Enrique Udaondo, en su trabajo Uniformes Militares hace referencia a las bandas del ejército en los años 1830-50: “Los regimientos de la época de Juan Manuel de Rosas tenían cada uno su tambor mayor; pero entre todos lo de su clase fue célebre el de la Guardia Argentina, hombre de gran talla y que ejercía sus funciones con gallardía, conocido por “real y medio”, sujeto que hemos intentado presentar guiado por referencias verbales de personas que lo han conocido, como el general Gardenia y el doctor Pastor S. Obligado. El tambor mayor del cuerpo citado usaba un enorme morrión de pelo negro con un pompón colorado, ostentaba en su frente las iniciales del regimiento y sujetaba su morrión con una carrillera de escamilla de bronce. Vestía chaqueta corta de paño colorado con corbatín, cuello y botamangas negras; pantalón blanco con aplicaciones de trencilla colorada en su parte superior y bota granadera. En los brazos llevaba las jinetas de sargento primero, en el pecho la divisa federal y en la mano izquierda empuñaba el bastón de tambor mayor. El bastón mencionado se halla en poder de la sucesión de don Alberto del Solar. Es de madera malaca con la empuñadura y el regatón de metal dorado, aunque no conserva los cordones y borlas, tiene en sus extremidades dos pasadores. En la empuñadura ostenta la guirnalda con la leyenda “Federación o Muerte”, las iniciales “G. A.”, con un sol radiante, dos bastones cruzados y una caja de guerra. El puño del bastón es hueco y contiene municiones, las que, al agitarse el bastón, servían para acompañar los movimientos. El tambor mayor se colocaba a la cabeza de los tambores del primer batallón en formación de batalla o de columna y el manejo del bastón se hacía de acuerdo con los toques de reglamento; usaba como arma un machete. Los toques reglamentarios que debía observar el tambor mayor y los pífanos, eran: 1. Generala, 2. Asamblea, 3. Tropa, 4. Marcha granaderos, 5. Alto, 6. Retreta, 7. Banda, 8. Llamada, 9. Misa, 10. Oración, 11. Orden, 12. Fajina, 13. Diana, 14 Calacuerda, 15. Redoble de atención. Las señales que hacía el tambor mayor con su bastón eran cuarenta y una”.
Lauro Ayestarán dio a conocer un pequeño cuadernillo manuscrito con los “Toques de ordenanza” que perteneció a las tropas rosistas que sitiaron Montevideo en los años 1843-51. Estos toques están escritos para clarín liso en el que sólo se obtienen los armónicos naturales. Incluye: Atención, Diana, Generala, Llamada regular, Llamada redoblada, Tropa, Marcha regular, etc.
Posición privilegiada
En realidad, los músicos de las bandas militares gozaban de una posición privilegiada, en atención a su especialización. Si caían prisioneros no solían correr la desgraciada suerte del soldado común, que generalmente era degollado y, en el mejor de los casos, incorporado por la fuerza al ejército vencedor. Los músicos pasaban a formar parte, automáticamente, de las fuerzas triunfadoras, pero en una calidad muy especial. No sería raro que algunos integrantes de las bandas militares hayan servido varias veces a unitarios o federales, según la suerte que corrían en las batallas.
En periódicos y libros de la época, encontramos referencias a las bandas militares en la época de Rosas. Arsène Isabelle, viajero francés que visitó Buenos Aires en 1830, dice: “En la actualidad, la gente se congrega todos los domingos a la hora de la retreta, en la Plaza del Retiro para oír música del cuartel que ejecuta aires patrióticos y sinfonías con admirable ensamble…”.
“Frecuentemente hemos dado noticias de las músicas militares agregadas a los regímenes de guarnición en Buenos Aires. Estas bandas tocan con considerable gusto y pericia particularmente la de Cívicos… Hace pocas noches dos bandas salieron del Fuerte a las nueve; estos conjuntos eran la de Cazadores y la de Cívicos. La primera marchó hacia el Retiro y la segunda, precedida por el fanal globular, marchó a través de las calles hacia el Mercado, haciendo frecuentes altos para ejecutar trozos de “La Italiana de Argel”, “La Cenicienta”, “Tancredi” y otras operas de Rossini, ante numeroso concurso de público incluso un número bde damas… La banda del Regimiento de Cazadores ejecutó varias piezas de música en la tarde del domingo frente a las mansiones de los generales Martínez y Rolón. Tocó la marcha de la Batalla de Ituzaingó, pero en diferentes estilos que hemos escuchado aquí en Buenos Aires. La noche calma atrajo a numerosas damas a los balcones”. (British Packet, 26 de enero de 1833).
“La Banda de Cívicos hizo alto en la calle de la Victoria el 27 de marzo, ejecutando una pieza de música seria compuesta especialmente para la ocasión. La Banda vestía sus uniformes Turcos o a la Mameluco; el farol globular con transparencias, precedía el conjunto que era flanqueado por soldados con lámparas y bayonetas caladas. Marcharon lentamente encabezados por el tambor mayor, un hombre muy alto, que lucía muy imponente en su uniforme oriental…”. (British Packet, 29 de marzo de 1833).
Rosas gobernador
“Con motivo de la instalación de Juan Manuel de Rosas como gobernador y capitán general de la provincia, las bandas de Guardia Argentina y Patricios tocaron en el Retiro selecciones de Mozart y Rossini, en los días 20 y 21 del presente, ejecutando también la divina música del minuet del “Don Juan”. En la misma plaza, frente a las barracas de la Marina, un número de damas y caballeros valsearon. Dos niñas de alrededor de 10 años de edad, bailaron el montonero, el fandango, etc., con mucha gracia provocaron el aplauso del público que gritaba “¡otro!, ¡otro!”. Numerosos oficiales bailaron luciendo sus rojos uniformes…”. (British Packet, 24 de octubre de 1835).
“Las músicas de los regimientos se colocaron desde las oraciones frente a la casa de Policía y Justicia, trayendo a una numerosa concurrencia que aumentaba progresivamente, gustando de las brillantes sinfonías y aires militares que tocaban alternativamente. A las 8 de la noche rompió la marcha acompañada de una fuerte escolta en dirección a la casa del Restaurador donde hizo alto y tocó una serenata, después de la cual siguió por la calle de Representantes y Perú, hasta sus cuarteles, seguida de un concurso numeroso…” (Festejos en honor de Rosas realizados en 1839, después del atentado contra su vida, “La Gaceta Mercantil”, Buenos Aires, 19 de setiembre de 1839).
“Con motivo de la reelección del general Juan manuel de Rosas, los edificios públicos y la ciudad fueron iluminados en la noche del jueves, y las bandas de los regimientos de guarnición en esta capital, formadas con sus uniformes de gala, se situaron en la Calle de la Universidad, cerca de la iglesia del Colegio. Las bandas eran las siguientes: 1. Banda de Guardia Argentina, 2. Banda del 1º de Caballería, 3. Banda de la Artillería de Marina, 4. Banda de Patricios, 5. Banda de Restauradores, 6. Banda de Rebajados, 7. Banda de la Escolta”.
“Encabezaban la columna hombres que llevaban globos iluminados con carteles, y soldados con cohetes. La acompañaban un numeroso grupo de ciudadanos y oficiales montados y a pie. La señal de marcha fue dada a las ocho y media, por el disparo de cohetes. El espectáculo que ofrecía la columna con sus numerosas luces, la continua descarga de cohetes y las ejecuciones de las bandas, era muy agradable. Cruzaron la Plaza de la Victoria y por la costa llegaron a las cercanías del Retiro: pasaron la casa de Mr. Slade (cónsul de los Estados Unidos) hacia Plaza Lorea, donde hicieron alto. La Banda de Guardia Argentina marchó al frente de la iglesia de la Piedad, siendo saludada por el alegre repique de las campanas. La banda ejecutó dos piezas y luego se reunió con las otras bandas en la Plaza Lorea. Después todas marcharon hacia la residencia continuando sus ejecuciones hasta la madrugada…”. (British Packet, 7 de marzo de 1840).
Las bandas militares y el teatro
Se acostumbraba en aquellos años llevar al teatro a conjuntos y bandas militares para apoyar la acción y escenas de los espectáculos. Cuando Mariano Rosquellas estrenó su Sinfonía de la Batalla de Ayacucho, en el Coliseo de Buenos Aires (el sábado 2 de junio de 1832), hizo aparecer en escena una completa banda militar que ejecutó “el paso-doble que expresa la victoria”. También apostó en la parte trasera del teatro dos cañones que atronaron con sus descargas y una compañía de soldados que disparaban sus fusiles. Al final la banda tocaba el Himno Nacional. La ejecución de esta sinfonía duraba una hora y media.
El bailarín Felipe Catón y su esposa Carolina Rodríguez de Catón, representaron ballets y pantomimas en Buenos Aires entre 1832 y 1839. Entre estos ballets representaron el titulado, “Napoleón en el puente de Lodi”, en setiembre de 1833. En esta obra Catón apareció en escena sobre un caballo con el estandarte tricolor en la mano y seguido por sus granaderos “en estilo glorioso”, mientras una banda militar tocaba marchas. El mismo artista en “La batalla de Montereau”, puso en escena a 19 caballos, dos cañones, tropa de infantería y “toda una banda militar”.
Fuente
British Packet and Argentine News – Buenos Aires.
Arsène, Isabelle – Voyage a Bs. Ayres et Porto-Alegre……” 1830-1834 – Havre (1835).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
Todo es Historia – Año XI, Nº 133, Junio de 1978.
Udaondo, Enrique – Uniformes militares en la Argentina desde el siglo XVI hasta nuestros días, Buenos Aires
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