Nació en Buenos Aires el 21 de julio de 1795. Era hijo del coronel Agustín José de Pinedo y Arce y de Juana Albizuri y Echaurri, habiéndolo apadrinado en la ceremonia de bautismo, el teniente Mariano Albizuri. Era nieto del general Agustín Fernando de Pinedo y Valdivieso, gobernador del Paraguay en 1771 y presidente de Charcas en 1780; y fue hermano del general Agustín de Pinedo, que durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas gozó de gran privanza con éste.
Cursó la Academia Militar del Regimiento de Artillería de 1811 a 1812, la que se disolvió por muerte de su director, coronel Mateo Sentenaca, complicado en la conspiración de Alzaga, pasando Pinedo al cuerpo de marina. Inició su carrera como “oficial aventurero” en la corbeta de guerra “Vigilancia”, el 1º de abril de 1816, a las órdenes del comandante Jorge Ross, siendo enviada a aguas europeas en misión corsaria, entre los años 1818 y 1819. En el puerto de Baltimore, Estados Unidos, se trasbordó Pinedo a la goleta “Independencia”, armada como la anterior en corso por nuestro agente Juan P. Aguirre.
Bajo el mando del teniente coronel Juan Grimalds, hizo la campaña del Atlántico Norte. Peleó en las costas españolas, asistiendo a varios encuentros con buques realistas, en los que recibió dos heridas, de las que conservó las señales para toda la vida: una en el Cabo Finisterre, a bordo de la corbeta “Vigilancia”; y la otra, en el bergantín-goleta “Independencia”, frente al cabo San Vicente.
El 14 de setiembre de 1819, el gobierno le confirió el mando de la goleta “Fortuna”, conjuntamente con el ascenso a teniente al servicio de la Marina. Con este buque marchó al Paraná e integró las fuerzas navales directoriales que colaboraron en la lucha contra los caudillos Francisco Ramírez y Estanislao López, que sostenía la Dirección Suprema del Estado. Mereció ser promovido a teniente 1º graduado en el servicio de la Marina, el 6 de noviembre de 1820. Continuó prestando servicios en la zona de operaciones precitadas hasta fines de julio de 1821, en que terminó la guerra con la muerte del caudillo Ramírez en el Río Seco, provincia de Córdoba, el día 10 de aquel mes; y con la destrucción de la escuadra fluvial entrerriana mandada por Monteverde frente a las bocas del Colastiné, el día 26 del mismo, acción en la que murió aquel jefe. Regresó a Buenos Aires en el mes de noviembre de aquel año.
Terminada la campaña fue destinado al servicio del puerto de Buenos Aires, organizando la Comandancia de Marina, Puerto y Sanidad, y otros servicios de importancia, por los que mereció el aprecio del Superior Gobierno.
Al declararse la guerra con el Brasil, Pinedo fue promovido a teniente 1º efectivo al servicio de la Marina (como se expedían por entonces los despachos), con fecha 4 de diciembre de 182, y se le dio el mando de la goleta “Sarandí”, en febrero del año siguiente, la que formaba parte de la fuerza naval que organizó el almirante Guillermo Brown para disputar el dominio de las aguas en el Río de la Plata y sus afluentes, como también en la zona marítima de la costa de la provincia de Buenos Aires. La “Sarandí” montaba 9 cañones de a 18 y su tripulación ascendía a 60 hombres y con ella, de Pinedo asistió al ataque conducido por aquel Almirante sobre La Colonia, el 26 del mismo mes de febrero, acción en la cual la “Sarandí” recibió un impacto en el palo trinquete. Formó parte de las unidades que zarparon a las órdenes de Brown, de Los Pozos, en dirección a Montevideo, en demandas de las naves imperiales, asistiendo en la noche del 26 al 27 de abril de 1826, al duelo sostenido contra la fragata imperial “Emperatriz”, que quedó gravemente averiada en aquella dura lucha, de la que se retiró Brown ante la imposibilidad de obtener otras ventajas tácticas.
El 11 de junio del mismo año, de Pinedo se batió bizarramente en Los Pozos, donde Brown hizo frente a fuerzas numéricamente superiores. También participó en la acción del 30 de julio de aquel año, en la cual el comportamiento del comandante de la “Sarandí” no estuvo a la altura de otras veces, y por esa causa, Brown lo relevó del comando de su buque, que fue confiado al capitán John Halstead Coe, unidad en la cual el almirante hizo flamear su insignia, en su famoso viaje hasta las costas del Brasil desde octubre a diciembre de 1826. El teniente de Pinedo pasó a mandar la “Sin Par”, embarcación con la cual realizó un crucero de 70 días por las costas del Brasil, en el cual capturó 30 presas, de las cuales condujo siete a Buenos Aires, destruyendo las restantes de acuerdo con las instrucciones que recibiera de su jefe al emprender el crucero. En el curso de éste debió sostener tres acciones en el mar, contra buques de guerra imperiales, en las que perdió algunos hombres.
A su regreso a Buenos Aires y en premio a tan distinguidos servicios, el 4 de agosto de 1827 fue promovido a capitán y se le dio el comando del corsario “Rápido” para volver a salir a campaña, como lo verificó; a la altura de Paranaguá embistió y sostuvo fuerte cañoneo con un convoy imperial, al que le capturó dos buques; mas desencadenándose poco después un violento temporal, le fue entorpecida su maniobra y cayó en poder de las fragatas de guerra enemigas “Paula” y “Paraguarí”, que lo condujeron a Río de Janeiro. En esta ciudad, de Pinedo desempeñó el cargo de habilitado de los prisioneros de guerra argentinos que allí se encontraban, habiendo efectuado algunos pagos, como consta en documentos que poseyó aquél.
Firmada la Paz, de Pinedo regresó al país, con el bergantín de guerra “Río Bamba” que condujo a la mayor parte de los prisioneros.
El 27 de octubre de 1829 fue ascendido a sargento mayor, y nombrado comandante por segunda vez de la “Sarandí”, con la que efectuó numerosos viajes a Bahía Blanca y Patagones. El 15 de marzo de 1831, el comandante Pinedo se hallaba en Gualeguaychú, formando parte de la escuadrilla que mandaba el coronel Coe. En 1832, comandando aquella unidad, de Pinedo fue enviado por el gobierno de Buenos Aires a ocupar las Islas Malvinas; dando cumplimiento a su misión el 10 de octubre del mismo año, levantando un acta con motivo del criminal atentado cometido el año anterior por la corbeta de guerra norteamericana “Lexington”, bajo el comando del capitán de fragata Silas Duncan, con el pretexto de proteger a connacionales que habían sido detenidos en la pesca de lobos y otros actos vedados por el Derecho Internacional. Se encontraba de Pinedo en aquellas islas (gobernadas desde 1829 por Luis Vernet), cuando el 2 de enero de 1833 se presentó allí la corbeta de S. M. B. “Clio”, cuyo comandante, capitán J. F. Orislow, comunicó a aquél la orden superior que tenía de apoderarse de las Malvinas. El comandante de la “Sarandí” protestó de la ilegalidad de aquel acto, considerándolo un atropello a la soberanía argentina, no obstante lo cual, los ingleses no hicieron el menor caso de aquella protesta, y desembarcando su tripulación de guerra, enarbolaron en aquellas lejanas islas, el pabellón de la Gran Breaña. De Pinedo se hizo a la vela de inmediato, regresando a Buenos Aires el día 15 de enero, donde dio parte de lo acaecido a su gobierno; éste ordenó la formación de un consejo de guerra al comandante de la “Sarandí”, ante el cual alegó en su defensa la carencia de instrucciones para empeñar combate contra el intruso y destacó la compleja situación de la tripulación a su cargo. El Consejo lo censuró injustamente. Estuvo arrestado desde el 11 de febrero al 7 de marzo y fue privado de su empleo por cuatro meses. Pasó a trabajar en el Ejército y fue puesto en libertad. Tiempo después continuó su carrera. Revistó en la Plana Mayor del Ejército, en su jerarquía de teniente coronel, desde el 3 de julio de 1833 hasta el 18 de setiembre del mismo año.
José María de Pinedo fue promovido a teniente coronel graduado el 5 de marzo de 1831, recibiendo la efectividad del empleo, el 19 de mayo de 1832. Fue coronel graduado el 29 de setiembre de 1838.
En 1839 Juan Manuel de Rosas ordenó la formación de una escuadra al mando del almirante Guillermo Brown, dándosele a de Pinedo el mando de uno de sus buques, el cual se condujo con denuedo en los entreveros con las lanchas francesas. A comienzos de 1841 es necesario hacer frente a la escuadrilla oriental que mandaba el ya mencionado capitán Coe; el 25 de febrero de aquel año de Pinedo se apresura a ofrecer sus servicios, los que fueron aceptados y a fines de abril releva al sargento mayor Juan King en el comando del bergantín-goleta “Vigilante”, unidad con la cual tomó parte en el combate del 24 de mayo, con la escuadra riverista, acción en la que ésta perdió el bergantín-goleta “Montevideano”, que se vio obligado a arrojarse sobre la costa. A comienzos de julio, Brown realiza un nuevo viaje a Montevideo, el que condujo a un segundo encuentro, a 5 millas de distancia de aquel puerto, el 3 de agosto, en el cual la escuadra de Coe logró algunas ventajas.
El 5 de agosto estaba Brown de regreso en su fondeadero de Los Pozos. El 21 de noviembre zarpaba nuevamente de este punto, rumbo a Montevideo, siendo de Pinedo uno de los de la empresa; el 9 de diciembre se entabla ruda lucha frente a aquel puerto, en la cual la escuadra de Coe pierde el bergantín “Cagancha”, que cae en poder de Brown, y en cuya captura el “Vigilante” tuvo eficaz intervención. Este buque no intervino en el combate librado el día 21 de aquel mes, entre Montevideo y Punta Indio, en el que Brown salió victorioso.
A comienzos de 1842 se reorganizó la escuadra federal y de Pinedo pasó a comandar “El Restaurador”, que montaba 16 cañones. El 6 de marzo, Brown se hacía a la vela para Montevideo, regresando a Buenos Aires el 24 de abril. Nueva reorganización de las fuerzas navales dan a de Pinedo el mando del “Echagüe” (ex “Cagancha”) que conducía 10 cañones, pero permutó poco después con el capitán Donati, quien se recibió del mando del “Echagüe”, mientras de Pinedo se hizo cargo del “Republicano” que montaba 16 cañones. El 2 de julio, en una nueva reorganización de la escuadrilla fluvial Brown volvió a confiar al coronel de Pinedo el mando del “Echagüe” (y el “Republicano” a Craig); y con el cual intervino a las órdenes de Brown, en el combate de Costa Brava, librado en el Paraná medio, los días 15, 16 y 17 de agosto de 1842, donde fue destruida la escuadrilla riverista que mandaba Guiseppe Garibaldi.
A fines de 1842 se organiza una escuadrilla de 7 unidades y 6 lanchas armadas, enarbolando su insignia de comandante en jefe el coronel de Pinedo, en el bergantín “Echagüe”, que estaba a su directo mando; esta fuerza naval fue destinada a operar en el río Uruguay, con motivo de las operaciones del general Manuel Oribe en la provincia de Entre Ríos; el 29 de diciembre de aquel año zarpó de Buenos Aires para llenar su cometido. En 1844 ejercía el coronel de Pinedo, en su calidad de jefe de la escuadrilla del Uruguay, las funciones de comandante militar de Paysandú, colocado allí por el general Urquiza en su carácter de general en jefe de las fuerzas de operaciones del Norte y Litoral; en el desempeño de este cargo, de Pinedo ejerció una serie de actos arbitrarios, que costó la vida a muchas personas, extendiendo su influencia no sólo al Departamento de Paysandú, sino también a todo el litoral de los ríos Negro y Uruguay. A llegar el general oribista, Antonio Díaz, a aquel Departamento, se levantó un clamor general de protesta contra aquél, el cual no respetaba ni las vidas ni las haciendas de los ciudadanos. El general Díaz amonestó a de Pinedo, tratando de encarrilarlo por la senda del deber, pero el Coronel se rebeló abiertamente contra aquel General que desempeñaba las funciones de Ministro de la Guerra del Presidente Legal Manuel Oribe, y entonces éste ordenó con fecha 15 de abril de 1844 a Díaz, que separase al coronel de Pinedo de su puesto, actitud que ratificó el propio general Urquiza, el 2 de julio, y el gobernador Juan Manuel de Rosas posteriormente, el cual ordenó terminantemente el relevo de aquél, su embarque en una nave mercante, quitándole todo mando naval, e imponiéndole un largo arresto, no obstante las consideraciones que le discernía a su hermano, el general Agustín de Pinedo; a mediados de agosto de 1844, entregó el mando de la escuadrilla al sargento mayor José Elordi y se embarcó para Buenos Aires en la goleta mercante “María Luisa”.
El coronel de Pinedo prestó posteriormente servicios en la Comandancia de Marina. En 1850 Juan Manuel de Rosas organizó una nueva escuadra destinada a formar tripulaciones navales, formada por 5 embarcaciones, cuyo mando asumió aquél, enarbolando su insignia en el bergantín “Julio” (ex “Esteban”), de 12 cañones. Tal escuadra se adiestró en maniobras, en el manejo de la artillería y en la instrucción del personal y de un crecido grupo de guardiamarinas, hijos del país, a los que se les dictó academia teórica y se les hizo desarrollar un extenso programa práctico, contrayéndose todos a bordo para formar un cuadro de oficiales que fuesen útiles a su Patria y cuando se estaba próximo a cosechar los frutos de tantos desvelos, una parte de aquella escuadra fue disuelta y de Pinedo pasado a la Plana Mayor del Ejército, a causa de los sucesos de 1851.
Inmediatamente después de Caseros fue decretada la baja del coronel de Pinedo, pero el 17 de julio de 1852 fue dejada sin efecto esta disposición y pasado a la Plana Mayor del Ejército de la Provincia de Buenos Aires.
Cuando se estableció el sitio de Buenos Aires a fines de 1852, por las fuerzas que respondían al general Urquiza, de Pinedo formaba parte de los sitiadores, por agua, con un bergantín armado en guerra, en la Boca del Riachuelo; pero en la madrugada del 18 de junio de 1853 se presentó con su buque al comandante José Morature, jefe de las fuerzas navales de Buenos Aires, entregándose, como sucedió en los días siguientes con el resto de la escuadra de Urquiza.
Prestó ulteriormente sus servicios en la Comandancia de Marina y en otros puestos administrativos, hasta el 22 de abril de 1864, en que apareció un decreto pasándolo al Cuerpo de Inválidos a partir del 1º de mayo, después de 48 años continuados de servicios navales.
Falleció en Buenos Aires el 19 de febrero de 1885 a los 90 años de edad. Había contraído matrimonio el 22 de agosto de 1840, con Guillermina de Igarzábal, correntina, hija de Juan Gregorio de Igarzábal y Nieto y de María de la Raya; y habiendo fallecido su primer esposa, Pinedo contrajo nuevo enlace el 4 de julio de 1843, con Dolores de Igarzábal, hermana de la anterior.
Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino – Buenos Aires (1975).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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Yeben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939)
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