Batalla de San Pedro

Monolito emplazado en el lugar donde se prdujo la Batalla de San Pedro, el 7 de Junio de 1807

 

A fines de marzo de 1807, llegó a Buenos Aires el coronel Francisco Xavier de Elío que, según Domingo Matheu: “viene de España, muy hábil, éste estuvo en Montevideo disfrazado y dice que toda la tropa que tienen los ingleses no vale nada; que con sólo dos mil hombres escogidos se atreve a todos ellos” (1).  El mismo había sido nombrado por España como Comandante General de la Campaña Oriental.

 

Las noticias que se recibían en Buenos Aires de la Banda Oriental hizo que en la reunión de la Junta de Guerra del 2 de abril se dispusiera mandar una expedición a la otra banda para evitar la ocupación del territorio por parte de los ingleses; también se dispuso que de los noveles cuerpos de voluntarios de la ciudad se reuniera una fuerza de 500 hombres de infantería, apoyados por cuatro cañones y 2 obuses, además de todo aquel que se ofreciera como voluntario.  El mando se le entregó al recién llegado coronel Francisco Xavier de Elío.

 

La expedición debía hostigar a los ingleses y evitar que estos se adueñaran de la campaña oriental; para ello se le entregaba el mando de todas las partidas en armas que se hubieran formado, así como la caballada que hubiera en las estancias del estado, y que la mercadería inglesa que se capturase fuera considerada como botín de guerra y su valor distribuido entre las tropas expedicionarias.

 

Los efectivos varían según los autores, así tenemos que “marchó con 1.500 hombres” cita Sagui (2), o “1.000 y tantos” como dice Berutti (3).  La tercera expedición  de socorro a Montevideo quedó conformada de la siguiente manera: Comandante, coronel Francisco Xavier de Elío; Segundo Jefe, capitán de fragata José de la Corvera; Jefe de la Flota, capitán de fragata Juan Gutiérrez de la Concha.

 

Cuerpo de Arribeños o Batallón de Americanos Forasteros Voluntarios de Infantería: 2 compañías con un total de 120 hombres (4), al mando del Tte. Agustín Marquéz.

 

Cuerpo de Naturales Pardos y Morenos: 2 compañías de granaderos con los capitanes J. B. Raymond y Agustín José Sosa, con 120 hombres y 2 compañías de fusileros con similares efectivos. (5)

 

Cuerpo de Patricios: 1ª compañía del Primer Batallón a órdenes del capitán Martín Medrano, con 61 hombres. (6) y (7).

 

Cuerpo de Catalanes o Miñones, 7ma y 8va compañía con los capitanes José Grau y Juan Santos de Irigoyen con 200 hombres. (8)

 

Compañía de Blandengues de la Frontera de Buenos Aires, al mando del alférez de la Peña, con 10 hombres. (9)

 

Compañía del Regimiento “Fijo” de Dragones de Buenos Aires, al mando del capitán Nolasco Solano y 42 hombres. (10)

 

Cuerpo de Patriotas de la Unión o Voluntarios Patriotas de la Unión o Unión de Artillería de Buenos Ayres (11). 4 cañones de a 6 libras y 2 obuses de 6 pulgadas.

 

El itinerario de las tropas mandadas por el Cnl de Elío fue el siguiente: 12 de abril de 1807, se embarcan las tropas desde la Banda Occidental; 13 de abril, en horas de la mañana zarpan hacia la Banda Oriental; 16 de abril, con las primeras sombras del anochecer fondean y desembarcan en “Las Higueritas”; 17 de abril, finaliza el desembarco de los víveres y las tropas inician su marcha hacia la población de Las Víboras.  Comienza así la aproximación a Colonia

 

Recuperación de Colonia del Sacramento

 

La acción ha sido descripta por el historiador uruguayo Lic. Juan Carlos Luzuriaga (12) en los siguientes términos: “…Se acercaron sin ser descubiertos, infiltrándose entre las líneas enemigas en la noche del 20, y en el momento en que estaban listos para el asalto, a un miñón se le disparó el arma, con lo que perdieron el efecto sorpresa.  De todos modos, en un primer momento ocasionaron varias bajas a los ocupantes, pero luego los británicos lograron contraatacar, rechazaron a las tropas de Elío y las persiguieron hasta el Real de San Carlos, dejando en la acción ocho muertos, otros tantos heridos y varios prisioneros.  Los atacantes se retiraron hasta la estancia de Las Huérfanas y Elío estableció su campamento posteriormente en San Pedro, al norte de Colonia, donde procuró reunir a los efectivos dispersos”.

 

Francisco Sagui nos ha dejado (13): “Más desgraciadamente por su ineptitud y fanfarronería, su primer paso fue un imperdonable error militar.  Con la más torpe precipitación, sin adelantar espías, sin ocultar el grueso de nuestra gente, sin saber explorar el campo enemigo, y en una palabra, sin la más mínima precaución se desembarca y marcha de noche a sorprender a Pack”.

 

Domingo Matheu expresa (14): “Acabamos de tener noticias que la expedición que pasó a la otra banda el miércoles en 11 y 12 de la noche atacó a los ingleses que guarnecen la Colonia, pensando en encontrarlos dormidos; y en efecto lo habrían logrado a no ser que al tiempo de entrar se disparó un fusil y al ruido despertaron y se pusieron sobre las armas y se trabó combate que los nuestros fue menester se retirasen; aunque según escribe el general (se refiere al coronel de Elío) fue cobardía de los nuestros; pero según cartas que he visto, fue que no hubo aquellas disposiciones de un completo militar; yo creo que como era de noche y la gente no se había visto jamás en funciones, sería atribulación de unos y otros.  La pérdida nuestra es de entre muertos y heridos dieciocho o veinte.

 

Para Ignacio Núñez el accionar de De Elío mereció los siguientes conceptos (15): “…) pero nombrar y mandar en este carácter a un español con los antecedentes de De Elío, era como si se mandase una declaración de guerra a muerte contra el gobierno y pueblo de Buenos Aires”.  “…Este oficial vino de España en el año de 1807, con el título de comandante general de la campaña de Montevideo cuando los ingleses ocupaban la plaza de Montevideo y Colonia del Sacramento.  Desde su llegada se señaló por el carácter desacertado, altanero y atrevido que no cesó de ejercitar en estos países hasta hacerse un objeto de aborrecimiento universal.

 

Sería necesario escribir muchos pliegos de papel para dar una reseña de los actos indecentes y groseros que se permitió con los jefes y oficiales del ejército formado por el general Liniers, no sólo en el trato y en el servicio ordinario, sino cuando por su loco aturdimiento lo rechazaron los ingleses de la Colonia en el ataque nocturno del mes de mayo; lo batieron a los pocos días sobre el arroyo de San Pedro, y lo despedazaron en La Alameda y Residencia en la invasión a la capital por julio de 1807.  Bastará decirse que después de exponerlos a los más inútiles sacrificios, los trataba públicamente de ineptos y cobardes, llegando hasta el extremo, cuando el descalabro de la Colonia,  de desarmar varios trozos de estas tropas, formadas del vecindario de Buenos Aires, encerrándolos en un patio del cuartel general de La Calera de las Huérfanas y abocándoles dos obuses con orden de disparar al más leve movimiento”.

 

Bartolomé Mitre emite los siguientes conceptos (16): “… y se confió el mando al coronel Elío, nombrándosele comandante general de la Banda Oriental, que él prometió con la jactancia que le era habitual, redimir de la dominación extraña en podo tiempo.  Elío llegó a reunir hasta 1.500 hombres bajo su bandera, y procediendo con su atolondramiento de costumbre, pretendió sorprender la plaza ocupada por el enemigo sin hacer sobre ella un previo reconocimiento, y fue completamente rechazado por la guarnición”.

 

Vicente Fidel López (17) se ha referido a este hecho de la siguiente manera: “Pretendió (se refiere al coronel de Elío en el intento de tomar Colonia) que había sorprendido al coronel Pack, pero que sus soldados halagados con esta primera ventaja se le habían desbandado por las casas del pueblo; y que por esta falta de disciplina Pack había podido rehacerse, caer sobre los expedicionarios, y derrotarlos completamente.

 

El hecho es que esa aventura, tan absurda como todas las otras en que se tuvo la pretensión de buscar a los ingleses en campo abierto, fue causa de que se perdiese una parte interesante y necesaria de nuestros soldados”.

 

Luego de estas expresiones vertidas en algunos casos por actores presenciales de los acontecimientos, es poco lo que se puede agregar, pero a manera de resumen digamos que:

 

El intento de recuperación de la ciudad de Colonia se desarrolló en la noche del 21 al 22 de abril de 1807 y que la sorpresa se perdió a raíz del disparo accidental del arma de un soldado de la vanguardia, con lo cual se alertó la guarnición y ante la reacción de los soldados ingleses, nuestras tropas se retiraron desordenadamente, siendo perseguidas hasta las inmediaciones del Real de San Carlos.

 

Según distintas fuentes, las bajas propias fueron 8 muertos y 8 heridos.  Elío se retiró hacia el Norte, y se instaló en proximidades de la estancia “Las Huérfanas”, distante 70 kilómetros; en ese lugar trató de reorganizar a sus fuerzas al tiempo que solicitaba refuerzos a Buenos Aires.

 

Como ya hemos leído, sus reproches hacia la actitud y cualidades de sus tropas fueron poco felices, generándose tal vez a partir de estos momentos un rechazo hacia su persona que prácticamente finalizaría con su regreso a España después de 1810.

 

De regreso a su patria reinició su carrera militar, interviniendo en distintas acciones bélicas, hasta que el 4 de setiembre de 1822 fue ejecutado en Valencia por una condena que le impuso el Consejo de Guerra.

 

Es válido transcribir un documento por el que Elío se dirige a la Audiencia.  “Oficio sobre indisciplina y creación del Cuerpo de Cazadores Extranjeros en Calera de las Huérfanas el 02 de mayo de 1807 – En consecuencia de la contestación de V. A. que mi ayudante Dn. Joaquín Toledo me trajo, he hecho hoy juntar la oficialidad para leerles el aviso que se me mandaba, y que V. A. contara con esa Tropa, que unida a los refuerzos podría obrar con muchas ventajas, les exhorté y puse delante el deshonor que les resultaría de volverse a esa cuando voluntariamente venían otros Cuerpos, que hablasen a la Tropa, y que a las 4 de la tarde se formasen para hablarles yo, y saber sus disposiciones, a dicha hora, el primero que se me presentó fue Dn Juan Bautista Raymond.  Diciéndome que tenía el sentimiento de presentarme un Batallón de Ingratos, que con ningunas razones podía entusiasmarlos, que quería dejar su mando y servir de cualquier modo a mi lado, fui a hablar a los Miñones, y después de hacerles ver que V. A. no quería a ninguno de la Expon. que el que no sea capaz de defender a su Rey aquí, no lo era en ninguna parte, el deshonor que les resultaría de presentarse huyendo del peligro, cuando otros cuerpos venían voluntariamente (…) (18)

 

Refuerzos a la tercera expedición

 

Luego del fallido intento de recuperar Colonia, lo primero que hizo de Elío fue solicitar a Buenos Aires el envío de refuerzos.  La junta de guerra reunida el 25 de abril dispuso acceder a lo solicitado y ordenó que debían marchar a la otra orilla las siguientes fuerzas:

 

Regimiento (fijo) de Infantería de Buenos Aires, a órdenes del capitán José Píriz con todos los efectivos presentes en la ciudad de Buenos Aires; Tercer Escuadrón de Húsares, al mando del capitán Pedro Núñez; Cuerpo de la Marina Real, a órdenes del teniente de navío de la Corvera con 80 hombres.

 

En realidad estos efectivos se verían engrosados al momento de su partida, la que recién se verificaría en la segunda quincena de mayo.  Elío se abocó entre su desafortunada operación de abril y la llegada de los refuerzos a desmerecer como ya dijimos no sólo a sus tropas sino también, por extensión, al teniente coronel Pack.

 

Cuando se enteró que los ingleses habían saqueado la iglesia de Colonia, el 5 de mayo se dirigió a su jefe y entre otros términos le decía: “… la sangre de V. S.  y de todos sus soldados será derramada y no se dará cuartel a nadie…” (19)

 

El 18 de mayo zarparon los refuerzos para de Elío, bajo el mando del capitán José Píriz, compuestos por veteranos o voluntarios de las siguientes unidades: Regimiento de Infantería Buenos Aires (fijo), se desconocen los efectivos; Cuerpo de Patricios: 7ma y 8va compañías del 1er Batallón, con los capitanes Antonio del Texo y Andrés Patrón, el ayudante veterano Juan Manuel Hernando, el teniente José Quesada y 139 hombres. (20) (21); Húsares Voluntarios, (conocidos como Húsares de Pueyrredón), el 3er Escuadrón al mando de su jefe el Capitán Pedro Núñez, por ello conocidos como Húsares de Núñez, conformado por dos compañías con un total de 181 hombres; Cuerpo de la Marina Real, a órdenes del Tte. de navío de la Corvera con 80 hombres.

 

Proclama de De Elío

 

Luego de recibir estos refuerzos, el 22 de mayo el coronel de Elío, tratando de granjearse la confianza de sus tropas, arengó a las mismas con los siguientes términos:

 

“Soldados y hermanos míos: La suerte por medios extraordinarios me ha traído de España a tener la honra de mandaros.  Allí he meditado 24 años y hecho la guerra contra moros en Africa, contra portugueses y contra franceses, enemigo el más respetable del mundo.  Debéis pues considerar tengo algún conocimiento de ella.

 

He tenido acciones favorables, otras contrarias, he recibido en ellas dos balazos y jamás he tenido más ganas de pelear, ni más probabilidad de vencer este enemigo mandado por Jefes ignorantes de la guerra de tierra, compuesto de soldados comprados y disgustados, como lo experimentáis por su extraordinaria deserción.

 

Vosotros sois unos ciudadanos que voluntariamente estáis con las armas en la mano para defender vuestra patria, vuestras familias y la corona de nuestro Augusto Soberano que veneramos y amamos y no queréis sufrir el yugo infame de estos piratas, que se han prevalido del letargo en que estaba este pacífico y feliz país.

 

Ellos son inferiores en número por más que lo procuren aumentar, se sabe ciertamente; y no tienen recurso alguno para escapar como se los ataque con firmeza.

 

Os conduje a la Colonia a atacarla de noche para aprovecharme de su descuido y ahorrar vuestra sangre que la estimo como a la mía y ser más completa la victoria.  La suerte nos la quitó de entre las manos; pero espero será para lograrla más completa.

 

Estos compañeros valerosos y llenos de fuego que se nos ha reunido vienen a tener parte en ella ¿Rehusaréis el acompañarlos y acompañarme?  No lo puedo creer.  Dos meses solos de constancia bastan para oprimirlos o para que tengan la suerte de los de Buenos Aires.

 

Aquélla era su tropa más escogida: ya visteis lo que hicieron; considerad lo que harán éstos si tenéis valor.  Fiad pues, en mis desvelos.

 

La disciplina, soldados míos os encargo, la subordinación a vuestros jefes la que os recomiendo, sin ellas no puede haber ejércitos, ni victorias que no sean momentáneas.

 

Señores oficiales, a ustedes los hago responsables de que en esta materia no disimularan nada.

 

Ahora pues armas al hombro, ¿Juráis a Dios y prometéis al Rey defender vuestra Patria y no abandonar a nuestros jefes hasta perder la vida?.  Todos juraron y prometieron”. (22)

 

Batalla de San Pedro

 

A mediados de la segunda quincena de mayo y con las tropas de refuerzo, entre ellas la 7ma y 8va Compañías del Primer batallón de Patricios al mando de los capitanes D. Antonio del Tejo y D. Andrés Patrón, el jefe español, resolvió avanzar y enfrentar a los ingleses.  Su aproximación finalizó al alcanzar las proximidades del Arroyo San Pedro, 20 kilómetros al Norte de la ciudad de Colonia.

 

Antes de la marcha, el 16 de mayo de 1807, el capitán Antonio José del Texo, jefe de la Séptima Compañía del 1er Batallón de Patricios, comandante de las tres compañías voluntarias, dio a reconocer como Ayudante Veterano a don Juan Manuel Herrando, quien ejerció este empleo hasta que regresaron a la ciudad de Buenos Aires y que en la batalla campal de San Pedro en 7 de junio de este año, dio a conocer su valor y pericia militar. (23)

 

Juan Manuel Herrando era sargento primero del Regimiento de Infantería de Buenos Aires (fijo) y se había presentado como voluntario cuando se alistaron los refuerzos a la expedición del coronel de Elío.

 

Según surgen de los documentos consultados, fue nombrado como Ayudante Veterano por el comandante general de armas don Santiago de Liniers.

 

Alcanzada la margen Norte del arroyo San Pedro, y para aprovechar el obstáculo de consideración que representaba el curso de agua con sus orillas cenagosas y que la irregularidad del cauce le posibilitaba proteger su frente y flancos, el coronel de Elío distribuyó sus efectivos en una saliente elevada del terreno.

 

Tropas que comandaba el coronel de Elío y que ocuparon posiciones en la orilla Norte del arroyo San Pedro: Cuerpo de Patricios, 1ra, 7ma y 8va Compañías del Primer Batallón, capitanes Medrano, del Texo y Patrón, ayudante veterano Juan Manuel Hernando, teniente José Quesada. 200 hombres aproximadamente; Cuerpo de Arribeños: 2 compañías al mando del capitán de Miguel y teniente Agustín Marquéz y 120 hombres; Cuatro compañías del “Cuerpo de Naturales, Pardos y Morenos” (2 de granaderos y 2 de fusileros) a cargo del capitán A. Sosa. 240 hombres aproximadamente; Cazadores, Miñones y extranjeros (elemento de magnitud y arma desconocida); 3er Escuadrón de Húsares de Núñez, dos compañías al mando del Cap. Núñez. 181 hombres; Cuerpo de Patriotas de la Unión (efectivos sin determinar), 2 cañones de a 2 libras, 2 cañones de a 4 libras y 2 obuses de 6 pulgadas; 2da y 3ra Compañías del Primer Escuadrón de “Voluntarios de Colonia”, a cargo de Ramón S. del Pino (24) (Gobernador de Colonia) y los Cap. Pedro García y Benito Chain. 100 hombres (cantidad estimada); Grupo de “Blandengues de la Frontera”, a cargo del alférez de la Peña. 10 hombres; escapados de Montevideo y reclutados en la campaña (elemento de magnitud, arma y efectivos no determinado); Real Cuerpo de Marina (como denominación, no magnitud) a cargo del Tte. de navío de la Corvera. 80 hombres.

 

Cuando la noticia de la presencia de las tropas españolas llegó a conocimiento del jefe inglés, este se decidió a atacarlos de inmediato.  Según se interpreta de la lectura de las fuentes consultadas, los efectivos que a las 03:00 horas de la mañana Inc. Iniciaron la marcha y posterior ataque provenían de las siguientes unidades: Regimiento de Infantería 40, 6 compañías del Primer Batallón al mando del mayor Campbell, con aproximadamente 481 hombres de tropa y un total de 541; Regimiento de Infantería 95 de Rifleros, 3 compañías del Segundo Batallón disminuido al mando del mayor Gardner con efectivos aproximados a los 200 hombres de tropa; Batallón Ligero de Cazadores, al mando del mayor Trotter con efectivos aproximados a 2/3 compañías que oscilaban en 247 hombres de tropa; Regimiento de Caballería Ligero 9 de Dragones, al mando del capitán Carmichael con efectivos que alcanzaban a los 54 jinetes; Artillería Real, al mando del teniente Lewis Sheperd con 34 hombres del arma, 31 conductores y 2 cañones de 6 libras.  Los efectivos que quedaron en la ciudad de Colonia estaban al mando del mayor Piaget.

 

Los elementos ingleses para la marcha y posterior combate se han agrupado de la siguiente manera:

 

Regimiento de Caballería Ligero 9 de Dragones actuando como vanguardia.

1º Batallón del Regimiento de Infantería 40 (disminuido).

2º Batallón del Regimiento de Infantería 95 “Rifleros” (disminuido).

Batallón Ligero de Cazadores.

Batería de la Artillería Real.

 

El informe producido por el jefe inglés recoge: “…Llegamos a San Pedro a las siete (25) y hallamos al enemigo fuertemente situado en una altura, con su frente y flancos protegidos por un río profundo y cenagoso, en el cual sólo había un paso escasamente transitable, que estaba defendido por cuatro piezas  de a 6 y dos obuses… su fuerza sobrepasaba los dos mil hombres”.

 

Mientras la artillería de ambos contendientes batían distintos lugares del campo oponente, al no poder rodear la posición española, por el trazado del curso de agua, el jefe inglés debió encarar su cruce pro el único pase disponible.  Para el franqueo adoptó el dispositivo de frente de secciones y una vez en segunda orilla, hizo una conversión hacia la izquierda y lanzó un ataque frontal sobre la altura ocupada por las tropas virreinales.

 

Según el teniente coronel Pack: “Una vez efectuado el pasaje, formé las tropas y avance al ataque sin disparar un tiro.  Pronto retrocedió la caballería enemiga, pero la infantería, con mi sorpresa quedó hasta que nos aproximamos a pocos pasos, huyendo entonces en desorden, tirando sus armas y municiones y dejándonos en posesión de sus cañones y campo con un estandarte y ciento cinco prisioneros, inclusive el segundo comandante y cinco oficiales mas…si hubiésemos podido hacer pasar por el vado a nuestra caballería y a los cañones, tengo la seguridad de que hubiésemos tomado o destruido toda la fuerza enemiga”.

 

Y aquí vuelven a tomar vigencia las expresiones del coronel Juan Beverina, al decir: “No es conocida la versión oficial española del combate de San Pedro… que impide reconstruir el desarrollo de la acción mediante un cotejo de las descripciones de ambos jefes”.

 

Es probable que en su informe el jefe inglés haya magnificado su actuación; creemos oportuno para entender cómo se desarrolló el combate recurrir a un escrito sin firma fechado el 22 de julio de 1807 (26) y del que extraemos: “Con la venida (sic) (¿?) Velasco y Elío, se dispuso qe. Balbiani fuese Cuartel maestre gral, Velasco como Inspector, y que Elío pasase ala (sic) otra banda del Río…” “…Se le (sic) mandaron 200 hombres entre Marineros y Patricios, y además, el Cuerpo de Caballería de Núñez.  Con este refuerzo se adelantó hacia la Colonia, haciendo alto en el (sic). Arroyo que dicen de Sn. Pedro, 2 o 3 leguas distante de ella.

 

“A las 8 de la mañana del día siguiente al de su llegada se avistaron (sic) los Enemigos en nro. De 800. como quieren decir, que venían (sic) á atacar a los ntros. Quienes se pusieron en batalla, en cuyo (sic) orden permanecieron esperando a aquellos, qe. Con la voz (sic) de avanzar (sic) llegaron a ponerse a 30 pasos de distancia entonces Elío, que muy (sic) poco fuego quiso que se (sic), mandó disparar y atacar con bayonetas; .…..”.  Según el mismo documento: “el ala derecha compuesta por los Marineros, y la izquierda de los Arribeños, que no pudieron sostener el ataque por la excesiva desigualdad…”.

 

Es dable deducir ante esta descripción que el ataque frontal fue lanzado contra el centro del dispositivo que habría estado ocupado por los “Patricios, Negros y Mulatos…”, y que según palabras del jefe inglés, “la infantería, a mi asombro, quedó firme hasta que llegamos a pocos pasos”.

 

Poco a poco el ataque logró imponerse y al repliegue inicial le siguió una retirada desordenada quedando los ingleses dueños del campo de combate.

 

De acuerdo con el informe publicado el 10 de julio por el periódico “Las Estrella del Sur” de Montevideo sabemos que “El segundo comandante D. Juan Bautista Raymond, un mayor, dos capitanes y dos tenientes son entre los prisioneros”.

 

En el mismo documento se cita que: “las pérdidas de los españoles fueron de 120 muertos y un número grande de heridos y que el vencedor se apoderó de un estandarte, seis piezas de artillería, cerca de 300 fusiles, una cantidad de pertrechos de guerra y 105 prisioneros”. (27)

 

Murieron en combate el teniente de la 5ta Compañía del 1er Batallón de Patricios Dn. José Quesada, 10 soldados del mismo Cuerpo y 109 soldados de otros cuerpos, siendo estas las primeras bajas en combate de la joven Legión de Patricios. 

 

Las tropas inglesas tuvieron 2 soldados muertos y 20 heridos entre ellos el mayor Trotter, el capitán Willgrass y un cabo.

 

Al término del combate y al querer destruir dos carros con municiones quedaron heridos el mayor Gardner, el cirujano asistente Turner y 14 soldados del Regimiento de Infantería 95 “Rifleros”.

 

El jefe inglés regresó a Colonia del Sacramento el mismo día y procedió a redactar el informe que remitiera poco después al general Withelocke que se hallaba en Montevideo y que el 10 de junio fuera publicado en el periódico “La Estrella del Sur” de la siguiente manera:

 

“Cuartel General de Montevideo, el día 10 de Junio de 1807 – Anoche, recibió su Excelencia el teniente general Dn Juan Withelocke, un Oficio de parte del coronel Pack, comandante de las tropas británicas en la Colonia, participándole la importante y agradable noticia, de que él había obtenido una completa victoria sobre el ejército español, compuesto de más de dos mil hombres, bajo el mando del coronel Elío, fuertemente situado en el paraje llamado San Pedro.

 

“El enemigo tenía su frente, y flanco, bien asegurados por un río hondo y pantanoso y defendido por seis cañones.  Sin embargo las dificultades de la posición fueron superados por el valor de las tropas británicas, las cuales únicamente consistían en novecientos cincuenta hombres; y lograron derrotar completamente el enemigo; cuya pérdida fue de ciento veinte muertos, y un gran número de heridos, dejando en nuestro poder un estandarte, seis piezas de artillería, y cerca de trescientos fusiles con una cantidad de municiones y pertrechos, y ciento cinco prisioneros.  “El segundo comandante, Don Juan bautista Raymond, un mayor, dos capitanes y dos tenientes son entre los prisioneros.

 

“Los ingleses en este ataque, tuvieron únicamente, dos muertos y veintitrés heridos.

 

“Aunque nos pesa de añadir que el mayor Gardner, y el cirujano asistente Turner, fueron levemente heridos, por el motivo de haberse volado un carro de municiones, después que fue acabado el combate.

 

“La batalla arriba referida, y que ha sido publicada ya en la gaceta extraordinaria se hizo el domingo 7 del corriente.

 

“Nuestras fuerzas en Colonia se informaron la tarde antes de que el enemigo acababa de tomar una posición fuerte a las orillas del río de San Pedro cerca de 14 millas de la Colonia, y poco antes del amanecer se acercaron las tropas inglesas para atacarlos, descubriendo al enemigo por la luz de sus fuegos a la distancia de cerca de 5 millas.

 

“Nuestras tropas llegaron al río a las siete de la mañana, y pareciendo que no era posible pasarlo excepto en un lugar, y por algún tiempo, pasaron como lo dudaban de la manera más pronta y posible, formándose en el otro lado con determinación de acercarse al ataque sin tirar un escopetazo, lo cual así se verificó muy valerosamente y en buen orden.

 

“El enemigo parecía muy resuelto, hasta que llegaron los ingleses a distancia de ochenta varas de ellos, y haciendo una descarga general se volvieron y echaron a correr en confusión grandísima, tirando al suelo todas sus armas y vestidos.

 

“Nuestras tropas alcanzaron a los que no eran tan ligeros como los otros y se apoderaron sin dificultad de todo el campamento español.  Al destruir las municiones tomadas, uno de los cazadores tirando de una espada que echó fuego causó una explosión, por la cual estamos en la triste posición de decir que el mayor Gardner y algunos hombres recibieron mucho daño.  El teniente coronel Pack ha dado generosamente permiso a dos oficiales españoles heridos en la batalla, para volverse a Buenos Ayres; el uno el Cor. Dn Juan Bautista Raymond, y el otro el Cap. Agustín Sosa.  Los prisioneros españoles llegaron aquí ayer en un bergantín que salió armado de la Colonia.

 

“Parte de los regimientos siguientes componían las fuerzas que se distinguieron tan valerosamente en la acción, bajo el mando del teniente coronel Pack: 9 Dragones bajo el mando del Cap. Carmichael, 40 de Infantería, id. del mayor Campbell, Batallón Ligero, id. id. Gardner, Cuerpo de Cazadores, id. del Ten. Shepherd.

 

“Si hubiese sido posible a nuestros Dragones pasar el río más temprano ninguno hubiera tenido poder de escaparse”.

 

Comentarios

 

Bartolomé Mitre, haciendo referencia a la actuación del coronel De Elío luego de ser rechazado en su intento de retomar Colonia y al combate de San Pedro nos dice (28): “…Reforzado a poca distancia con nuevos contingentes, se situó en el arroyo de San Pedro, a tres leguas de distancia, y allí proclamó hiperbólicamente a su tropa que “jamás había tenido más probabilidades de vencer a un enemigo ignorante de la guerra de la tierra”.  Pack, no obstante la inferioridad del número de sus soldados, y con sólo la infantería, salió a pie de la Colonia, y cayó de improviso sobre el campamento de Elío que dormía descuidado en su necia confianza y fue derrotado completamente, sufriendo alguna mortandad, especialmente entre los Patricios, que formaban el núcleo y mayoría de su fuerza, y que fueron los únicos que hicieron alguna resistencia.  Los restos en número de 400 hombres, se trasladaron a la banda occidental y se incorporaron al ejército que se había organizado para la defensa de Buenos Aires”.

 

Juan Carlos Luzuriaga nos ilustra con los siguientes conceptos (29): “Pocos días después, (se refiere al intento de toma de Colonia por las tropas a órdenes del coronel de Elío) se produjo un nuevo combate.  En la madrugada del 7 de junio los británicos dejaron sus cuarteles en Colonia y se dirigieron en busca del enemigo.  A unos siete u ocho kilómetros de distancia descubrieron los fuegos de su campamento.  Eran cerca de un millar de hombres –compañías del 40º, tropas ligeras, carabineros, dragones del 9º- y dos piezas de artillería.  Al amanecer atacaron a las tropas, inferiores en número, que estaban desplegadas con 6 cañones en una cuchilla, teniendo frente a sí al arroyo San Pedro, con un solo paso posible.  Los británicos lo cruzaron bajo el fuego de las piezas y cargaron sobre el enemigo.  La caballería se dispersó, mientras que la infantería, con elementos de los Patricios de Buenos Aires, ofreció más resistencia al ataque.  El combate se saldó con muertos y heridos de ambos bandos, muchos más de los rioplatenses, y numerosos prisioneros tomados por los británicos, entre ellos el segundo de la fuerza, el teniente coronel Raymond.  La Estrella dio cuenta de la acción resaltando el papel cumplido por los oficiales subalternos de Pack: Gardner de los carabineros, gravemente herido en la acción, el capitán Carmichael de dragones y la artillería a cargo del teniente Lewis Shephard”.

 

De la obra del Dr. Isidoro J. Ruiz Moreno (30) tomamos las siguientes referencias: “El sorpresivo ataque de Elío durante la noche del 22 de abril, fracasó; y no obstante haber aumentado sus fuerzas con milicias orientales, el coronel Pack volvió a derrotarlo el 7 de junio en las proximidades (San Pedro).  El jefe inglés declaró en su parte que la infantería, a mi asombro, quedó firme hasta que llegamos a pocos pasos, allí fue muerto el capitán José de Quesada, al frente de los Patricios, quien combatió heroicamente y fue enterrado por los ingleses empuñando su espada”. 

 

Luego de esta derrota, el coronel de Elío solicitó y obtuvo autorización para cruzar a la banda occidental del río y una vez llegado a la ciudad de Buenos Aires, fue puesto a cargo de la división del Centro para las operaciones que tuvieron lugar en ocasión de la invasión inglesa de junio de 1807, también conocida como la segunda invasión inglesa

 

Referencias

 

(1) Domingo Matheu – Autobiografía, Biblioteca de Mayo, Senado de la Nación, Tomo III, páginas 2239 y 2240.Buenos Aires (1960).

(2) Francisco Sagui – Los últimos cuatro años de la dominación española en el antiguo Virreinato del Río de la Plata, Memorias, Biblioteca de Mayo, Senado de la Nación, Tomo I, página 61, Buenos Aires (1960).

(3) Juan Manuel Berutti – Memorias curiosas, Diarios y crónicas, Biblioteca de Mayo, Senado de la Nación, Tomo IV, página 3688, Buenos Aires (1960).

(4) José Fernández de Castro – Narración, fuente reservada.  Juan Beverina, Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata (1806-1807), Círculo Militar, Biblioteca del Oficial, página 210, Buenos Aires (1939) y Libro Colonia (copia del informe del Tcnl Pack en Orden de Batalla de San Pedro).

(5) Juan Beverina – Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata (1806-1807), Círculo Militar, Biblioteca del Oficial, página 210, Buenos Aires (1939) y Libro Colonia (copia del informe del Tcnl Pack en Orden de Batalla de San Pedro).

(6) Cornelio de Saavedra – Solicitud de certificación de servicios, Real Imprenta de los Niños Expósitos, página 6, Buenos Aires (1808).

(7) Cornelio Saavedra – Estado que manifiesta la distribución y operación de los tres batallones del Cuerpo de Patricios, en el sitio y defensa de la ciudad de Buenos Ayres atacada por un exército inglés de más de 10 mil hombres al mando del teniente general John Whitelocke, en el mes de julio de 1807 – En documento número 54 en apartado Documentos Históricos de la obra La reconquista y defensa de Buenos Aires – Ed. Peuser, ejemplar 1225, página 373- Buenos Aires (1947).

(8) Libro Colonia (copia del informe del Tcnl Pack en Orden de Batalla de San Pedro).

(9) Libro Colonia (copia del informe del Tcnl Pack en Orden de Batalla de San Pedro).

(10) Libro Colonia (copia del informe del Tcnl Pack en Orden de Batalla de San Pedro).

(11) Juan Beverina – Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata (1806-1807), Círculo Militar, Biblioteca del Oficial, página 210, Buenos Aires (1939) y Libro Colonia (copia del informe del Tcnl Pack en Orden de Batalla de San Pedro).

(12) Juan Carlos Luzuriaga – Una gesta heroica, las invasiones inglesas y la defensa del Plata – Torre del Vigía Ediciones – Páginas 80 y 81, Montevideo (2004).

(13) Francisco Sagui – Los últimos cuatro años de la dominación española en el antiguo Virreinato del Río de la Plata, Memorias, Biblioteca de Mayo, Senado de la Nación, Tomo I, página 61, Buenos Aires (1960).

(14) Domingo Matheu – Autobiografía, Biblioteca de Mayo, Senado de la Nación, Tomo III, página 2241.  Buenos Aires (1960).

(15) Ignacio Núñez – Noticias históricas de la República Argentina – Memorias, Biblioteca de Mayo, Senado de la Nación, Tomo I, páginas 425 y 426 – Buenos Aires (1960).

(16) Bartolomé Mitre – Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina – Biblioteca del Suboficial, volúmenes 108, 109, 110, Tomo I, página 140, Buenos Aires (1942).

(17) Vicente Fidel López – Historia de la República Argentina, Carlos Casavalle Editor, Tomo II, páginas 81 y 82, Buenos Aires (1833).

(18) AGN Uruguay, Sala IX 26.7.9 – Invasiones Inglesas/Correspondencia/Enero-Mayo 1807).

(19) Juan Beverina – Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata (1806-1807), Círculo Militar, Biblioteca del Oficial, página 212, Buenos Aires (1939).

(20)  Cornelio de Saavedra, fuente reservada.

(21) Juan José Viamonte – Legión de Patricios de Buenos Aires, Estado de la fuerza con que se hallaba esta Legión en los días…, y Cornelio Saavedra, Estado que manifiesta la distribución y operación de los tres batallones del cuerpo de Patricios, en el sitio y defensa de la ciudad de Buenos Ayres atacada por un exército ingles de más de 10 mil hombres al mando del teniente general John Whitelocke, en el mes de julio de 1807, en documentos número 53 y 54 en apartado Documentos Históricos de la obra La Reconquista y defensa de Buenos Aires – Editores Peuser, ejemplar 1225, páginas 371 y 373 – Buenos Aires (1947).

(22) Juan Beverina – Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata (1806-1807), Círculo Militar, Biblioteca del Oficial, página 213, Buenos Aires (1939).

(23) Juan Manuel Herrando – Certificación de Servicios, fuente reservada.

(24)Ramón S. del Pino, representación ante Francisco Tomás de Anzoátegui, desde Pueblo de las Víboras del 12 de junio de 1807, fuente reservada.

(25) Dennis Pack, Informe al general Whitelocke en Juan Beverina, op cit página 214.

(26) Escrito sin firma, del 22 de julio de 1807, fuente reservada.

(27) Juan Beverina – op cit, página 216.

(28) Bartolomé Mitre – Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina – Biblioteca del Suboficial, volúmenes 108, 109 y 110 – Tomo I, página 140 – Buenos Aires (1942).

(29)Juan Carlos Luzuriaga – Una gesta heroica, las invasiones inglesas y la defensa del Plata – Torre del Vigía Ediciones – Página 115 – Montevideo (2004).

(30 )Isidoro J. Ruiz Moreno – Campañas militares argentinas, La política y la guerra – 1º edición – Emecé Editores – Páginas 53 y 54 – Buenos Aires (2005).

 

Fuente

Díaz Buschiazzo, Cap. Marcelo – Acciones Militares del Cuerpo de Patricios de Buenos Aires en la Banda Oriental (1807-1811) – Tradinco – Montevideo (2007).

 

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