Ulrich Schmidl, o Utz, como le llamaban sus amigos, nació alrededor del año 1510 en la ciudad bávara de Straubing. Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, sólo se puede afirmar con toda seguridad que debió nacer antes o, como muy tarde, hacia 1511, el año en que murió su padre Wolfgang. Ulrich Schmidl era el retoño de una de las familias principales de Straubing, que ya desde 1364 aparece en los documentos históricos de la ciudad bávara. Fue Friedrich III quien elevó a los Schmidl a la nobleza y que les permitió usar un escudo de armas: la cabeza de un toro negro con una corona dorada alrededor de las astas.
Su padre Wolfgang fue hasta tres veces burgomaestre de Straubing. Wolfgang Schmidl tuvo tres hijos. Ulrich fue el más joven, fruto de su segundo matrimonio. Friedrich, el primogénito, murió aún siendo muy joven, por lo que los derechos de herencia de su padre pasaron a Thomas, el segundo hijo. Friedrich y Thomas eran hermanastros de Ulrich.
Se desconoce la razón por la cual Ulrich dejó su ciudad natal. Como se deduce de su narración, en 1534 se encontraba en Amberes. Fue entonces cuando escuchó hablar sobre los preparativos de la expedición de Pedro de Mendoza al Río de la Plata. ¿Fueron las historias sobre las fabulosas riquezas del Nuevo Mundo las que le sedujeron al joven bávaro de unos 25 años a participar en la arriesgada empresa, o fueron sus ansias de aventuras? Nunca lo sabremos. Tomó la decisión y viajó por mar hacia el sur de España, a Cádiz. El 24 de agosto de 1535 embarcó como soldado en el barco de los señores Jakob Welser y Sebastian Neithart de Nuremberg, para hacer la gran travesía hacia el desconocido Río de la Plata.
La flota estaba compuesta por catorce barcos que comandaba el Primer Adelantado don Pedro de Mendoza. Esa expedición tenía fines muy precisos, pero a la vez, estaba basada en vaguedades, como que se proponía explorar el Río de la Plata -así bautizado expresamente- como forma de llegar a la fabulosa Sierra de Plata. Entre sus capitanes figuraban algunos con insignias de órdenes militares que habían ya acompañado a Mendoza en otra aventura, como Juan de Ayolas o Domingo Martínez de Irala.
La expedición de 1534 contaba con dos mil quinientos españoles y ciento cincuenta alemanes. Llevaban además setenta y dos caballos y yeguas, que fueron los primeros ejemplares de ganado equino que llegaron al Río de la Plata. Esos caballos fueron también los primeros que sufrieron el acoso de los indios Querandiés y sus “boleadoras”, armas indígenas que Schmidl describe como “gruesos cordeles que llevaban una piedra atada a un extremo y que lanzaban con gran pericia a las patas de los caballos, consiguiendo derribarlos”.
En el Río de la Plata, el 3 de febrero de 1536, Schmidl participó de lo que sería la primera fundación de Buenos Aires, el poblado a orillas del Río de la Plata que recibió entonces el nombre de Santa María del Buen Aire. En un pasaje de su libro, “La Admirable navegación realizada por el Nuevo Mundo entre Brasil y el Río de la Plata entre los años 1534 al 1554”, aparece por primera vez el nombre de la ciudad, escrito en fonética, “Wonass Eiress”: se trataba en realidad de un rústico conjunto de chozas con paredes de barro y techo de palmas, rodeadas por empalizadas de protección. Contaba con una “casa fuerte” para la vivienda del Adelantado, una cien habitaciones que daban cobijo a los soldados y una iglesia. Las empalizadas -según el relato de Schmidl, de “la altura de un hombre con una espada en la mano”, eran absolutamente necesarias pues los indígenas del lugar, los Querandíes, una nación de aproximadamente 3.000 hombres, fueron al principio amistosos, pero se fueron convirtiendo en un peligro constante.
El joven aventurero nunca podría haber sospechado que así comenzó un largo viaje, que duraría casi 20 años. No regresaría a Straubing hasta 1554. Era el mal estado de salud de su hermano Thomas, que muy poco después de su regreso falleció, que le hizo volver a su ciudad natal.
Durante su largo viaje por el mundo desconocido, Ulrich Schmidl visitó regiones y países que hoy en día conocemos como Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Sobrevivió a la gran hambruna de los primeros años, sed, enfermedades, cientos de escaramuzas y combates con los indios, un naufragio en la inmensa desembocadura del Río de la Plata y un sinfín de expediciones peligrosas. Utz era un verdadero soldado de fortuna, aunque, eso sí, con muchísima suerte. ¿Quien si no podría haber aguantado todas esas penurias durante casi 20 años? A su regreso a Straubing, Ulrich Schmidl rondaba los 45 años. Sus aventuras no se acabaron en el Río de la Plata. También en su Baviera natal, la vida le aguardaban muchas sorpresas y sobresaltos. Así le echaron de la ciudad de Straubing en 1562, por haberse convertido al protestantismo. Por aquel entonces ya era un importante consejero de la ciudad. Tuvo buena acogida en Regensburgo, donde pronto se convirtió en un ciudadano próspero y principal. Fue entonces cuando escribió el relato de su viaje al Nuevo Mundo, que se publicó por primera vez en 1567.
Ulrich Schmidl se casó tres veces, aunque no tuvo descendientes. Igual que la fecha del nacimiento de Ulrich Schmidl, también la fecha de su muerte sigue siendo una incógnita. Probablemente se murió al final de 1580, o a principios de 1581.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Loos , Jurgen Hans – Biografía de Ulrich Schmidl
Portal www.revisionistas.com.ar
Stürber, Dora – Ulrich Schmidl, Primer cronista del Río de la Plata
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