Alonso Antonio Baldrich

Gral. Alonso Antonio Baldrich (1870-1956)

Nació en San Nicolás de los Arroyos (Pcia. de Buenos Aires), el 17 de enero de 1870, hijo de Juan Esteban Baldrich y de Paula Caraballo.  Cursó sus estudios primarios en la Escuela Normal de Paraná, y luego los completó en Rosario.

Ingresó al Ejército como soldado distinguido en el Batallón 1º de Línea, en 1888, y al año siguiente pasó al Colegio Militar de la Nación, siendo el primer abanderado de la institución.  Todavía cadete, intervino en los combates de la revolución del 90, y por su conducta conquistó el ascenso a cabo de segunda clase.  Luego de su egreso como oficial, se desempeñó en diversos destinos militares, y simultáneamente curso estudios en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, donde obtuvo en 1903 el título de ingeniero civil.  Por decreto del presidente Julio Argentino Roca fue también reconocido como ingeniero militar.

Incorporado al Ferrocarril Oriente de Bolivia junto con Enrique Mosconi se desempeñaron como ingenieros de sección en el estudio, proyecto y construcción del ramal Perico a Orán, donde trabajaron juntos hasta enero de 1904.

Formó parte de la Comisión de Estudio del Bermejo.  Después Baldrich pasó a desempeñar la segunda jefatura del 3º Batallón de Ingenieros.  En 1906 ascendió a mayor, y en 1909, a teniente coronel.

Viajó a Europa como miembro de la Comisión de Compra de Materiales Militares.  Desde 1910, revistó como agregado a la Plana Mayor del Batallón Garden Pioneer, famoso por ser guardia personal de Guillermo II.

Coronel en 1916, desempeñó más adelante la dirección del arsenal y fábrica de proyectiles de Puerto Borghi (Prov. de Santa Fe), donde tuvo un comportamiento ejemplar.

Cuando el coronel Mosconi asumió la dirección general de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en octubre de 1922 lo nombró Administrador de ellos en Comodoro Rivadavia desde 1923 a 1924, desempeñándose con absoluta consagración y alto patriotismo.

De vuelta al servicio activo del Ejército se hizo cargo de la Dirección General de Ingenieros, y en 1925 fue ascendido a General de Brigada con Mosconi.

Al fundarse la Alianza Continental en 1927, para la campaña por la nacionalización del petróleo, Baldrich se enroló desde el principio a sus filas.  Desde entonces ocupó innúmeras tribunas a lo largo y ancho del país a través de sus discursos o improvisaciones y libros.  El 2 de febrero de ese año, pronunció en el Centro Naval una conferencia sobre El Petróleo, abogando por la ley de nacionalización, y el 25 de junio dio otra en el Teatro Argentino sobre “Rivalidad de las potencias imperialistas en torno del petróleo y se sus consecuencias para la soberanía argentina”, pronunciándose contra el trust invasor.

El Ministro de Guerra, general Agustín. P. Justo, disgustado por su prédica lo pasó a retiro por “exceso de edad”.  El hecho provocó una imponente demostración por parte de sus amigos, ofreciéndole el verbo del Dr. Alfredo L. Palacios, y defendiéndose Baldrich de las acusaciones injustas que le lanzaron.

En 1929 fue nombrado director del matutino “La Argentina”, tribuna que usará en su campaña por la nacionalización del petróleo tratando de crear una conciencia nacional.  El 29 de diciembre de dicho año, anunció un mitin de la Alianza Continental a realizarse en las calles Corrientes y Uruguay, y a sus filas se incorporaron Carlos Sánchez Viamonte, Homero Guglielmini y Moisés Lebensohn, entre otros.  Baldrich lanzó sus urticantes dardos contra el Senado, donde se encuentran los defensores del capital extranjero.  En su diario publica su extenso informe: “La Alianza Continental frente a la Comisión Especial del Petróleo” (22 al 24 de diciembre).

Combatió a la Standard Oil por la retribución de servicios, y su amigo Mosconi estuvo preocupado porque temía que lo asesinaran.  Denuncia también a la Royal Dutch por su agresiva penetración.  Otro artículo de Baldrich acusa a la Comisión del Petróleo de “echar un velo sobre las escandalosas actividades del trust extranjero en nuestro país”.

El 30 de diciembre inició la publicación de un largo informe que se prolongará diariamente hasta el  6 de enero de 1930.  Mientras tanto se consiguió la baja del precio de la nafta como medida de gobierno, pero no todo fue el petróleo la meta de su campaña, sino que bregó por “la defensa de la industria”.  Dice Baldrich: “Es necesario dar a la industria elaborativa su verdadero significado económico y social.  La usina que se levanta rinde beneficios a quien la mantiene, pero su influencia se diluye en todo el medio en que actúa.  Da pan al obrero, tranquilidad a los hogares cuyos jefes se disciplinan en el trabajo, reduce las compras en el extranjero y pone en circulación fuertes capitales que salen al mercado bajo la forma de salarios y de compra de las materias primas…”.

Sus artículos siguen denunciando “El Petróleo y la farsa”; “El Presupuesto”, “La conspiración del silencio”, con la obstrucción de la mayoría del Senado; “Empetrolamiento sugestivo”; “El Senado no sanciona la ley del Petróleo”.

A Baldrich lo atacan, le dicen “quijote petrolífero”, y “general del Ateneo”, pero otros lo llaman argentino ilustre por sus denuncias contra las empresas foráneas, que atentan contra la soberanía nacional.  Continuó defendiendo la política petrolera del gobierno de Hipólito Yrigoyen y su postura americanista.

El 4 de mayo dejó la dirección del diario, pero afirma que seguirá abogando por la Ley de Nacionalización y monopolio del petróleo.

Al producirse la revolución del 6 de setiembre de 1930, Mosconi y Baldrich fueron detenidos juntos en la calle.  Ambos jefes son estrechamente vigilados hasta que a Mosconi lo destierran a Europa y a Baldrich lo confinan a Bariloche, desde donde partió meses después para Paraguay y luego a Brasil.  Regresó al país cuando asumió la presidencia el general Justo, en 1932, y al poco tiempo acusó al doctor Matías Sánchez Sorondo, el ex ministro de Uriburu, de ser el instigador y el responsable de las denuncias de presos y torturados de su gobierno.  Sánchez Sorondo le envió sus padrinos al general Baldrich, los que rechazó por cuestión caballeresca.

Entre sus publicaciones se cuentan: El Petróleo (1927); Peligros que implica la falta de una legislación nacional sobre el petróleo; Rivalidad de las potencias imperialistas en torno al petróleo (1927); El problema del petróleo y la Guerra del Chaco (1934).

Falleció en Buenos Aires, el 24 de agosto de 1956, a los 86 años.  Estaba casado con Mercedes Elordi.

Por su acción patriótica en 1928, el directorio de YPF resolvió bautizar un buque de la flota petrolera con su nombre.  Puesto fuera de servicio en 1972, un director de YPF, el general Actis, otorgó el nombre de Baldrich a otro barco, medida dejada sin efecto bajo la administración Ondarts.  Fue un gran argentino, pero permanece aún envuelto en las sombras.

Sin lugar a dudas la decidida lucha por nuestra Independencia Económica es lo que sentencia al Gral. Baldrich a la desmemoria abrupta de muchos dirigentes y políticos, que son ni más ni menos quienes solapadamente continúan sosteniendo a la superviviente oligarquía vendepatria.

Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Novísimo Diccionario Biográfico Argentino, Buenos Aires (2004).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Gutiérrez, Ramón – Los ingenieros militares y sus precursores en el desarrollo argentino, Buenos Aires (1976)
Larra, Raúl – El general Baldrich y la defensa del petróleo argentino, Buenos Aires (1981)
Mircovich, Patricio – “Alonso Baldrich: Digno soldado de la emancipación nacional”,
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