Nació en Bormes, Departamento del Var, Francia, el 6 de mayo de 1758. Era hijo de Salvador Mordeille y de María Lucía Couvert. Desde joven fue marino, y ya en 1790, capitán y patrón de barco matriculado en Marsella. Su primera embarcación fue el “Sans Culotte”, de 1792, con el cual hizo cruceros por las costas de España; tomado prisionero en uno de ellos por los españoles, consiguió escapar, pero apresó al mismo barco español. Esta hazaña le sirvió para atraer la atención de los armadores de Marsella, quienes se disputaron en adelante sus servicios.
En uno de los tantos abordajes en que tomó parte le cortaron su mano izquierda, lo que le valió el apodo de “El Manco” o “Mail Courte”, con que se le conoció después en el Río de la Plata.
En otras andanzas fue tomado prisionero por los ingleses y llevado a Portsmouth donde sufrió un largo y duro cautiverio; liberado llenó de zozobra a los mismos ingleses en las Antillas, en el Caribe, y luego en las costas africanas desde las cuales hizo varios viajes al Plata, utilizando, según le conviniera, pasaporte neerlandés, genovés o francés.
El 2 de enero de 1804, arribó a Montevideo, con su barco “Hoop”, trayendo como presa al navío inglés “Neptune” que había capturado frente a la costa de Buena Esperanza. Las autoridades orientales, que deseaban evitar conflictos con Inglaterra, no permitieron a Mordeille negociar la presa conquistada y lo obligaron a retirarse. Sin embargo, meses después, en noviembre de 1804, regresó con su socio, el capitán Beaulieu, con dos goletas que pretendían hacer pasar por bergantines franceses cuando en realidad eran también presas inglesas disfrazadas. La treta fue descubierta, iniciándoles entonces, a ambos corsarios, un voluminoso expediente de más de 200 fojas, en el que se defendieron tenazmente, aunque sin éxito, ya que fueron condenados a 25 días de prisión, además de serles decomisada la carga. Posteriormente, el propio gobierno de Montevideo le dio patente de corso, entregándole la fragata “San Fernando” que Mordeille bautizó con el nombre de “El Dromedario”.
Junto con otro nuevo socio, Estanislao Couraud, reanudó sus andanzas, y desde junio de 1805, hasta que se produjo la primera invasión inglesa capturaron nueve barcos.
Al producirse la toma de Buenos Aires por los ingleses y la preparación del ejército ,en Montevideo para la Reconquista, Mordeille con sus marineros de “El Dromedario”, integró la escuadrilla de cinco sumacas y diecisiete lanchas cañoneras que fueron de Montevideo a Colonia para transportar el ejército de Liniers a la otra costa.
El 12 de agosto de 1806, debió participar en una reunión entre Pueyrredón y White -emisario de Beresford y Popham- a celebrarse en la plazuela de las Catalinas en la que se buscaba un armisticio, pero este último, no pudo asistir, porque los miñones catalanes se trabaron en lucha contra los ingleses. Fue a Mordeille, por encontrarse en primera línea, a quien se rindió el jefe inglés. Allí tuvo un diálogo en francés con Beresford que, ya retirado de la Recova, preguntaba al borde de la rendición si su vida y la de su gente corrían peligro, contestándole Mordeille que bastaba con rendirse a discreción para salvar la vida. Es entonces cuando Beresford arrojó su espada al pie de la muralla para demostrar su intención de parlamento, ello mientras ya ondeaba la bandera parlamentaria que el pueblo no atendía. Mordeille devuelve atada con pañuelos la espada arrojada por Beresford y trepó el parapeto del Fuerte para encontrarse con Beresford que en ese momento comenzaba a parlamentar con Hilarión de la Quintana que era el enviado de Liniers. Convencido por Mordeille y el enviado de Liniers, Beresford iza la bandera española que le proporciona un soldado, indicando así su rendición y entonces cesa el fuego de la población y fusilería patriota.
Esa fue una de las acciones que en los meses siguientes determinaron la convicción general que en realidad Beresford se había rendido y no había habido capitulación conversada de ninguna especie salvo las garantía de guerra a los vencidos.
Reconquistada la ciudad, regresó a Montevideo, a la sazón en plenos preparativos de defensa. El gobierno le pidió que formara y adiestrara un cuerpo de 300 húsares. A fines de 1806, comandó la tropa española de tierra mejor disciplinada del ejército defensor.
Desembarcados los ingleses cerca de Montevideo, el 16 de enero de 1807, Mordeille con sus húsares tomó parte en los combates contra ellos, destacando los historiadores su actuación, a pesar de los reveses que sufrieron los españoles.
El 3 de febrero de 1807, las tropas del general Achmuty tomaron la ciudad por asalto, merced a que unos 200 hombres pudieron introducirse sorpresivamente por una brecha abierta en sus murallas. La sorpresa del primer ataque, realizado en la oscuridad de la madrugada, facilitó el avance del grueso de las fuerzas inglesas que se trabaron en sangrienta pelea cuerpo a cuerpo con los heroicos defensores. Los ingleses, en número de 800, se dispersaron a derecha e izquierda de la ciudad penetrada y fueron tomando una a una todas las baterías. En la Ciudadela, cuyo ataque se produjo ya desde adentro de la ciudad, se enfrentaron los Rifleros con los Corsarios y Voluntarios de Mordeille, quien murió peleando heroicamente al frente de sus hombres, lejos de su patria, su mujer e hijos, a la edad de 48 años.
Allí capituló el gobernador Ruiz Huidobro después de un combate de ocho días. Al amanecer casi todas las baterías y reductos se habían tomado. Muchas familias habían buscado refugio en el Cerro en botes. El resultado en muertos fue pavoroso. No hay constancias concretas puesto que las listas difieren demasiado pero hubo sólo en muertos alrededor de 800 defensores y 500 heridos sobre 3.500 combatientes, se deben sumar los desaparecidos y prisioneros. Del lado inglés, y ello configura lo sanguinario del combate, contabilizaron 560 muertos, más los heridos adicionales. Montevideo cayó heroicamente ante Auchmuty. Fue, por lejos, la batalla más sangrienta llevada a cabo en la campaña inglesa en el Río de la Plata en 1806 y 1807.
Mordeille cayó en su ley combatiendo en la tibia oscuridad de la madrugada montevideana. Peleaba con su hacha de corsario contra los ingleses que iban ocupando las calles de la fortaleza e invadiendo imparables los baluartes y baterías de las murallas. Con sus corsarios fanática y devotamente leales combatió en todas las batallas a que dio lugar la invasión.
Dice Destéfani: “Su coraje, celo y actividad en la defensa de la ciudad contra los ingleses fue tal que el Virrey lo había nombrado coronel y le dio el mando de uno de los mejores regimientos. Este buen soldado fue muerto de un bayonetazo en la Ciudadela“.
En el cuadro de la rendición de Beresford a Liniers, el 12 de agosto de 1806, de Fouquenay, que se encuentra en el Museo Histórico Nacional de Buenos Aires, aparece Mordeille en el extremo izquierdo, sentado, con la cabeza vendada.
Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, Buenos Aires (1975)
Distéfani, Laurio H. – Los Marinos en las Invasiones Inglesas – Buenos Aires (1975).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Pieroni, Agustín – El conde que le ganó al inglés – Ed. Dunken, Buenos Aires (2015)
Portal www.revisionistas.com.ar
Se permite la reproducción citando la fuente: www.revisionistas.com.ar