Nació en París (Francia) el 29 de mayo de 1849, hijo de François Daireaux, comerciante francés que había hecho fortuna con el café en Brasil (1), y Constance Herbín. Transcurre su infancia en el Chateau de Montifray, adquirido por su padre en las proximidades de la ciudad de Tours. Hizo sus estudios en el Liceo de Charlemagne, instituto de enseñanza de primer nivel, hasta completar su bachillerato.
El día 25 de enero de 1868, con apenas 18 años, parte del puerto de L’Havre en el vapor “Navarre”, rumbo a Buenos Aires. Al llegar a Río de Janeiro debe trasbordar a un buque más pequeño que el 1° de febrero atraca en nuestra ciudad, luego de una travesía de 35 días. Inmediatamente se instala en el Hotel de la Paix, edificio de dos plantas con alto mirador en la esquina de Cangallo (hoy Tte. Gral Juan D. Perón) y Reconquista frente a la Iglesia de La Merced. Aquí se reunió con sus hermanos, Charles y Emile, que ya se hallaban en el país.
Trajo consigo un importante capital que utilizó para desarrollar actividades comercio de importación y exportación, bursátiles y bancarias; pero no tuvo éxito y sus recursos económicos, provenientes de la herencia que le dejara su padre, fallecido en 1866, se redujeron considerablemente. Por entonces conoce a Virginia L. Boursot Gasc, con quien se casa en 1882.
Ante las buenas perspectivas al comercio y a la agricultura que vislumbró en la provincia de Buenos Aires decide establecerse en el campo. Comenzó su actividad poblando una estancia que llamó “La Cristalina”, en las orillas del arroyo Gualichú, del antiguo partido de La Flores (hoy Rauch), que por los modernos métodos de trabajo y lo perfecto de su organización, fue citado más de una vez como modelo en su género.
Hacia 1883 posee ya tres estancias: “La Cristalina” en Rauch, otra en Olavarría (en sociedad con su hermana Amélie), dedicada a la cría de ganado lanar, y “Las Diez Lagunas” en el antiguo partido de Bolivar, dentro de cuyos lindes se levantaría más tarde la estación Daireaux, del entonces Ferrocarril Sud, actualmente cabecera del partido homónimo.
Compra terrenos e instala almacenes sobre la línea del Ferrocarril al Pacífico y participa de la fundación de la ciudad de Rufino en la provincia de Santa Fe y Laboulaye en la de Córdoba. Al noreste de esta última localidad, en General Viamonte, su comercio de ramos generales formó el núcleo inicial de la sociedad que daría origen a ese pueblo.
Dice Hugo del Popolo: “Su prolongada actividad en el medio rural, le permitió interiorizarse de los usos y costumbres criollos y comprobar las falencias técnicas de los establecimientos de la época, basados más en la extensión superficial que en la intensificación de la tecnología y fue así que, ante un pedido del editor Félix Lajouane, escribe en 1887 “La cría del ganado. Manual del Estanciero”, en el que trata de adaptar la técnica europea a las posibilidades del país. Esta obra alcanza gran difusión, no sólo en el ambiente local, sino también en Uruguay y Brasil”.
Se desempeñó como profesor de francés en el Colegio Nacional Central de Buenos Aires (actual Colegio Nacional Buenos Aires), y compartió sus tareas docentes con las agrícolas y ganaderas, sin dejar ociosa su pluma. Trabaja en La Nación, colabora en Caras y Caretas, La Prensa, La Ilustración Sudamericana, La Capital de Rosario, y dirige el diario francés L’independant. Durante algún tiempo ejerció el cargo de Inspector de enseñanza secundaria y normal. Fue miembro de la Sociedad Filantrópica Francesa y de la Liga Agraria.
Fue autor de numerosas obras, la mayoría son reflejos de costumbres rurales bonaerenses, hechas con toda honradez; es plástico y exacto hasta en los menores detalles. Los libros que escribió son: Costumbres criollas, Los milagros de la Argentina, Recuerdos de un hacendado, El Fortín, Tipos y paisajes criollos, Las cien hectáreas de don Pedro Villegas, Las veladas del tropero y Los dioses de la Pampa; Las dos patrias es una novela de ambiente porteño que describe la vida en la ciudad de Buenos Aires en los últimos años del siglo XIX.
Divulgó fábulas camperas entre el paisanaje de la provincia para lo cual escribió Cada mate, un cuento. Igual propósito y sentido tienen sus Fábulas Argentinas. En 1912, publicó en París: Dans la Pampa (Chasses impromptus), para revelar a los franceses aficionados al deporte, la riqueza de animales de caza de nuestros campos, y la forma como se lo practica entre nosotros.
En Buenos Aires tuvo varios domicilios: Berutti 1331 y Av. Santa Fe 1938 entre otros. A su hogar concurrían artistas como Eduardo Schiaffino, Martín Malharro, Eduardo Sivori, el escultor Rogelio Yrurtia y el pintor italiano Mario Augusto Canale (1890-1951).
Daireaux fue de los extranjeros amantes del país, pues consagró las mejores páginas de sus libros a hacernos conocer en su patria de origen. Carlos Guido y Spano expresó: “Nadie mejor que él nos conoce, ni se amalgama tanto al criollismo porteño francés, lo mismo usa el redingot parisiense que el poncho calamaco”.
Falleció en Buenos Aires, el 18 de marzo de 1916. De él, dijo Roberto J. Payró: “en cuanto a escritor, puede ser reivindicado por los argentinos como compatriota”.
Manuel Gálvez, lo describe así: “Aunque francés, Godofredo Daireaux conocía y comprendía nuestro campo y dejó libros de mérito, más folklórico que literato. Era corpulento de anchas espaldas, cara redonda, bigotes canosos, gruesos y algo caídos. Daireaux era muy bueno (…)“.
Referencia
(1) Emigró a Brasil, a fin de de aplicar la tecnología que se empleaba en los manzanares de Normandía en los cafetales, lo que realizó con gran éxito. A él se debió la implantación del sistema romboide o quinconcé en las plantaciones y en alguna ciudad brasileña, se le recuerda como precursor del cafetal moderno.
Fuente
Carrazzoni, José A. – Godofredo Francisco Daireaux: Poblador, Educador y Escritor.
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, Buenos Aires (1969)
Del Popolo, Hugo – Godofredo Daireaux, Manual del Agricultor Argentino, Rufino (2014).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
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