La Catedral Gótica de Mario Palanti

Proyecto de la Catedral Gótica de Buenos Aires

Entre las obras más destacadas del célebre arquitecto italiano Mario Palanti (1885-1978) se hallan en Buenos Aires: el Pasaje Barolo (gemelo del Palacio Salvo de Montevideo), el Hotel Castelar (Av. de Mayo 1152), el Palacio Automotor (Av. Figueroa Alcorta 3351), el Edificio Roccatagliata (Av. Santa Fe esquina Callao), para citar sólo algunas de ellas. También existieron varios proyectos monumentales de Palanti que, por diversos motivos, no pudieron ser plasmados. Uno de ellos es la Catedral Gótica para Buenos Aires.

Hasta 1890, el edificio más alto del mundo fue la catedral gótica de Lincoln, en Inglaterra, conocida como Iglesia Catedral de la Bienaventurada Virgen María de Lincoln. Su construcción comenzó a fines del siglo XI y finalizó recién en el siglo XIV. Poseía una altura original de 159,7 metros. En 1185 la catedral fue destruida por un terremoto y, una vez reconstruida (entre 1237 y 1239), la estructura colapsó por algunos errores de construcción en el soporte de la torre principal. Entre 1307 y 1311 la torre central fue elevada hasta su altura actual de 83 metros y remataba en un largo chapitel de aguja, construido en madera, que se derrumbó en 1549 a raíz de una tormenta; con este chapitel alcanzaba los 160 metros.

Hubo otras catedrales de considerable altura cuyas torres se derrumbaron, ya sea por defectos en su construcción, por terremotos o incendios. Actualmente la catedral más alta del mundo es la de Colonia, Alemania, con sus dos torres de 157 metros cada una.

En vuestro país podemos citar la Basílica de Luján, con una altura de 106 metros y la Catedral de La Plata, con 112 metros (es la quinta catedral más alta de América, superada por las catedrales de Maringá (en Brasil), la Iglesia Riverside (en Nueva York), Basílica del Voto Nacional (en Quito) y la Catedral de Manizales (en Colombia).

De haberse llevado a cabo el proyecto de Palanti, la catedral de Buenos Aires hubiese sido la más grande y alta del mundo. Para tener una idea de su magnificencia transcribiremos a continuación un artículo de 1917 en el que Mario Palanti bosqueja el edificio proyectado:

Buenos Aires, segunda ciudad latina, carece de un templo que, en su magnitud y magnificencia, sea digno de la ciudad populosa y pueda compararse a los de las grandes urbes cristianas del universo.

Me llamó casi inadvertidamente la atención esa ausencia, y al meditar después sobre ello, me fui afirmando, gradualmente, en la convicción de que representa para nuestra capital una verdadera necesidad la construcción de una iglesia catedral que esté en armonía con las proporciones de aquélla. Tal es el origen del modesto bosquejo que he llamado con osadía “Proyecto para una catedral en la ciudad de Buenos Aires”.

Frente de la Catedral

Al elegir el estilo, no titubeé en adoptar el gótico, pues a su incomparable misticismo, que lo hace único para el objeto, reúne una admirable firmeza en una maravillosa esbeltez; y las cúspides de los templos que se elevan aéreas hacia los cielos, simbolizan la constante ascensión hacia el Creador de las plegarias de los fieles. La torre campanario, implantada sobre el mismo frente, alcanza la bonita altura de ciento setenta metros, sostenida por su robusta base de dieciocho metros de ancho, que forma pronaos para el acceso cubierto de los vehículos, constituyendo una novedad estética a la par que una apreciable comodidad para los fieles que directamente pasan del coche al interior del templo, al abrigo de la intemperie. La planta, en forma de cruz latina, se desarrolla con una gran nave central y dos menores laterales que la flanquean, dando un ancho total de sesenta metros y noventa en la cruz; el largo sería de unos ciento ochenta metros, resultando una capacidad como de veinte mil personas, porción ínfima de una población de dos millones, como la tendrá en breve Buenos Aires, y por lo tanto no exagerada. El altar mayor estaría colocado en el ábside, imprimiendo el interior esa inconfundible majestad y penetrante misterio que se imponen a la mente más prevenida.

No han de faltar, seguramente, a Buenos Aires ubicaciones para sitiar su catedral; no indicaré ninguna, dejando al público el cuidado de asignarle la que parezca más adecuada. Y tal vez, si algún día su problemática realización fuera hecho próximo, convendría pedir a ese mismo pueblo, en popular consulta, cuál es el lugar en la magna metrópoli donde quiere su voluntad soberana que se alce ese exponente de la fe y de la energía de la raza. Vox populi, vox dei.”

Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal revisionistas.com.ar
Turone, Oscar A. – La catedral que no fue – Buenos Aires (2023)

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