de ambas personas y su importancia social”, en especial la de Moore (cuya honorable foja de servicios lo destacan satisfactoriamente), y las numerosas solicitudes elevadas al tribunal por los habitantes del norte de nuestra provincia.
El 8 de octubre de 1875, el bravo e incansable capitán sufrió el mayor golpe de su vida azarosa; su hijo William Henry -por entonces juez de paz de Alejandra- salió tras unos indios creyendo que eran los que le habían robado unos caballos, con tan mala suerte que cerca del Arroyo Saladillo Dulce terminó muerto junto con Arthur L. Powys, director de Colonia Alejandra, y herido su amigo James R. Holman, al ser sorprendidos por un grupo de indios.
Amén del dolor de la familia, el trágico suceso tuvo gran repercusión en los círculos financieros de Londres y generó un áspero intercambio diplomático entre la Argentina y el Reino Unido.
Sin embargo, al mes siguiente, ya se encontraba preparando otra expedición. Esta vez se organizaron con la participación de fuerzas militares, al frente de las cuales se encontraba el comandante Nicasio Oroño. Más adelante, atacaron las tolderías de los caciques José Ignacio y Redaré, ambos cayeron en la lucha con muchos de sus secuaces.
Benjamin Logan Moore, hermano de William Tandy Moore, por parte de padre- llegó al país hacia 1875 y se radicó en Alejandra con su esposa Harriet M. Waller y sus hijos Joseph, Elizabeth, Claire Bell, George y Laura. Más tarde, a Alejandra llegarían Benjamin y Charles.
En 1876, accediendo a una proposición de William T. Moore, el gobierno resolvió establecer una colonia militar entre los ríos Saladillo Dulce y Saladillo Amargo. En diciembre de ese mismo año, los salvajes volvieron a sembrar la desolación y la muerte en las colonias y arrearon para sus toldos gran cantidad de ganado. Una vez más, el capitán Moore, en compañía de once colonos se puso en campaña para castigar a los depredadores, e internándose unas setenta leguas en el Chaco santafecino, logró recuperar el botín, no sin antes entablar con ellos encarnizada lucha. A partir de 1876, las incursiones de los indios fueron decreciendo y las colonias progresaron rápidamente.
En marzo de 1877, Patricio Cullen, ex gobernador y caudillo del llamado Partido Liberal, encabezó una revuelta destinada a destituir al gobernador Servando Bayo (autonomista). Contó con el apoyo de grupos criollos e indios y un significativo número de colonos extranjeros, al mando de William Tandy Moore.
La intentona fue desbaratada por las fuerzas gubernamentales en la batalla del Paso de los Cachos, donde Cullen terminó muerto horriblemente. Moore -sintiéndose usado- se volvió a su casa, su hermano Benjamin huyó al norte y se refugió en lo de Samuel Sager. Los pocos colonos detenidos -incluido Pablo Bugnon, consuegro de W.T. Moore- fueron prontamente amnistiados por el gobernador Bayo pero la relación de W.T. Moore con las autoridades se resintió.
En los ‘70, la crisis azotó la región: se probó que la zona de la Costa no era adecuada para los cereales, la exención impositiva acordada no fue renovada, hubo terribles plagas de langostas que arruinaron las cosechas y -terminada la guerra del Paraguay- desapareció el mercado que ella había creado.
En ese clima tan pesimista, William T. Moore decidió volver, vendió sus tierras en Colonia California y partió en julio de 1877, con su esposa, su hijo Jeff y sus hijas Nancy, Lucinda y América, quienes se habían casado aquí, respectivamente, con Héctor Mclean, Samuel Gibson y James R. Holman.
Moore se radicó en San Angelo, Texas, donde adquirió un campo alejado de toda población y se dedicó a la cría de ganado ovino. Falleció víctima de un síncope el 28 de junio de 1883, en San Antonio, Bexar County, Texas (USA), a la edad de 59 años.
Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1975).
Duarte, María Amalia – A la conquista del Chaco Austral… – La Plata (1970).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Maffucci Moore, Javier – Un americano que colonizó el Gran Chaco – El Litoral, Santa Fe (2011).
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Serres, Alfredo Marcelo – Un personaje de leyenda – La Prensa, Buenos Aires (octubre de 1965).
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