Después de la derrota de Tacuarembó (22 de enero de 1820), Artigas abandonó la lucha con los portugueses y cruzó el Uruguay –a mediados de febrero- concentrando su atención sobre el problema de las relaciones con la provincia de Buenos Aires, luego de que el ejército nacional había sido derrotado en la batalla de Cepeda el 1º de febrero de 1820. Mientras esperaba el resultado de las negociaciones que habían entablado Ramírez y López con el gobierno porteño, Artigas se dirigió a las Provincias del otro lado del Paraná invitándolas a entrar en la Liga Federal que ha de sellar el pacto con la capital. (1)
No descuidó sin embargo la vigilancia de la costa occidental desde Mandisoví en donde se encontraba el 22 de febrero hasta Yeruá. Encargó al comandante José López (López Chico) patrullara esa zona amenazada por los portugueses desde la costa oriental. (2) En Avalos instaló su campamento donde comenzó a reorganizar sus fuerzas con los elementos de Misiones y milicia correntina de los alrededores. (3) Gregorio Aguiar es encargado, como Comandante en Jefe, de esas fuerzas (Memorias de Cáceres).
El 16 de marzo, enterado del contenido del tratado del Pilar suscrito por Ramírez y López, con el gobernador de Buenos Aires, Manuel Sarratea, el 23 de febrero, manifestó su desconfianza al Cabildo de Santa Fe en los siguientes términos: “Jamás pudo presentarse unos resultados más desventajosos al mérito de nuestros afanes, y tan disconforme a las ventajas que nos ha brindado la suerte. Yo esperaba que por esta vez se pusiese término a la guerra civil, que cesasen las complicaciones con el Brasil y que librado el interés de la Nación a las resoluciones de los pueblos, se creyese ésta garantía en sus propios esfuerzos. Ninguno de estos principios se ha mencionado en la estipulación indicada. Todos se hallan paliados y por lo mismo es para mi juicio inconcebible como pueden esperarse felices resultados. Por mi parte hago las recriminaciones precisas a aquellos jefes, sobre la responsabilidad de los tratados. Omito las reflexiones odiosas que aparecen, pero por mi parte no perderé sacrificio, cuando media la pública felicidad. Van 10 años en que se redoblan los afanes y es lastimoso dejarlos escapar en unos momentos en que debíamos sellarlos con honor”. (4)
A Ramírez comunicó también su desaprobación por las negociaciones del Pilar y desaprobó su conducta en aquel acto, surgiendo así la desinteligencia que bien pronto los lleva a la lucha armada. A fines de abril regresó Ramírez con las fuerzas que habían actuado en la campaña contra Buenos Aires, a la villa de Paraná al tiempo que lo hacía también la escuadrilla entrerriana al mando de Monteverde. La presencia de partidas artiguistas en la costa entrerriana del Uruguay como así mismo el envío por parte de Artigas de fuerzas de caballería al mando del comandante Pablo Castro en auxilio de López Jordán que asediaba en Concepción, a Gervasio Correa, del partido de Buenos Aires, y las reuniones de Avalos alarmaron a Ramírez quien consideró sospechosos esos movimientos y atentatorios de la soberanía de la provincia de Entre Ríos. Los auxilios artiguistas fueron rechazados por López Jordán. Ramírez envió a Lucio Norberto Mansilla con instrucciones de, en unión con López Jordán, un entendimiento con Correa a fin de comprometerlo con sus tropas a la lucha contra Artigas.
Artigas por su parte estrechó sus relaciones con Corrientes y Misiones. El 24 de abril suscribió en Avalos, con representantes de aquellas provincias, un pacto mediante el cual se comprometían a sostener con todos sus recursos una guerra ofensiva y defensiva por la Libertad e Independencia. Artigas era reconocido Protector de la Libertad de la Liga y se le autorizaba a decidir de la guerra o de la paz contra los enemigos exteriores o interiores pero no podía celebrar convenios en los que no se asegurara la libertad e independencia de aquellas provincias cuya autonomía quedaba a salvo desde que ellas elegirían libremente sus gobiernos. Finalmente se estipulaba que admitirían cualquier otra provincia que quisiera integrar la Liga, bajo estos principios. El 7 de mayo siguiente Artigas impartía las órdenes para iniciar hostilidades contra Ramírez. (5) Circuló también la orden de detener todo buque que subiese por el Paraná y embargar todo lo proveniente de Buenos Aires. (6)
A principios de junio comenzaron las operaciones. El comandante G. Correa, Jefe de la vanguardia entrerriana es vencido por el Comandante General de Misiones Javier Siti en Arroyo Grande entrando luego en Concepción. Artigas por el centro de la provincia se dirigió a Gualeguay. Ramírez salió de Paraná en la misma dirección. El 13 de junio se produjo el encuentro en el arroyo Las Guachas debiendo retirarse Ramírez derrotado a Paraná hacia donde se dirigió Artigas, pero el 24 de junio Ramírez lo vence en Las Tunas, cerca de Paraná. El 25 de junio entró en Paraná donde reorganizó sus fuerzas. El 6 de julio publicó una proclama llamando a las armas contra Artigas a todos los entrerrianos y apoyado por el mayor Lucio Norberto Mansilla salió en persecución de Artigas. Se dirigió al Gualeguay y el 17 de julio en el distrito de Sauce Luna derrotaron a las fuerzas de López Chico que cubría la retirada de Artigas. Días después, el 22, Ramírez derrotó fuerzas misioneras al mando de Peru Cuti en Yuquerí y el 23 llegó a Mandisoví. Este punto estaba ocupado por el comandante Pablo Aramembí con 25 hombres y una pieza de artillería. En la madrugada de ese día, ante el avance de Ramírez, Aramembí reforzado por los comandantes Pedro Guti y Matías Abacú habían evacuado la villa. Poco después entró en ella Ramírez quien siguió en persecución de los fugitivos alanzándolos en la tarde de ese día 23 de julio en el paso del río Mocoretá donde los derrotó completamente. Siti en esos momentos defecciona de la causa artiguista enviando a Ramírez que se había detenido en Mocoretá, al cura de Asunción de Cambay ofreciendo el sometimiento de Misiones. Se llegó a la firma de un acuerdo en ese sentido. López Chico fue derrotado nuevamente en Las Tunas, costa del Mocoretá. El 26 de julio Ramírez continuó la marcha. Considerando la lucha casi finalizada después de la derrota del 23, Ramírez se separó de sus fuerzas en las puntas del Mocoretá, dirigiéndose a la Esquina a donde debía llegar la escuadrilla de Monteverde. Gregorio Píriz quedó al frente del resto de las fuerzas que debían perseguir a Artigas.
El 28 de julio el comandante Píriz sorprendió a Artigas y su escolta en Las Osamentas y entró seguidamente en el campamento de Avalos dispersándolo enteramente. El parque y demás efectos habían sido evacuados la noche anterior. Píriz marchó en su seguimiento alcanzándolo en el paraje denominado María Grande. Allí dispersó una fuerza de más de 200 hombres de caballería a los que acababa de incorporarse el propio Artigas quien logró alejarse. Píriz marchó en su persecución apoderándose de un cañón, 40 prisioneros, 20 carretas de bagajes, parque y armería, ganado, caballada y familias. A la noche se le incorporó una partida correntina comandada por Severino Casco con dos prisioneros familiares de Artigas, Monterroso y Ventura Martínez. Píriz consideró terminada la lucha y contramarchó a la Esquina donde estaba Ramírez.
Artigas se dirigió al norte hasta Yaguaretá Corá donde reorganizó un cuerpo de 600 hombres. Contramarchó hasta San Roque donde se reunió con Méndez el 6 de agosto dirigiéndose ambos hacia Curuzú-Cuatiá. Ramírez llegó a San Roque el 8 de agosto, avanzó hasta Saladas desde donde envió a Corrientes al capitán Manuel Antonio Ledesma. En Corrientes se había realizado un pronunciamiento contra Artigas. El Cabildo había entregado el mando militar a J. José Fernández Blanco quien tomó prisioneros a Campbell, Mariano Vera y J. Antonio Esteche.
Ramírez de Saladas se dirigió hacia San Miguel dispersando el 18 de agosto a más de 400 indios y 30 desertores. Mientras Artigas y Méndez se dirigieron a Curuzú-Cuatiá, Siti envió en auxilio de aquel pueblo un destacamento que se pasó a Artigas y le ayudó en el ataque a Curuzú-Cuatiá desde donde siguieron hasta las proximidades de Goya encontrándose en sus proximidades el 12 de agosto.
En Goya Artigas fue resistido y desde allí se dirigió a Misiones. Siti estaba en Asunción de Cambay y ante la aproximación de Artigas salió en busca de la incorporación de las fuerzas de Ramírez. El 14 de agosto se unió a las fuerzas del comandante Píriz en Ibabiyú, quien había contramarchado en su auxilio y juntos se dirigieron a Cambay. También se incorporaron el Comandante de Curuzú-Cuatiá y el capitán Casco. El 15 de agosto se encontraron nuevamente sobre Cambay, sitiada por Artigas y defendida por el comandante Dionisio Alarcón y 200 hombres. Artigas es nuevamente derrotado y obligado a abandonar el sitio de Cambay. Se retiró a las puntas de Mocoretá perseguido por las fuerzas entrerrianas. Siti y Píriz avanzaron hasta el Miriñay. Artigas costeó la laguna de Iberá eludiendo la persecución de las partidas de Siti. El 5 de setiembre llegó a Candelaria, cruzó el Paraná y se presentó a la guardia paraguaya de Itapuá. (7)
Referencias
(1) Oficio de Artigas al Cabildo de Tucumán. Costa del Uruguay, 18 de febrero de 1820. Oficio al Cabildo de Corrientes. Mandisoví, febrero 22 de 1820.
(2) Oficio de Artigas a Ricardo López Jordán. Mandisoví, 22 de febrero de 1820. En Hernán F. Gómez, “Artigas y los Hombres de Corrientes”, página 211.
(3) Hernán F. Gómez, “De la Revolución de Mayo al Tratado del Cuadrilátero”, página 286.
(4) Manuel M. Cervera. “Historia de Santa Fe”, T. II, página 509.
(5) Oficio de Artigas a Ramírez. Cuartel General de los Libres, mayo 8 de 1820. Hernán F. Gómez, “Artigas y los Hombres de Corrientes”, página 218.
(6) Hernán F. Gómez, “De la Revolución de Mayo al Tratado del Cuadrilátero”, páginas 289-290.
(7) Hernán F. Gómez, “Desde la revolución de Mayo al Tratado del Cuadrilátero”, páginas 296 y siguientes. Elisa A. Menéndez, “Artigas, Defensor de la Democracia Americana”, página 211.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
Lucha entre Artigas y Ramírez, Febrero-Setiembre de 1820 – Revista Histórica, Tomo LV, Año LXXXIV, Nº 163 – Montevideo (1991).
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