Nació el 21 de diciembre de 1774 como John Thomas Barber, en St. Marylebone (Westminster, Londres). Por motivos que se desconocen, en 1812, se agregó el nombre de Beaumont (que fue conservado por sus descendientes), siendo conocido a menudo como “Barber Beaumont”. Era hijo de Thomas Barber, caballero inglés residente en Londres, que estuvo vinculado estrechamente a la empresa inmigratoria que aquel país realizó en el Plata durante los años de 1825-26.
Fue un destacado pintor, dedicado a los temas históricos y miniaturas. Sus trabajos fueron expuestos en la Royal Academy of Arts, de Londres, y fue elegido como pintor del duque de Clarence, el futuro rey Guillermo IV de Gran Bretaña. Entre sus alumnos se hallaba Henry Thomas Alken (1785-1851).
En 1803, cuando Napoleón amenazó con invadir Inglaterra, Beaumont creó un cuerpo de tiradores llamado “The Duke of Cumberland’s Sharp Shooters”. Según crónicas de la época, sus integrantes poseían gran puntería; en una ocasión, en Hyde Park (Londres), hacían blanco disparando desde una distancia de 140 metros. En 1835 el cuerpo cambió su nombre a Royal Victoria Rifle Club y luego se convirtió en Queen Victoria’s Rifles.
Beaumont estableció en 1806 el “Provident Institution and Savings Bank”, en Covent Garden. En 1807 creó la empresa de seguros “County Fire and the Provident Life”
Interesado en promover una corriente de inmigración se puso en contacto con el gobierno de Buenos Aires, y en 1824, formalizó el convenio con Sebastián Lezica para el envío de colonos ingleses procedentes de Glasgow, Liverpool y Londres, y poco después, con el mismo Bernardino Rivadavia, en Londres, con quien se vinculó, siendo éste comensal en su casa.
El primer contingente partió de Glasgow en febrero de 1825, y casi en seguida, salieron los otros, pero hubo malos entendidos, falta de cumplimiento de las cláusulas, lo que produjo el fracaso del grupo de 200 familias de inmigrantes que debían establecerse en Entre Ríos, y que a consecuencia de la guerra con el Brasil, vieron malogrados sus propósitos. Ciento cincuenta retornaron al país de origen en el mismo navío que los trajo de Montevideo. Al frente de ellos, llegó el joven Beaumont, mandado por su padre, para tratar de cerca las derivaciones del negocio con Bernardino Rivadavia, que era a la sazón Presidente de la República.
A los pocos días de encontrarse el viajero en Buenos Aires trató de entrevistar a Rivadavia para exponerle las preocupaciones suscitadas por la empresa. La entrevista se efectuó fríamente, y “con un aire formal de protección, una vez más me dio a conocer –dice- que el señor Rivadavia en Londres, y don Bernardino Rivadavia, presidente de la República Argentina, no debían ser considerados como una y única persona”. Rivadavia le expresó que debía tratar la cuestión con Domingo Olivera, instruido sobre el caso, y desapareció de la escena, introduciéndose en la sala contigua de donde había antes aparecido. Beaumont consideró que el gobierno argentino había burlado los términos del convenio, y defraudado las esperanzas de los inmigrantes. Al respecto escribió amargamente: “… pero ahora ha visto el país, y los actos de su gobierno, con sus propios ojos; ha comprado la experiencia a un precio muy alto, y se cree en deber con sus conciudadanos y con el público de ofrecerles el beneficio de esta experiencia” (p. VII-VIII).
Decepcionado y con ánimo de venganza, se embarcó de regreso el 7 de junio de 1827 –veinte días antes de la renuncia de Rivadavia-, pero había hecho, sin embargo, excelentes amistades porteñas, y entre ellas, reconoció más tarde la hospitalidad que hallara en casa de las viudas de los generales Balcarce y Belgrano.
En 1828, apareció en Londres su libro con el título: Travels in Buenos Aires, and the adjacent provinces of the Rio de la Plata. With observations, intended for the use of persons who contémplate emigrating to that country, or, embarking Capital in its affairs. Su autor se especializa en mostrar los fracasos de la empresa, culpándolo al gobierno de Buenos Aires de ser el causante de esa situación y su crítica incisiva va dirigida especialmente contra Rivadavia.
Su venida al Río de la Plata le dio ocasión de recorrer diversos lugares que describe y que le permiten señalar circunstancias no advertidas por otros viajeros. Los usos y costumbres de la gente de los lugares visitados y algunas anécdotas le hacen trazar un cuadro destinado a impresionar a los accionistas de Londres con relación a diversos aspectos económicos e industriales de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
La fauna y la flora no sólo de los lugares visitados sino también de los centros principales, atrajeron su atención. En el capítulo tercero se ocupa de los aborígenes, y en particular, de los pampas, describiendo sus costumbres e industrias como sus trabajos en cueros. Al referirse a los naturales del Norte, señala la calidad de sus tejidos, sobre todo de los ponchos, diciendo “estas prendas a que me he referido, son usadas por todos, no creo que haya un solo criollo que las fabrique en el país, porque los indios son los únicos en ocuparse de esa industria. Entre los carpinteros y albañiles nativos, los más numerosos –según lo he oído decir- y los mejores son los indios, y yo reuní varias piezas de plata, estribos, adornos de riendas y mates hechos por los indios en las provincias de arriba, que no hubieran desacreditado ni mucho menos a un platero londinense”.
Dedica páginas especiales a los criollos y en especial a las mujeres, de las que hace un juicioso elogio. Se ocupa en particular del gaucho y describe sus costumbres, dedicando también la atención de su pluma a las estancias. En el capítulo sexto consagra la parte final a la visita que hizo al presidente Rivadavia, de la que ya nos hemos ocupado.
La obra fue traducida al castellano por José Luis Busaniche, autor también de las notas oportunas e ilustrativas que acompañan el relato, el que va precedido de un estudio preliminar de Sergio Bagú, que valoriza la obra dando noticias complementarias para fijar su importancia. Con anterioridad, el mismo Busaniche publicó un resumen de su trabajo bajo el rótulo de Buenos Aires en 1826.
Beaumont fue miembro de la Society of Antiquaries de Londres y de la Geological Society.
In 1802 editó un libro ilustrado: Tour throughout South Wales and Monmouthshire. En 1803 escribió artículos sobre francotiradores y defensa, y lanzó un periódico: The Weekly Register. En 1816 redactó un ensayo sobre “Provident o Parish Banks”; y en 1821 otro sobre Jurisprudencia Criminal.
El 29 de octubre de 1840 fundó la Institución Filosófica Beaumont (Beaumont Philosophical Institution) en el distrito londinense de Tower Hamlets, que fue creada para el bienestar y el esparcimiento de las personas del vecindario. La Institución poseía un museo, una sala de lectura y una capilla. Cuando Beaumont murió dejó 13.000 libras esterlinas para el mantenimiento del instituto. En 1844 el museo contaba con exhibiciones de geología, mineralogía y malacología, y también se llevaban a cabo en él clases de canto y conciertos.
La Queen Mary University of London posee una cátedra de Humanidades denominada “Barber Beaumont”.
Falleció el 15 de mayo de 1841 en su residencia en Regent Street. Había contraído matrimonio en 1796 con Sophia Sarah Schabnar y tuvo un hijo llamado John August.
Fuente
Busaniche, José Luis – Travels in Buenos Aires… (traducción), Buenos Aires (1942)
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1968).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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