Nació en Palmyra, Pennsilvania (Estados Unidos), el 22 de agosto de 1843. En junio de 1870 se graduó como Ingeniero Civil en la Universidad de Lehigh – al igual que su abuelo –. Tenía dos hermanos que abrazaron la misma profesión. Contratado por nuestro gobierno vino a la Argentina para trabajar en el Observatorio Nacional de Córdoba. Había iniciado su travesía desde Nueva York en vapor. Arribó a Buenos Aires y luego de 20 horas de navegación por el río Paraná llegó a Rosario. El trayecto en tren a Córdoba le demandó otras 16 horas de viaje. El cansado ingeniero, con 27 años recién cumplidos, junto a otros dos de sus futuros compañeros de trabajo, se alojó en el centro de la ciudad en la casa del inmigrante alemán Dr. Oester, un aficionado al estudio de la naturaleza. Entonces, Córdoba era un pequeño pueblo de unos 30.000 habitantes, con calles de tierra, iluminado en las noches por lámparas de querosene.
Ya instalado en el Observatorio comparó nuevamente todo lo hecho con el cielo, agregando muchas estrellas y descubrió equivocaciones en la identificación de varias otras. Thome también se encarga de delinear la Vía Láctea en los mapas del atlas.
Cuando en septiembre de 1872 se pone en funciones el Círculo Meridiano, se da prioridad a su uso, con el objeto de confeccionar grandes catálogos con las posiciones precisas de todas las estrellas australes cuyo brillo estaba al alcance del instrumento. Thome participó de las observaciones, de las que Benjamín Apthorp Gould también tomaba parte activamente –a diferencia de lo que ocurrió con la Uranometría–. El cielo se dividió en “zonas” delimitadas en declinación (2º a 5º). Cada noche despejada se medían 3 zonas, que incluían la participación de tres ayudantes, los que se alternaban, por lo que cada uno tenía una noche de trabajo moderado, otra de trabajo intenso y una tercera que no observaba con el Círculo Meridiano y se ocupaba de la Uranometría. El empleo del Círculo no era tarea fácil, la necesidad de permanecer quietos durante las mediciones provocaba que durante las noches de invierno el frío entumeciera a los observadores, mientras que en el verano, los insectos, en especial las endémicas y peligrosas vinchucas, los molestaban enormemente.
A pesar del intenso trabajo realizado, Thome recién obtiene su primera licencia en 1877, luego de casi 7 años de residir en Córdoba. El 28 de abril de ese año, el Dr. Gould solicita al Ministro la autorización para otorgarle la licencia. En la misma nota indicó que le encargaría la tarea de controlar la impresión de los mapas para la Uranometría en Nueva York, a cambio del pago de 400 pesos para costear sus pasajes. De este modo, trabajo y licencia se confunden. Otorgado el permiso, a mediados de 1877 Thome viajó a EE.UU. donde visitó a su familia.
Desde el 10 de octubre de 1877, fue designado vicecónsul de los Estados Unidos en Córdoba. Colaboró como ayudante del director doctor Gould hasta el retiro de éste, en 1885. Al hablar sobre sus grandes condiciones en una recepción que se le dio en Boston, en 1874, dijo: “estoy seguro que él está ahora familiarizado con el cielo austral más que cualquier astrónomo que ha habido hasta ahora”.
El 7 de agosto de 1883, Thome recibió el título de Doctor “Honoris Causa” en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, pasando así a integrar el reducido grupo de laureados por la misma con esa distinción.
El 6 de febrero de 1885 Gould firma la última nota oficial, correspondiente a un resumen de cuentas; y el 1 de marzo es director el Dr. Thome, quien continuará la obra emprendida. Se inició de este modo la segunda parte de la etapa fundacional del Observatorio Nacional Argentino.
Thome y Gould habían forjado una relación de discípulo y maestro, que quedó de manifiesto en las palabras del nuevo director en el volumen XII de los Resultados del Observatorio en 1891: “…y a mi venerado maestro, el Dr. Gould, por su generosa y simpática ayuda a nuestra tarea”.
La labor que desarrolló Thome en el Observatorio fue realmente notable. Hizo más de dos millones y medio de observaciones celestes, fijó la posición de 600.000 estrellas, observadas por lo menos tres veces cada una, desde el paralelo 22º de declinación austral hasta el 62º.
Sus experiencias de la Uranometría argentina, y la publicación del Catálogo general argentino aparecido después del retiro de Gould, fueron parte de los grandes programas de aquél.
Pero el trabajo de más importancia realizado por Thome, y que le ganó un puesto de preferencia en la astronomía universal, es la Durchmusterung Argentina, que es la continuación de trabajos hechos por Argelander y Schoenfeld en el hemisferio norte, y que contiene una enumeración completa de las estrellas hasta la magnitud 10, y la determinación de su posición aproximada.
El mundo científico reconoció ese esfuerzo, pues la Academia francesa le discernió el premio Lalaude; la Royal Astronomical Society le nombró miembro honorario y muchas otras corporaciones científicas le acordaron honores similares.
Otro de sus trabajos importantes fue la cooperación del Observatorio de Córdoba en la carta fotográfica internacional del cielo; a él se le confió la faja que en un principio fue asignada al Observatorio de La Plata, por parte de la Asociación Internacional de Astrofotografía.
Dio conferencias en la Universidad de Córdoba que le procuraron nuevas relaciones en la sociedad local. Asistió a numerosos congresos llevando representación oficial.
Vivió consagrado a sus trabajos científicos, cuando falleció en Córdoba, el 27 de setiembre de 1908. Estaba casado con Frances Angeline Wall.
Fuente
Cutolo, Vicente Osvaldo – Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, Buenos Aires (1985)
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Houston Luiggi, Alice – Sesenta y cinco valientes, Ed. Agora, (1959)
Lederer, Julio – La personalidad y obra del sabio Juan M. Thome, La Nación, setiembre (1908)
Paolantonio, Santiago – Juan (John) M. Thome, Un ingeniero devenido en astrónomo, (2018)
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