Nació en la ciudad de Santa Fe de la Veracruz en el año 1794. Se inició como soldado en la carrera de las armas el 1º de enero de 1812, fecha en que fue dado de alta en el Batallón de Infantería de Entre Ríos; cuerpo con el cual hizo al año siguiente la campaña de Punta Gorda, a las órdenes del coronel mayor Marcos Balcarce, desde principios de enero, hasta fines de abril de 1813; mereciendo las jinetas de cabo el día 22 de este último mes y año.
El 1º de agosto de 1814 ascendió a sargento, y el 1º de febrero de 1818 pasó al Escuadrón de “Húsares de la Muerte” con el grado de alférez; tomando parte en las campañas que sostuvo el general Francisco Ramírez contra el gobierno porteño en los años siguientes, actuando a veces como ayudante de aquel General.
Promovido a teniente el 1º de abril de 1820, lo fue a capitán el 22 de diciembre del mismo año, del Regimiento “Dragones de Entre Ríos”. El 1º de setiembre de 1821 ascendió a sargento mayor, y en junio del año siguiente se le encuentra desempeñando las funciones de mayor de plaza de la ciudad de La Bajada.
En 1823, siendo sargento mayor retirado (o en “disponibilidad”) fue designado por el gobernador, coronel Mansilla, para formar parte del “Consejo de Guerra para Oficiales de Graduación”, presidido por el comandante general, coronel Juan León Sola, y el que estaba integrado por los coroneles Felipe Rodríguez, Vicente Zapata, Fructuoso Sosa e Ildefonso Monzón, y sargento mayor Pablo Gómez. Dicho Consejo de Guerra falló la pena de muerte contra el coronel Andrés Latorre y Juan Vázquez Feijoo; la de destierro por 2 años a Ramón Olivera, y de un año a Justo Hereñú; y un año de prisión a Justo José de Urquiza; todos éstos acusados de conspirar contra el Estado.
Por un tratado ajustado entre los gobernadores de Entre Ríos y Buenos Aires el 3 de noviembre de 1823, el primero envió a la segunda provincia un regimiento de caballería mandado por el teniente coronel Andrés Morel, el que estaba compuesto por los escuadrones de línea “Húsares de la Muerte” (tapes misioneros) y de “Dragones”, mandados respectivamente por los comandantes Anacleto Medina y el precitado Morel; perteneciendo al primero el sargento mayor Narciso del Valle. El 13 de noviembre de aquel año, el comandante Victoriano Aguilar, comisionado por el gobierno porteño marchó hasta el Arroyo de la China con 5 buques, para conducir desde allí hasta la Ensenada, el escuadrón de “Dragones”; y el 26 del mismo mes, efectuada la anterior operación, marchó por segunda vez a La Bajada del Paraná, con los mismos buques y armamento, para conducir al anterior destino, el escuadrón “Húsares de la Muerte”, al que acompañaban las familias de sus componentes. Del Valle se incorporó a este cuerpo el 16 de noviembre.
Ambos escuadrones marcharon a la zona donde se concentraban las fuerzas con las que iba a iniciar su última campaña al Desierto el general Martín Rodríguez, en las inmediaciones de la Guardia del Monte en la “Laguna de las Perdices”, estancia de Antonio Dorna, donde se situó el cuartel general del ejército expedicionario. Los escuadrones entrerrianos sumaban un efectivo total de 400 plazas.
Llegaron hasta la Sierra de la Ventana, iniciándose la retirada en junio de 1824, en que regresaron a Tandil, a donde llegaron en el mes siguiente. El escuadrón de “Húsares de la Muerte” marchó a la Guardia de Kakel. Del Valle tomó parte en la campaña que realizó el Regimiento de Coraceros mandado por el teniente coronel Andrés Morel, contra los salvajes; hallándose en la acción en el Arazá, el 14 de julio de 1825, donde Morel atacó a la indiada, fuerte de 400 lanzas, y consigue ponerla en fuga en Lonas de Marín, después de dos cargas a fondo; dejando los indios 43 muertos y arrebatándoles un arreo de 20.000 cabezas, 100 lanzas, cargueros y chusma. También asistió a la segunda campaña que realizó el mismo Regimiento contra los bárbaros en la frontera, en 1826, encontrándose en la acción en los Toldos Viejos (estancia de Anchorena), el 11 de setiembre del mencionado año, bajo el mando del mismo teniente coronel, y en la cual el propio Narciso del Valle se salvó con grandes dificultades, y en la que le mataron más de 80 hombres “la más parte de los veteranos que tenía en Kakel –dice el coronel Arnold-, y se fueron triunfantes (los salvajes), llevando las haciendas y cautivas que quisieron”.
El 16 de setiembre de 1824 se había incorporado al Regimiento de Coraceros, destacado en la Guardia de Kakel, como agregado al 3er escuadrón del mismo, cuerpo que pasó a denominarse Nº 7 de Caballería en 1826, cuando se efectuó la reorganización de todas las fuerzas nacionales con motivo de la guerra con el Brasil. El 23 de noviembre de 1826 le fueron extendidos los despachos de sargento mayor del Regimiento 7 de Caballería, con antigüedad de 1 de setiembre de 1821. En mayo de 1827 pasó a guarnecer el Fuerte Independencia, y con fecha 22 de marzo de 1828 obtuvo despachos de comandante del 2º escuadrón del regimiento de referencia (1), que desde el mes de marzo del mismo año pasó a Fuerte Argentino. Fue del Valle uno de los jefes que acompañaron al Jefe del Regimiento Nº 7, coronel Ramón Estomba, en el acto de la fundación de la actual ciudad de Bahía Blanca, el 9 de abril de 1828. Se halló en el ataque y rechazo contra la división de los Pincheiras el 25 de agosto de este último año.
El 30 de enero de 1829 quedó encargado de la comandancia del fuerte Argentino (Bahía Blanca) por disposición del teniente coronel Morel, que con el cuerpo de Coraceros, la indiada del cacique Venancio Cayupan y los Boronas, se dirigió al Fuerte Independencia, donde se hallaba su jefe, el coronel Estomba; para desde allí marchar sobre Kakel, buscando la incorporación con las fuerzas del general Lavalle; pero los indígenas se sublevaron en Napostá Grande, mataron a Morel y dispersaron su regimiento, causándole más de 50 bajas. El 14 de febrero de 1829, por la noche, los indígenas rebeldes asaltaron el Fuerte Argentino, cuya guarnición se defendió bravamente rechazándolos.
Permaneció destacado en Fuerte Argentino hasta setiembre de 1829, contribuyendo de un modo particular a la defensa de aquella frontera contra los asaltos de los Pincheiras. El 28 de diciembre de 1829 (2), hallándose de guarnición en Chascomús, fue ascendido a coronel graduado, pasando en setiembre de 1830 de guarnición a Dolores. En el mismo mes del año anterior, el coronel del Valle había sido nombrado edecán del gobierno. Por esta causa revistó en la P. M. I. desde el 1º de marzo de 1830 con la nota “como empleado de edecán de S. E.” hasta el 20 de agosto del mismo año, en que fue nombrado comandante del Regimiento 1º de Milicias de Caballería.
Desde agosto de 1831 se halló en campaña contra los indios, al frente del 7º de Caballería de Campaña; acampando sucesivamente en Calcú-Calen (setiembre), Chapaleofú (octubre) y Tandil (noviembre y diciembre). El 1º y el 3 de octubre de aquel año obtuvo dos triunfos en Tapalqué contra los bárbaros chilenos. En el curso del año 1832 alternó su servicio de guarnición en los Fuertes Independencia y Argentino.
Al mando del Regimiento 5º de Milicias de Caballería de Campaña (cuyos escuadrones estaban comandados el 1º de enero de 1833 por los tenientes coroneles Juan Zelarrayán; Leonardo Mansilla, Ventura Miñana, Francisco Sosa y Pedro Burgos), participó en la Campaña al Desierto a las órdenes de Juan Manuel de Rosas, llegando hasta el Río Colorado, donde permaneció en el desempeño de sus funciones hasta los primeros meses de 1834. El 2 de agosto de este último año obtuvo despachos de coronel efectivo con antigüedad del 1º de enero de 1832.
Al ocupar Rosas el cargo de Gobernador designó al coronel Narciso del Valle para integrar su cuerpo de Edecanes; permaneciendo este último en Buenos Aires hasta diciembre de 1836, no obstante estar el regimiento cuyo mando retenía, 5º de Milicias de Campaña, en la frontera del Azul. En agosto de 1837 marchó con su cuerpo al Arroyo de la Tinta, pasando en el mes siguiente a Colouqueyú; en el curso de este año, del Valle se internó algunas leguas en La Pampa, llegando hasta el paraje conocido hasta hoy con el nombre de “Malla-Lauquén”, donde acampó con las fuerzas de su mando. Desde este punto, al frente de una pequeña fuerza de vanguardia, se internó más en el desierto, a fin de explorar los campos y batir las indiadas que encontrase en su tránsito. En su marcha llegó hasta las tolderías de los caciques Renqué, Martín, Millanguelén, Guaiquincul, Chenquejir, Guilipán, Maulín, Melincher y otros. Del Valle había recibido el 9 de diciembre noticias de que tales caciques al frente de 500 hombres de lanza, más bien más que menos, habían partido de Loocó, con intención de invadir por el Norte, llevando la dirección de Cruz de Guerra, Federación, Salto o Rojas. Los indios iban mal de caballadas, y por esa causa la invasión se hacía lenta. Iban también escasos de armas, muchos sin lanzas, la mayor parte con boleadoras.
El 16 de diciembre de 1837, al llegar el día, el coronel del Valle atacó las tolderías de los caciques antes mencionados; los salvajes que no habían sentido la aproximación y avance de las fuerzas, y que, como es de suponer, ignoraban el número de los atacantes, resistieron tenazmente y hasta con heroicidad, peleando a lanza, bala y cuchillo. Los soldados se entreveraron con los pampas, y hubo momentos en que se acometieron a puñaladas prendidos de las cabelleras de los indios. Murieron 93 de éstos, que tuvieron también numerosos heridos. Algunos que lograron escapar llevaron la triste noticia s sus caciques, que en esos momentos se encontraban en otras tolderías amigas, preparando la invasión que debían llevar a cabo al centro de la provincia, y que se les desbarató debido al inesperado ataque que les llevó el coronel del Valle. Los expedicionarios tomaron 300 prisioneros de todas edades y sexos y sus pérdidas sólo se redujeron a algunos heridos, pero no de gravedad.
También fueron rescatados todos los cautivos que gemían en aquellas tolderías. El 23 de diciembre, el coronel del Valle, comunicaba todas estas novedades al jefe de la guarnición de Tapalqué, comandante Bernardo Echeverría; y éste a su vez, el mismo día puso en conocimiento del jefe accidental del Fuerte Azul, coronel Prudencio Ortiz de Rosas (hermano del Restaurador de las Leyes).
Poco después, el general del Valle, por O. S., pasó a guarnecer la entonces Guardia, hoy ciudad de Dolores, al frente del 5º de Campaña. Fue en aquel punto donde le sorprendió la revolución del 29 de octubre de 1839, encabezada por Rico, Castelli y Crámer. Del Valle tuvo decidida participación en la represión de aquel movimiento subversivo, pero no se encontró en la batalla de Chascomús librada el 7 de noviembre de aquel año, por hallarse con su regimiento operando en aquella fecha en la región del Tandil. Rico, que era segundo de del Valle, en el 5º de Campaña, tuvo en setiembre de 1839, un altercado con éste con motivo del enrolamiento de las milicias del partido de Dolores, lo que aprovecharon los complotados para hablarlo a fin de que tomara parte en el movimiento. (3)
El 25 de diciembre de 1839 fue aceptada por el Gobierno la proposición que formuló de crear el partido de Lobería.
El coronel del Valle continuó mandando el Regimiento 5º de Campaña, con asiento en la ciudad de Dolores, donde permaneció hasta mayo de 1849, en que recibió orden de marchar a la zona de Bahía Blanca para defenderla de las incursiones de los salvajes invasores; el día 20 de aquel mes daba cuenta a la Superioridad de haber acampado en el Fuerte Independencia. Continuando su marcha, llegó a Cristiano Muerto, donde estableció su campamento, punto que ya había alcanzado a comienzos de julio. El día 25 de este mes, por la noche, el coronel del Valle se enfermó gravemente en aquel campamento. Enterado Rosas de esta novedad, ordenó que acompañado por dos de los tres facultativos que lo atendían, fuese transportado a Dolores, y si era posible, proseguir viaje a Buenos Aires. Pero cuando fue despachada esta orden, el 7 de agosto ya había fallecido el enfermo, pues el Coronel sucumbió a su grave enfermedad, a las cuatro y media de la mañana del 6 de agosto de 1849. Su segundo en el mando y reemplazante momentáneo en sus funciones, sargento mayor Juan Coello, comunicó al Gobierno tal suceso; así como también de que el cadáver del coronel del Valle había sido conducido a Dolores para ser sepultado, lo que fue aprobado por Rosas, quien ordenó al Juez de Paz del lugar se “le hagan allí funerales por cuenta del Estado”. Se casó el 26 de abril de 1823 con Tránsito Chaparro en Nuestra Señora del Rosario (Paraná, Entre Ríos). Fueron testigos del casamiento el Gob. de Entre Ríos, Gral. Lucio Norberto Mansilla, y Manuela Denis, madre de la novia.
Referencias
(1) “Por separación del de esta clase D. Vicente Ramírez que lo mandaba”, según expresa el despacho respectivo.
(2) “Al comandante de escuadrón del extinguido Regimiento Nº 7 de Caballería de Línea”, según expresa el despacho respectivo.
(3) Los revolucionarios resolvieron que el baqueano Dionisio Olivera, con una partida liviana, sorprendiera al coronel del Valle en su estancia, situada a 40 leguas de Chascomús, para capturarlo, pero no lo encontró.
Fuente
Del Valle, Prof. Sonia Erica – Comunicación personal.
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
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Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).
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