Nació en Madrid, España, en el año 1778, siendo sus padres Baltasar Virto y Clara Vera. No se tienen noticias de su juventud y es de presumirse que se haya incorporado a las filas patriotas después de haber servido en los ejércitos reales, como tantos otros soldados que ilustraron su nombre luchando por la libertad de la América Española.
Manuel Virto se incorporó a los escuadrones gauchos de Salta en el año 1816, después del desastre de Sipe-Sipe, según afirma el Guerrero de la Independencia Zacarías Yanzi Oro, en un informe existente en el expediente promovido por la viuda de Virto para solicitar pensión al Gobierno de Buenos Aires; siendo ascendido a ayudante mayor en junio de 1817 en el Escuadrón de Rosario de Cerrillos, que comandaba el coronel Luis Burela, uno de los más esforzados jefes de aquella falange de héroes, que por espacio de 7 años mantuvo el suelo de la Patria libre de enemigos. Burela encargó al ayudante Virto la organización y arreglo de su escuadrón, teniendo después este último el honor de ser destinado a dos expediciones a la Quebrada del Toro, en los años 1817 y 1819, ambas a las órdenes de Burela. En el rechazo de la invasión de mayo-junio de 1820, del ejército real mandado por el general Rodríguez Orozco se hizo acreedor al grado de capitán, pero a pesar de esto siguió reteniendo la ayudantía de su Escuadrón, “por la necesidad que tenía el cuerpo, por sus conocimientos y buena voluntad”, continuando así hasta el año 1824, en que por la reorganización de las fuerzas, Virto fue colocado como sargento mayor en el mismo Escuadrón del Rosario de Cerrillos, mandado ahora por el coronel Jorge Torino, recibiendo la efectividad de aquel empleo, el 25 de febrero de 1825; cuerpo con el cual hizo la campaña al Alto Perú, en marzo de este mismo año, para combatir al general Pedro Antonio Olañeta, que mantenía el pendón real en aquella región, campaña que terminó con la muerte de ese General en la acción de Tumusla, el 1º de abril de igual año, combatiendo contra una parte de sus antiguos soldados, que se le habían rebelado encabezados por el coronel Carlos Medinacelli. Después de entrar en contacto los expedicionarios con las fuerzas de Colombia, que a las órdenes de Sucre habían descendido hasta aquella región, los salteños regresaron con su gobernador, el general Juan Antonio Alvarez de Arenales, en el mes de agosto de 1825.
El día 23 de agosto, el mayor Virto solicitó al Gobierno de Salta la concesión de su carta de ciudadanía. En el expediente originado con ese motivo, su antiguo jefe, el coronel Luis Burela, informó con fecha 24 de agosto de 1825: “Que el sargento mayor Manuel Virto se ha desempeñado con la mayor exactitud y honor, dando las mejores pruebas de su adhesión a la causa general de nuestra América, y de igual modo ha sido útil en el desempeño de cuanta comisión se le confió, por su inteligencia y aptitud en el manejo de papeles”. El coronel Jorge Torino, en un informe fechado el día 25 del mismo mes, dice: “El sargento mayor D. Manuel Virto, desempeñando las funciones de sus empleos con aptitud y honrado celo, en todas las ocasiones en que se le ha ocupado en defensa de la causa de América contra el enemigo común y el orden de la Provincia, últimamente en la expedición al Perú con el Sr. General Arenales, en las que ha desempeñado sus funciones con la mayor honradez y puntualidad, por lo que ha sido acreedor a la consideración de sus jefes”. En esta campaña Virto sirvió con su escuadrón en la 1º División de Caballería.
El gobernador de Salta, general Arenales, ordenó el 29 de octubre del mismo año se le expidiese carta de ciudadanía, la que le fue extendida en aquella capital, el 10 de diciembre de 1825, después de habérsele tomado el juramento de práctica el día anterior. A las órdenes del general Paz, actuó en la batalla de Oncativo o de Laguna Larga, el 25 de febrero de 1830, ya con la jerarquía de teniente coronel. En junio de 1830 desempeñaba las funciones de jefe de la Frontera Sur de Mendoza, con asiento en el Fuerte de San Carlos, rechazando algunas invasiones de indios.
Virto siguió sirviendo en el ejército salteño hasta 1837, en que con el empleo de teniente coronel, se incorporó al Ejército de la Confederación Argentina, que a las órdenes del general Alejandro Heredia, hizo la campaña contra el general Andrés Santa Cruz. Con motivo de esta guerra, el 9 de abril de 1839, el coronel Manuel Solá, gobernador de Salta, autorizó a Virto “para personarse en la ciudad de Tucumán, exigir y dar todos los pasos precisos para que por la Comisaría General del Ejército Confederado se formen los ajustes hasta el 31 de diciembre último, a los Jefes, Oficiales y Tropa del contingente de esta Provincia, en el expresado Ejército, sujetándose a las instrucciones que recibe”.
A raíz de este cobro de sueldos, Virto fue llamado por el Gobierno de Buenos Aires para pagarle aquéllos, y estando ya en esta ciudad con los pasaportes para regresar a Salta, fue demorado con sus compañeros por orden de Rosas y destinado a servir en el Batallón “Norte”, a órdenes del general Mansila.
Con aquel cuerpo, Virto continuó sirviendo en la zona Norte de Buenos Aires y mandándolo en jefe, participó en el combate de la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845, mereciendo en el parte de Mansilla con los demás jefes, el párrafo: “son dignos del renombre de intrépidos y serenos guerreros”.
El 10 de febrero de 1846, desde el Puerto de Acevedo, el teniente coronel Virto hostilizó dos vapores anglo-franceses; y en el mismo día, el buque inglés “Gorgon” bombardeó el campo del Tonelero. Virto asistió, igualmente, a las demás acciones que tuvieron lugar en la costa del Paraná con motivo del pasaje de los buques aliados en dirección a Corrientes y de regreso de aquella provincia, especialmente en la del 4 de junio de 1846, en la que mandó el costado derecho. Estando a su cargo una batería y piquetes del batallón de San Nicolás y Patricios de Buenos Aires.
El 12 de enero de 1840 fue dado de alta en las listas de revista de la Plana Mayor del Ejército de la Provincia de Buenos Aires como teniente coronel de caballería, por orden de Juan Manuel de Rosas y a contar del 1º del mismo mes, “por haber combatido contra el tirano Santa Cruz”; figurando en la “División Norte”, hasta enero de 1852.
El teniente coronel Virto siguió prestando servicios a las órdenes del general Mansilla hasta la batalla de Caseros; retirándose después de esta acción, a San Nicolás de los Arroyos. Cuando estalló la rebelión del coronel Hilario Lagos, el 1º de diciembre de 1852, fue invitado a servir contra el Gobierno de Buenos Aires, pero de ningún modo quiso hacerlo, a pesar de que se le ofrecía nombrarlo Jefe de Estado Mayor y se le hacían otras proposiciones de importancia por parte de su íntimo amigo, el coronel Dr. Marcos Paz. Visto revistó como Jefe del 1º y 2º “Batallón Norte” hasta comienzos de 1852.
Falleció en San Nicolás de los Arroyos, siendo sepultado su cadáver en el cementerio de dicha localidad, el 23 de mayo de 1853, produciéndose su deceso en forma repentina, a la edad de 75 años. El historiador Miguel Angel Vergara, en su obra titulada “Jujuy bajo el signo federal”, dice que Virto era nervioso y locuaz.
Contrajo enlace en Rosario de los Cerrillos, provincia de Salta, el 25 de diciembre de 1817, con Trinidad Reyes, natural de aquel punto, hija de Fernando Reyes y Luisa Fernández, ambos salteños. La viuda de Virto le sobrevivió hasta el 7 de junio de 1876, en cuya fecha falleció en Córdoba.
Virto tuvo actuación muy distinguida en la guerra que sostuvo Rosas contra el tirano Santa Cruz, especialmente en las operaciones que tuvieron lugar en junio de 1838, en la zona de Tarija, a las órdenes del general Gregorio Paz. Fue destinado con las fuerzas a sus órdenes para recuperar Iruya, que estaba en poder del coronel Baña, punto que atacó Virto el 11 de aquel mes; éste tenía a sus órdenes el Batallón “Libertad”, que ocupó el centro en la línea de ataque; el de Restauradores, mandado por Esteban Iriarte; y el capitán Bernardo Lagos, con 50 infantes de Jujuy; constituyendo estos dos últimos grupos las alas de ataque. El coronel Segundo Roca, con el Batallón de Voltígeros, y algo de caballería, por orden de Virto, debía aproximarse a San Andrés, con vistas al ataque de Iruya.
Este se inició en la mañana de 11 de junio, en que entraron en contacto ambos bandos. Los argentinos arroyaron la infantería boliviana que había sido apostada en el camino por donde debían realizar el ataque los primeros. Los infantes enemigos huyeron desesperadamente a Iruya, arrojando las armas de las manos; realizando la persecución los argentinos hasta los parapetos y trincheras que rodeaban al pueblo bien fortificado. La caballería de Iriarte acabó completamente con un grupo de infantería boliviana, y llegó, como Virto y Lagos, hasta las trincheras; donde los argentinos sostuvieron un violento fuego, en el cual éstos quedaron sin municiones, por lo que debieron retirarse después de mediodía, en dirección a Humahuaca. El 18 de junio, Virto recibió órdenes de bajar hacia León.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Portal www.revisionistas.com.ar
Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).
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