Agustín de Pinedo

General Agustín de Pinedo (1789-1852)

Nació en Buenos Aires, donde fue bautizado el 9 de octubre de 1789.  Era nieto del general Agustín Fernando de Pinedo y Valdivieso, gobernador del Paraguay en 1771 y Presidente de Charcas en 1780, siendo también hermano del coronel José María Pinedo, de dilatados servicios navales prestados al país.  Fueron sus padres Agustín José de Pinedo y Arce y Juana Albizuri y Echaurri, que contrajeron matrimonio en 1789.

Inició su carrera militar en clase de cadete del Regimiento de Dragones de Buenos Aires el 4 de julio de 1804.  Al año siguiente estuvo de observación en el puerto de la Ensenada de Barragán, mientras lo bloqueaban buques ingleses.

El 10 de agosto de 1806, los ingleses asaltaron al ejército de Buenos Aires, en el Retiro, a inmediaciones de la Capital, donde se logró rechazarlos.  El 12 del mismo mes se halló en la reconquista de la ciudad.  Tiempo después fue enviado a Montevideo, encontrándose Pinedo en el destacamento de observación de los ingleses que desembarcaron en el Buceo, a inmediaciones de Montevideo.  En la acción del 19 de enero de 1807, en la cual los británicos se apoderaron del Cordón; en la salida del 20 del mismo mes; y en el asalto a la referida plaza, el 3 de febrero del mismo año.

Regresó después a Buenos Aires y se halló en la memorable defensa del 5 y 6 de julio de 1807.  El 18 de enero de 1808 fue promovido a alférez de Dragones de Buenos Aires, ascenso confirmado por Real Orden expedida el 9 de febrero del mismo año.

Participó en el famoso Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, interviniendo en todos aquellos actos que dieron la emancipación política al Estado.

El 15 de noviembre de aquel año revista como ayudante 2º de la plaza de Buenos Aires y el 11 de mayo del siguiente, como capitán del Regimiento de Pardos y Morenos, con el que estuvo situado en el Salto Chico frente a los portugueses; sirviendo en el ejército de la Banda Oriental, desde junio de 1812 hasta febrero de 1813, y en tal carácter tomó parte en el segundo asedio de la plaza de Montevideo, asistiendo a la batalla del Cerrito, el 31 de diciembre de 1812, en calidad de edecán del general en jefe Manuel de Sarratea.

Cuando a raíz de las divergencias con el caudillo oriental José Gervasio de Artigas se produjo el retiro de Manuel de Sarratea del cargo de general en jefe del ejército de la Banda Oriental que le había sido confiado por el gobierno de Buenos Aires, el capitán Agustín de Pinedo regresó a la capital argentina en compañía de aquél, en el mes de febrero de 1813.  El 8 de abril de este último año se le encuentra revistando como edecán del Superior Gobierno.

El 9 de febrero de 1814 le fue otorgada la jerarquía de sargento mayor y designado para formar la plana mayor veterana de un escuadrón de Caballería Ligera creado en marzo de 1814 y extinguido en febrero de 1815, pero prestando servicios en este cuerpo, Pinedo fue destacado al ejército sitiador de Montevideo, cuando el general Alvear fue designado comandante en jefe, asistiendo a la toma de la plaza; y ocupada ésta, Pinedo fue nombrado sargento mayor de la misma, cargo que desempeñó a satisfacción, a pesar de lo espinoso de la comisión.  En agosto de 1814 regresó a Buenos Aires, reincorporándose al Escuadrón de Caballería Ligera, según se desprende de documentos que corren agregados a los ajustes del mencionado cuerpo (informe del Archivo General de la Nación del 17 de setiembre de 1872).

En 1815 suscribió un documento adhiriéndose a la política del director Alvear, que lo promovió a comandante de escuadrón el 18 de marzo de aquel año.  En agosto formó parte del Ejército de Observación mandado por Viamonte, que ocupó la ciudad de Santa Fe, el 25 de aquel mes; retirándose de la misma el 31.  Mandando una parte del Regimiento Nº 8, y a las órdenes de Díaz Vélez, se halló en el ataque y toma de Santa Fe, el 4 de agosto de 1816; y en la retirada realizada a fines del mismo mes, en la “que es bien notorio, los trabajos y penalidades sufridas para conseguirla”, según expresa Pinedo en una exposición de servicios del 31 de marzo de 1819.

En febrero de 1816 fue destinado al Estado Mayor General, en el cual fue Fiscal del Tribunal Militar, 1er ayudante y encargado del Departamento de Infantería; cargo que desempeñaba a fines de 1819, ya como coronel graduado, cuyos despachos le habían sido otorgados el 9 de junio de 1819.  Fue también Habilitado del Estado Mayor General antes de su extinción a raíz de los sucesos del año 20.

En abril de 1821 pasó a prestar servicios en la Inspección y Comandancia general de Armas, donde obtuvo su reforma militar el 28 de febrero de 1822.  No obstante esta situación, en junio del mismo año se le encuentra como coronel graduado del Regimiento 2º de Caballería de la Patria, comandando este cuerpo hasta fines de 1823.

Con motivo de la guerra del Brasil, el 29 de agosto de 1826 pasó a comandar el Regimiento 1º de Milicias de Caballería de Campaña, acantonado en San Fernando.  El 26 de abril de 1828 obtuvo despachos de teniente coronel efectivo con grado de coronel y comandante del mencionado regimiento, que siguió a sus órdenes hasta el pronunciamiento del 1º de diciembre de 1828.

Tomó parte en la campaña contra Lavalle, y en enero de 1829 se hallaba en las inmediaciones del Rosario en compañía de Juan Manuel de Rosas y de los coroneles Pascual Echagüe y Juan Izquierdo.  Allí se le dio el mando de la llamada “División del Norte”, con la cual asistió al combate de Puente de Márquez, el 26 de abril de 1829 y al sitio a que fue sometida la Capital por las fuerzas al mando del general Rosas.

Caído el gobierno del general Lavalle, desde agosto de 1829 se le encuentra a Pinedo mandando nuevamente el Regimiento 1º de Caballería de Campaña, teniendo en aquella época como segundo jefe al sargento mayor Bernardo González.  El 6 de octubre de 1829 obtuvo despachos de coronel efectivo y comandante del Regimiento 1º de Milicias de Caballería de Campaña.

En enero de 1830 dicho cuerpo comprendía las milicias de los partidos de Morón, San José de Flores, San Isidro, San Fernando y las Conchas (actual Tigre).  Al frente de él marchó a campaña, embarcándose el 30 de marzo de 1831 con 300 hombres del 1º de Campaña y un destacamento de “Patricios de Infantería”; incorporándose al “Ejército de Reserva” mandado por el general Juan Ramón Balcarce, destinado a operar contra el general Paz en el interior, en combinación con las fuerzas a las órdenes de Estanislao López.  La captura del general Paz el 10 de mayo de aquel año, permitió el regreso a Buenos Aires del Ejército de Reserva, que fue recibido triunfalmente el 20 de setiembre de 1831.

El 15 de diciembre de este mismo año, Pinedo fue propuesto por el gobernador Rosas a la Sala de Representantes para la alta jerarquía de coronel mayor, la que le fue otorgada el 26 de setiembre de 1832 con antigüedad del 1º de diciembre de 1828.

El general Juan Ramón Balcarce, que había sustituido a Juan Manuel de Rosas en el mando gubernamental de la provincia de Buenos Aires, “movido por la influencia absorbente de su Ministro de Guerra el general Martínez –dice Adolfo Saldías en su Historia de la Confederación Argentina-, mostró bien pronto su tendencia a independizarse del partido que lo levantó y de los hombres que lo rodeaban; y más que todo, a batir los prestigios políticos de Rosas, que era el jefe aclamado de ese partido.  Para esto se propuso crear un partido suyo que lo sostuviera, y cohonestar de todos modos la obra de la conquista del desierto.  Lo primero era, al sentir del general Martínez, necesario para impedir que Rosas volviera al gobierno; y lo segundo, para que éste no se entronizase apoyado por el ejército con que volvería victorioso”.

Y en efecto, el general Rosas, que había partido el 23 de marzo de 1833 con su “División Izquierda” para expedicionar contra los indios, no recibió el apoyo que era necesario de parte del Gobierno de Balcarce para una empresa de tal magnitud e importancia.  Ello determinó la reacción de sus partidarios, que fue encabezada por el general Agustín de Pinedo, que se puso al frente de las fuerzas conocidas bajo el nombre de “Ejército Restaurador de las Leyes”.  Iniciadas las hostilidades, después de algunos choques con las tropas “Balcarcistas”, aquellas fueron suspendidas por Pinedo, que mantuvo una conferencia con los representantes del Poder Ejecutivo, en la que exigió la renuncia de Balcarce, afirmando que la idea de los ciudadanos armados era con el fin de elevar a la Legislatura una petición para que el general Balcarce bajara del mando, siempre que su patriotismo no le aconsejara renunciar para evitar los males consiguientes.  Al día siguiente, 15 de octubre, la Comisión se volvía a entrevistar con el general Pinedo en la misma quinta, en la que tampoco se arribó a acuerdo alguno.

Ante este fracaso, se levantó la tregua y el día 20 los revolucionarios estrechaban el cerco de la ciudad, y Pinedo dirigió una nota a Balcarce apelando a su patriotismo para que renunciara a su cargo.  El general Martínez le incitó para que no renunciase y ante este resultado, Pinedo se dirigió a la Legislatura, haciendo una exposición de los hechos ocurridos desde el día 11, declarando que habiendo agotado todos los medios conciliatorios, se veía obligado a tomar la ofensiva.  Al amanecer el día 1º de noviembre los revolucionarios avanzaron por el Norte, Oeste y Sur, ocupando algunos puntos de importancia.  A mediodía el Gobernador se dirigió a la Legislatura pidiéndole consejo sobre lo que convenía hacer.  Los legisladores pidieron 24 horas a Pinedo para resolver.  El día 3 de noviembre, la Legislatura sancionó la exoneración de Balcarce y el nombramiento del general Viamonte en su reemplazo.  Pinedo fue dado de alta en la Plana Mayor del Ejército el 10 de noviembre de dicho año, con la jerarquía de coronel mayor, y el 20 de enero de 1834 fue nombrado Inspector y Comandante General de Armas.

Cuando Rosas ocupó el Gobierno en 1835, nombró ministros a: Felipe Arana, de Gobierno y Relaciones Exteriores; José María Roxas y Patrón, de Hacienda, y al general Agustín de Pinedo, de Guerra y Marina.  Este último gozó de la privanza del Restaurador a través de toda la administración de éste.  En 1839, cuando fue asesinado el Dr. Manuel V. Maza, Presidente de la Cámara de Representantes, el general Pinedo desempeñaba la vicepresidencia, quien al recibir comunicación del asesinato por intermedio del ordenanza Anastasio Ramírez, convocó a esa hora a la comisión permanente de la Legislatura, la que tomó medidas referentes a establecer las circunstancias del hecho y a la inhumación del cadáver.  En febrero de 1836 ya era Vice-Presidente 2º de la Legislatura de Buenos Aires.

Pinedo fue uno de los diputados que reeligieron a Rosas en la sesión del 7 de marzo de 1850, acordándole un voto de gracia por la forma como había gobernado hasta entonces.  Fue uno de los diputados firmantes del acta legislativa sancionada en la Cámara, el 20 de setiembre de 1851, declarando crímenes de alta traición los actos del general Urquiza y nulos los tratados que celebrase con los gobiernos de Montevideo y de Río de Janeiro.

Al aproximarse el Ejército Aliado por el Norte de Buenos Aires, en enero de 1852, el general Pinedo ocupó su puesto en el ejército de Rosas y en la batalla de Caseros (resuelta por la junta de guerra de la noche del 2 de febrero, en la que tomó parte el general Pinedo, conjuntamente con los coroneles Chilavert, Pedro José Díaz, Hilario Lagos, Jerónimo Costa, Sosa, Bustos, Hernández, Cortina y Mariano Maza, presidida dicha junta por el propio Rosas), Pinedo mandó la división de la derecha que se apoyó en la casa de Caseros, división que estaba formada por: dos regimientos de caballería, mandados por Santa Coloma y Belvis; tres batallones de infantería y diez cañones mandados por el coronel Maza, parapetados detrás de un foso y cercos de tuna, en la extensión de una cuadra hasta el palomar de dicha casa que cerraba esta fortificación.  Esta división fue atacada por la división oriental que mandaba el coronel César Díaz, por el frente y atacada por el flanco por la división entrerriana de Urdinarrain, siendo completamente batida y dispersada.  El general Agustín de Pinedo siguió a sus fuerzas en el desbande y tuvo la desgracia de morir en la retirada a causa de un ataque de insolación, el 3 de febrero de 1852, siendo sepultados sus restos en el Cementerio del Norte (actual Recoleta).

El general Pinedo en su larga actuación al lado de Juan Manuel de Rosas, además de los puesto que han sido citados, desempeñó la comandancia del Regimiento 1º de Campaña por dos veces: de enero de 1836 a diciembre de 1837, y desde enero de 1845 hasta diciembre de 1851, habiendo ejercido en el intervalo de tiempo que media entre estos dos períodos de comando del regimiento mencionado, la Inspección y Comandancia General de Armas, que continuó desempeñando hasta la caída de Rosas.

El general Agustín Mariano de Pinedo había contraído enlace con Juana Guillermina Manuela de Irigoyen y Calderón, el 19 de junio de 1811; habiendo nacido esta última en Buenos Aires, el 25 de junio de 1792, siendo hija de Manuel Mariano de Irigoyen y de la Quintana, abogado, Fiscal de las Reales Audiencias de Buenos Aires y México, y de Paula Calderón y Velazco.  La viuda del general Pinedo falleció el 23 de octubre de 1869, habiendo disfrutado de la pensión correspondiente a la alta jerarquía de su esposo desde el 31 de diciembre de 1856.

El 19 de agosto de 1938 los restos del general Pinedo fueron trasladados de la bóveda en que descansaban en el Cementerio de la Recoleta, al panteón de la Sociedad de Beneficencia de la Capital, situado en el mismo cementerio; siendo entregada la urna que los contenía por el Director del Museo Histórico, Federico Santa Coloma Brandsen, a la presidenta de la mencionada Sociedad, señora Carmen Marcó de Pont de Rodríguez Larreta; pronunciando el primero de los nombrados en tal oportunidad, un breve discurso.

Una ciudad del sudoeste de la provincia del Chaco lleva su nombre, siendo cabecera del Departamento 12 de Octubre.

Fuente

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.

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Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).

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