Nació en Castellamonte, Turín (Italia), el 22 de noviembre de 1888. Vino al país a los seis años con su madre y su hermano Enrique Luis, llamados por su otro hermano Pablo, quien ya se hallaba en Mendoza. Este, desde 1900 poseía un taller en sociedad con el italiano Juan Pollino, en Belgrano, a orillas del canal Cacique Guaymallén, del cual aprovechaban sus aguas para accionar una turbina que proporcionaba energía para las labores metalúrgicas. Pero la sociedad tendrá una corta duración, pues al año siguiente Pablo Casale seguirá sólo y posteriormente en sociedad con su hermano Mario. En el taller se reparaban y producían partes y algunos equipos de metal para el Estado provincial, como compuertas y algunos mecanismos complementarios.
Mario mostró desde niño su afición a la mecánica, en especial a las máquinas a combustión. Tenía 16 años cuando construyó un biplano, copia fiel de alguno realizado en Europa, cuyas alas de tela cosió su madre. Sus vuelos de práctica los hizo en la estación Los Tamarindos, en Las Heras (1). Este fue el primer avión construido en la Argentina. Dos años después levantó un hangar en “El Plumerillo” (actual asiento de la IV Brigada Aérea), y construyó la pista que luego utilizará Jorge Newbery, Bartolomé Cattáneo y Pablo Teodoro Fels, entre otros.
Nacionalizado argentino, fue el primero que voló sobre la provincia de Mendoza. En 1909, comenzó a construir su segundo biplano con el que tenía previsto rendir el examen correspondiente para obtener el título de piloto. El examen lo rindió el 20 de diciembre de 1912 ante una comisión francesa, piloteando un avión que había sido de Marcelo Paillette y que Casale reacondicionó con ayuda de mecánicos de “El Palomar”. Así obtuvo el brevet internacional Nº 18.
Luego partió para San Juan, aterrizando en el descampado del Parque de Mayo. Fue el primero en volar en aquella provincia, en cuya ciudad se exhibió exitosamente efectuando arriesgados vuelos durante varios días. En la primera jornada Casale bajó entre los aplausos de los presentes, entre ellos 3.000 niños de las escuelas, y no pudo repetir el vuelo por el viento. Al día siguiente se elevó a gran altura y atravesó la ciudad de este a oeste y de norte a sur. “Todo el pueblo se había volcado a las calles, en las plazas y sobre las terrazas. Contemplaba con gran admiración el avión de Casale, el cual atravesaba el espacio como un relámpago”, dice la historia. El biplano poseía fuselaje sin entelado, que dejaba ver el cuerpo entero del conductor y los instrumentos del comando. Lo acompañaba un joven deportista sanjuanino llamado Luis Bates Salcedo. En la Casa de Sarmiento aún se conserva la hélice de esa primitiva aeronave.
Volvió a Mendoza en vuelo, constituyendo todo un record de distancia, pues nadie hasta entonces había salvado los 180 kilómetros, que por aire separaban a las dos ciudades andinas.
Sus vuelos de diversión se hacían en el Parque, a una altura de no más de 50 metros, con gran parafernalia y multitudes que no podían creer lo que estaba pasando a nivel tecnología en Mendoza. Con el segundo avión construido, Casale tuvo un accidente singular; por causa del desperfecto en el motor, el jueves 12 de diciembre de 1912 cayó en el lago del Parque General San Martín, logrando salir ileso. Así lo comentaba al día siguiente el diario Los Andes: “El biplano se deslizó con la mayor suavidad, a modo de un gigantesco buitre, y en pocos segundos estuvo a varios metros de altura. Una salva de aplausos saludó en ese instante al intrépido aviador. El aparato, hábilmente dirigido ejecutó una serie de notables virajes sobre el lago, en un círculo tan estrecho, todos ellos, que por momentos hizo temer que perdiera el equilibrio y se precipitase al suelo. El público, se sorprendió de pronto, como a los diez minutos, al observar que el motor dejaba de trabajar, que la hélice suspendía su rotación, como consecuencia de ellos y que el aeroplano descendía en forma casi vertical. Una opresión de inmensa angustia acometió a todos los corazones ante la visión de una irremediable y funesta catástrofe. (…) quiso la fatalidad que se rompiera uno de los cables de acero con que está sujeto el motor y, al enroscarse en la hélice, la detuvo en el acto. El accidente se produjo, por fortuna, estando el aeroplano sólo a una altura como de 15 metros y próximo al lago, de manera que no tuvo mayores consecuencias”.
Durante muchos años este biplano fue el único que sobrevoló la zona cuyana.
El 12 de febrero de 1914 fue inaugurado el Monumento al Ejército de los Andes (2), en el Cerro de la Gloria; el hecho tuvo lugar durante la gobernación de Rufino Ortega (hijo), y la fecha de la inauguración coincidió con el 97° aniversario de la Batalla de Chacabuco. Ese día fue declarado feriado provincial y se realizó una imponente ceremonia repleta de público, con desfile de tropas y sobrevolada por dos aeroplanos, de los pilotos Teodoro Fels y Mario Casale. El 7 de abril del mismo año se accidentó en Maipú (Prov. de Mendoza) destrozándose totalmente el aparato y salvándose Casale milagrosamente la vida.
Poco tiempo después se produce la visita a la provincia de Mendoza del Politeama Cassano, un reconocido elenco de Teatro de Buenos Aires que en forma itinerante representaba obras de Florencio Sánchez, con orquesta de músicos italianos en vivo; esto permitió que su joven actriz, Rosa Cassano de sólo 15 años, conociera a Mario Casale.
El 8 de abril de 1914 el diario Los Andes testimonia lo ocurrido: “Un lisonjero éxito tuvo anoche la función a beneficio de los fondos que se están recolectando para adquirir un aeroplano al aviador mendocino Mario Casale de 24 años de edad. Al final, las señoritas Rosa y Graciana Cassano fueron obsequiadas con cuatro hermosos ramos de flores naturales, dos en nombre de la comisión Pro-aeroplano y otras dos en nombre del aviador Casale”.
A partir de este momento, el intrépido aviador sigue el recorrido de la compañía y visita a su novia en los distintos puntos de la gira adonde llega en su avión. Finalmente el 6 de febrero de 1915 contrae enlace con Rosa Cassano.
Finalizó su tercera nave en 1917, dándola casi diez años después al Ministerio de Guerra. Para su construcción el pueblo mendocino decidió realizar una colecta. Posteriormente abandonó su pasión por la aeronáutica para dedicarse al automovilismo y motos, con la misma devoción.
Construyó el primer motor de 8 cilindros realizado en la provincia con el cual intervino en diferentes carreras de la especialidad logrando varios premios. Después construyó dos cines en Guaymallén, siendo uno de ellos, el primero al aire libre que funcionó en Mendoza.
Falleció el 17 de agosto de 1952. En reconocimiento a sus méritos, la Fuerza Aérea le entregó a su esposa un distintivo como “Precursor de la aviación” y el Círculo Aeronáutico lo designó socio honorario a perpetuidad.
En 1970 se le instituyeron los títulos de precursor benemérito y benefactor de la Aeronáutica argentina. En 1983, a una escuela del departamento de Las Heras (Mendoza) se le dio su nombre y dos tangos le fueron dedicados a su memoria.
Referencias
(1) Primer aeropuerto de Mendoza que luego se trasladara un poco más al norte, en El Plumerillo.
(2) El conjunto escultórico, de 16 metros de altura y realizado en bronce, fue fundido en el Arsenal de Guerra de la Nación. Es obra del escultor uruguayo Juan M. Ferrari (1874-1916). Está emplazado en el actual “Cerro de La Gloria”, en el Parque Gral. San Martín, originalmente conocido como “Cerro del Pilar”; sobre un basamento de piedra traído de la Cordillera de los Andes.
Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Novísimo Diccionario Biográfico Argentino, Buenos Aires (2004).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Furno, Rosa Yolanda y Casale de Fernández, Nelly Julieta – Mario Casale, primer aviador: Testimonios, USA, Octubre (2000).
Pérez Romagnoli, Eduardo – Dossier. Vitivinicultura, Obras Públicas y Metalurgia Regional en Mendoza, UNCUYO, Mendoza (2014).
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