George Thompson

Teniente coronel George Thompson (1839-1876)

Nació en Greewich (Inglaterra), el 26 de marzo de 1839. Inició sus estudios en 1849 en una escuela próxima a la localidad de Stuttgart, abandonándolos tres años después. Posteriormente los retomó en Londres hasta 1854. Al año siguiente trabajó como aprendiz en Malta junto a ingenieros de la fábrica de gas. Hacia 1857 regresó a Inglaterra, donde fue contratado como dibujante en una fábrica de locomotoras.

Vino a América del Sud y se radicó en Paraguay en 1865, cuando se iniciaron las hostilidades contra la Triple Alianza. Abrazó con entusiasmo la causa del mariscal Francisco Solano López, y se inició en el estudio de la ingeniería. Con sus conocimientos técnicos prestó importantes y destacados servicios al ejército paraguayo.

Se ocupó durante la larga campaña, en la fortificación y defensa de los refugios avanzados; levantó un plano trigonométrico del terreno situado entre el Paraná y Humaitá; proyectó y dio principio de ejecución al ferrocarril militar de El Sauce a Curupaytí, emplazó cañones y trazó fortificaciones para baterías que se ubicaron en Yataytí-Corá, Monte-Lindo, Tebicuary, Pikysirí y Potrero Sauce.

La obra más resaltante de Thompson fue el reforzamiento de las trincheras de Curupaytí, cavando una profunda zanja delante de ellas, lo que resultó en el error aliado más garrafal de toda la contienda: atacaron frontalmente en un terreno fangoso, quedando a merced de los paraguayos, que consiguieron la victoria más resonante de todo el conflicto.

El mariscal López le confió conjuntamente con el teniente coronel Lucas Carrillo, la defensa de Angostura, última posición fortificada del Paraguay, donde se batió valientemente con los pocos hombres y escasos elementos de que disponía. Trató con los aliados una capitulación digna y honrosa, y de ese modo la selló con el marqués de Caxias. Este le ofreció los medios para trasladarse a Inglaterra o Buenos Aires, pero Thompson rechazó el generoso ofrecimiento y pasó a Itá-Ivaté para prestar auxilio a los heridos paraguayos con ayuda de algunos estudiantes de medicina que soportaron con él el asedio de Angostura, y 25 hombres que le enviara al efecto el general Gelly y Obes. De allí partió para Villeta y Asunción, dirigiéndose inmediatamente a Buenos Aires después de una residencia de once años en el Paraguay.

Había luchado heroicamente y ganó los grados militares de su carrera hasta alcanzar el de teniente coronel de ingenieros. Mereció la confianza de López que lo tuvo como ayudante y consejero en el transcurso de la guerra. Por su actuación lo elevó a la categoría de Caballero de la Orden del Mérito.

De vuelta a Inglaterra antes de terminar el conflicto, Thompson criticó de que el comando aliado, contraviniendo lo estipulado en la capitulación de Angostura, había obligado a los prisioneros paraguayos a formar en las filas de su ejército. Con tal motivo dirigió una enérgica protesta al comando en jefe aliado.

Sobre la vasta campaña cumplida dio a la estampa un interesante libro histórico, que se publicó en Londres, en 1869, titulado: The war in Paraguay. With a historical sketch of the country and its people and notes upon, the military ingeneering of the war. Esta obra es sumamente importante como fuente bibliográfica sobre temas atinentes a la guerra del Paraguay. Por su estructura no es un libro de viajes, pero su riqueza informativa, y la posición que ocupó en ese país el autor, así como su residencia transitoria en el mismo, justifican que pueda ser considerado como tal un testimonio semejante. Se advierte en el libro de Thompson, sobriedad en el estilo, claridad en la exposición y conocimiento minucioso del país y de los acontecimientos que contribuyen a darle destacado interés. Se lo ha criticado diciendo que el libro de Thompson es efectivamente un libro histórico, pero le falta el equilibrio y la imparcialidad necesarios para ser un libro de historia. La obra fue traducida al portugués por Antonio Augusto da Costa Aguiar, y se dio a la estampa en Río de Janeiro aquel mismo año. También se tradujo al español con el título de La Guerra del Paraguay, acompañada de un bosquejo histórico del país y con notas sobre la ingeniería militar de la guerra. La traducción, las notas pertinentes y las refutaciones al autor con los partes oficiales de los generales del ejército aliado fue hecha por Diego Lewis y Angel Estrada (1869). Esta segunda edición –como reza en la portada- se halla profusamente ilustrada y enriquecida con nuevas notas por José Arturo Scott, en Buenos Aires, en 1910, en 4 volúmenes, dos de los cuales contienen importantes documentos que la valorizan considerablemente.

La obra de Thompson narra los sucesos desde el comienzo de la guerra con un bosquejo sobre el Paraguay: las causas que produjeron la guerra; la expedición a Matto-Grosso; el ejército paraguayo y sus recursos generales; las fuerzas de los aliados; la campaña sobre Corrientes; batalla del Riachuelo; López deja Asunción; campaña del Uruguay; López se prepara a recibir a los aliados en Paraguay; recriminaciones entre López y Mitre; batallas de 2 y 24 de mayo; destrucción del ejército paraguayo; los aliados en el sitio de Humaitá; López abandona el Tebicuary; supuesta conspiración; la muerte del mariscal López.

Un aspecto interesante de la obra fue mostrar la importancia del Paraguay en los años de la guerra de la Triple Alianza, como ejemplo de potencia industrial, en un momento en que América, tenía a su alcance la opción del denominado modelo de “desarrollo autónomo”, que por supuesto se frustró. Al respecto, se cuenta con las invalorables observaciones de Thompson, en tiempos de Solano López (1), -una muerte que mucho sintió-, cuando escribió: “La masa del pueblo era tal vez la más feliz del mundo. Apenas tenían que trabajar para ganar su vida. Cada familia tenía su casa o choza en terreno propio. Plantaban en pocos días el tabaco, maíz y mandioca, necesarios para su propio consumo, y aún esto mismo no exigía cuidado hasta la época de la cosecha. Todas las chozas tenían su naranjal, cuya fruta forma un artículo importante de consumo en el Paraguay, y también algunas vacas, lo que les evitaba en gran parte la necesidad de trabajar”. Y luego: “Para la generalidad, la suma de la felicidad humana consistía en pasar el día a la sombra, tendido sobre un poncho y tocando la guitarra. Puede creerse, pues que aquellos tiempos eran sumamente felices, por cuanto era todo cuanto tenían que hacer”.

Tras haber editado su obra, en marzo de 1870, Thompson se hallaba de nuevo en América, y llegando a la Argentina, se trasladó a Córdoba donde estuvo encargado del ferrocarril y dirigió obras de algunos ramales.

Luego pasó a Asunción para establecerse, fijando residencia permanente. El gobierno del presidente Jovellanos lo nombró gerente del Ferrocarril, a cuya construcción había colaborado. Allí contrajo matrimonio, dejando hijos de nacionalidad paraguaya y una vida de entero servicio a la nación que decidió defender.

Murió en marzo de 1876, a los 37 años de edad.

Referencia

(1) Thompson comenzó su libro diciendo que “… Como se verá por la siguiente narración, considero a López un monstruo sin paralelo, pero declaro que no descubrí su carácter hasta fines de 1868. Al principio de la guerra solo oí rumores vagos sobre sus iniquidades. Sin embargo, sus apariencias eran tales como para hacer dudar, y aun desvanecer todo lo que en voz baja se murmuraba contra él”.

Fuente
Abeillard Barreto – Bibliografía Sul-Riograndense, Editora Conselho Federal de Cultura, Río de Janeiro (1973).
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, Buenos Aires (1985).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
García Martínez, Luis – Liberación o dependencia, La Nación, abril de 1984.
Miranda, Carlos – George Thompson, (2019)
Plá, Josefina – Los Británicos en el Paraguay, Asunción (1984).
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