Nació en Buenos Aires en 1792, siendo sus padres Diego Ramírez y María Ana Ferreyra, vecinos distinguidos de la ciudad y progenitores del Arcediano de la Catedral de Buenos Aires, doctor Andrés Florencio Ramírez, quien siendo miembro del Cabildo Eclesiástico había asistido al Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, manifestando desde entonces un decidido fervor por la causa de la Revolución mantenido hasta su muerte ocurrida en 1827.
Antonio Ramírez se incorporó en clase de cadete al Regimiento de Artillería Volante, del que fue nombrado porta-estandarte el 3 de agosto de 1810; ascendiendo a subteniente de la 1ª Compañía el 3 de julio del año siguiente. Prestó servicios en esta Capital hasta julio de 1813, en que marchó a incorporarse al Ejército del Norte, donde fue promovido a teniente el 11 de junio de 1814, después de haber asistido a las batallas de Vilcapugio y Ayohuma. A comienzos de 1815, Ramírez formaba parte de la vanguardia del mismo destacada en Humahuaca, y por disposición del general Rondeau, fue ascendido a capitán el 4 de marzo del mismo año. Participó en el avance victorioso sobre Potosí y se halló en el combate de Venta y Media, el 20 de octubre de 1815, y en la batalla de Sipe-Sipe, el 29 de noviembre, en la cual Ramírez mandó dos piezas con las que ametralló al enemigo.
En marzo de 1817 llegó a Buenos Aires con licencia del Ejército del Norte, y el 12 del mismo mes le fueron extendidos los despachos de capitán con antigüedad del 4 de marzo de 1815, y el 15 del mes siguiente se le reconoció tal jerarquía en el Regimiento de Artillería de la Patria, siendo incorporado a este cuerpo, en esta Capital, el 3 de enero de 1818, fecha en que dejó de pertenecer al Ejército del Norte, del cual se hallaba ausente con licencia desde marzo del año anterior.
El 5 de setiembre de 1818 fue nombrado edecán del Soberano Congreso y el 22 de enero de 1819 fue destinado al Ejército de Observación sobre Santa Fe mandado por el general Viamonte. El 9 de marzo de 1820 fue graduado sargento mayor de la Brigada de Artillería y el 4 de mayo del mismo año, Ramírez era ayudante del coronel Holmberg en la mesa 1ª de Artillería e Ingenieros. Fue uno de los firmantes de la solicitud dirigida el 22 del mismo mes de mayo, al general Soler pidiéndole que retirase la renuncia que había presentado de jefe del ejército.
Cayó prisionero de los santafecinos en el Pergamino, en julio de 1820, siendo libertado por Obando a fines del mismo mes. Revistó en el Estado Mayor de Plaza desde el 1º de octubre de 1820, figurando al mismo tiempo agregado al Batallón de Artillería; encontrándosele empleado en la Maestranza del Ejército en abril de 1821. El 22 de noviembre de este mismo año “pasó a la Marina”, según expresan las listas de revista del Estado Mayor de Plaza, en las que dejó de figurar. Incluido en el decreto de reformados del 28 de febrero de 1822, continuó revistando en el Batallón de Artillería hasta el 8 de agosto del mismo año, en que fue dado de baja de dicho cuerpo.
El 5 de octubre de 1829 obtuvo despachos de teniente coronel de artillería con grado de coronel, con antigüedad del 24 de junio del mismo año, “siendo sargento mayor graduado de la misma arma reformado”; y el 28 del mismo mes y año fue nombrado comandante del 1er Escuadrón del Regimiento 2º de Caballería de Campaña, con grado de coronel. Había servido en el Ejército Restaurador contra Lavalle en la campaña de 1828-29, siempre en la vanguardia del mismo “con acreditado valor”. El 2º de Campaña estaba destacado en la Villa de Luján.
A comienzos de febrero de 1831 se incorporó al “Ejército de Reserva”, que al mando del general Juan Ramón Balcarce fue destinado a operar contra el general Paz; regresando de aquella campaña el 20 de setiembre de igual año. Recibió la efectividad de coronel del 2º de Campaña, el 15 de diciembre de 1831.
En un gran incendio que hubo el 6 de febrero de 1832 en un depósito de aguardiente en la calle Rivadavia (entonces llamada de “La Plata”), el coronel Ramírez, a la par de otros jefes del ejército y civiles, tuvo un comportamiento distinguido que le valió felicitaciones de la Superioridad.
Al frente de su regimiento tuvo participación activa en la expedición al Desierto, a las órdenes del general Juan Manuel de Rosas, incorporándose en marzo de 1833 a la “División Izquierda”. El coronel Ramírez comandó en el curso de la campaña el Regimiento 1º de Infantería (Patricios), fuerte de 365 plazas, con el cual llegó hasta las márgenes del Río Colorado, e Isla de Choele-Choel. Durante un tiempo estuvo encargado del Estado Mayor de la columna expedicionaria (de la División de Vanguardia). Terminada la campaña, en febrero de 1834 regresó a Luján, reasumiendo el comando del escuadrón de carabineros del 2º de Caballería de Campaña, cuerpo del cual fue nombrado coronel-jefe por despachos del 4 de junio de 1834.
Cuando el general Paz fue trasladado de la cárcel de Santa Fe al Cabildo de Luján, el 20 de setiembre de 1835, el coronel Ramírez fue a cargo de la escolta que iba a custodiar al prisionero, el que fue recibido en aquella fecha en la estancia de Acevedo, en la margen S. del Arroyo del Medio.
En tránsito a la Villa del Luján, el carruaje que lo conducía a Paz como prisionero hizo un alto en la Hacienda de Figueroa. El propio Paz en sus Memorias da cuenta de este suceso:
“Esa tarde llegamos a casa de un Figueroa, gran amigo de Rosas, según supe después, e inmediatamente me alojaron en una pieza aislada, donde se colocaron centinelas dobles, y se tomaron todas las precauciones. Ramírez entraba a cada momento en mi alojamiento, que fue también el suyo, y viendo llegar una carreta con mujeres, me dijo que esa noche había baile en la casa, pero eso, ¿con qué motivo particular? Creo que el verdadero fue mi venida, y el deseo innoble de mortificarme. Al estar cenando vinieron a cantar a la puerta una canción de esas que acostumbran, en que no se respira sino sangre y carnicería; al concluir dieron las vivas y mueras de regla, lo que tomé y tengo hasta ahora por un verdadero insulto, que quiso hacérseme. Ramírez se disculpó como pudo y al día siguiente continuamos….”
Al llegar a Luján el 23 de setiembre, la custodia del prisionero quedó a cargo del coronel Ramírez, jefe de aquella guarnición, quien tomó una minuciosa filiación del general Paz, la que se halla en el museo de aquella ciudad. Ramírez pasó tiempo después al cantón de la “Barrancosa”, próximo a Luján, desde donde debió rechazar algunas invasiones de los indios.
En el segundo semestre de 1837 debió salir a operar contra éstos en la zona de Bahía Blanca, rechazando el 2 de octubre en el Pozo del Indio, en las proximidades de aquel lugar, una fuerte invasión de indios chilenos, hecho de armas por el cual Rosas le otorgó una medalla de oro conmemorativa del mismo. En los días 16 y 22 de enero de 1838, sostuvo violentos combates en aquella zona, contra los salvajes. En el mes de junio de ese mismo año, realizó una expedición contra el cacique Rondeau, en la Sierra de Curumalán, en Los Toldos. Poco después pasó de guarnición a la Guardia de Luján (hoy Mercedes).
El 6 de agosto de 1839 sostuvo con su regimiento un tiroteo contra fuerzas fluviales antirrosistas que surcaban el Paraná, época aquella en la cual el coronel Ramírez ejercía el cargo de Comandante en Jefe del Departamento del Norte. Su conducta con ciudadanos franceses motivó que el cónsul de esta nacionalidad, al presentar un ultimátum al encargado de la Relaciones Exteriores de la Confederación, exigiese en una de sus cláusulas la destitución del coronel Ramírez.
Cuando estalló la Revolución de Sur, en 1839, el coronel Ramírez se hallaba situado con una respetable división, sobre la chacra de Ramos, en el río Matanza, listo a intervenir en la campaña, pero la batalla de Chascomús librada el 7 de noviembre, terminó con el movimiento antirrosista, en aquella zona del país. El 8 del mismo mes con su división, fuerte de 1.300 hombres, pasó por el pueblo de San Vicente. Después marchó para la boca del río Salado.
A comienzos de abril de 1840, el coronel Ramírez se incorporó al ejército del general Echagüe, con una fuerte columna de 1.200 hombres de caballería e infantería enviada por Rosas, en la provincia de Entre Ríos, asistiendo al combate de Don Cristóbal, el día 10 de aquel mes. Pero habiendo tenido varios desagrados con aquel General, Ramírez aprovechando la noche oscura del 2 de julio de 1840 y con viento favorable, se embarcó por La Bajada en una chalana para trasladarse a Santa Fe, y de allí a Buenos Aires. En el tránsito por el Paraná fue descubierto por una ballenera de la corbeta francesa “Expeditive”, que lo persiguió y dándole alcance, se trabó una lucha entre Ramírez y seis asistentes que le acompañaban, y los tripulantes de la embarcación extranjera, dando por resultado el abordaje de la chalana y la prisión del Coronel, cerca de la costa. Los soldados pudieron llegar a tierra y escapar.
Ramírez se conservó prisionero en un buque de guerra francés, obteniendo la libertad cuando se firmó la paz con Francia.
El coronel Antonio Ramírez falleció el 3 de febrero de 1843 en Buenos Aires, a la edad de 50 años. Era hermano del coronel Manuel Ramírez, que fue jefe de la artillería del Ejército del Norte en la guerra de la Independencia.
Había contraído matrimonio en la Catedral al Norte de esta Capital, el 20 de junio de 1820, con Justa Rufina Herrero, hija de Francisco Cayetano Herrero y María magdalena de Castro.
En nota del 17 de febrero de 1843, el Presidente de la Honorable Sala de Representantes, Miguel García, decía a la viuda de Ramírez: “Y la Patria que ha perdido hoy uno de sus fieles hijos, hará siempre aquel recuerdo también honroso a que se ha hecho acreedor el coronel Ramírez por su acendrada lealtad a la sagrada causa de la Federación”.
Ramírez era poseedor de una estancia importante situada a 3 leguas de la Villa del Luján. Manuel Alcorta, ex gobernador de Santiago del Estero en 1830 y hermano del fundador de Moreno (Pcia. de Buenos Aires), compró en 1836 a Pedro Rodríguez, una estancia, según la mensura de don Manuel Eguía trazada en ese año. Lindaban estas tierras con las de Alvarez y las del Estado, que fueron luego de Amancio Alcorta. El 14 de Agosto de 1841 vendió este establecimiento situado en el “Paso del Rey” al coronel Antonio Ramírez.
La viuda del coronel Ramírez contribuyó muy especialmente a las obras del Pueblo de Moreno. Al fallecer, heredaron sus bienes sus hermanos Josefa Gregoria y Angel María, éste último casado con Doña Ramona Medrano. Como estos esposos habían fallecido por entonces, sus hijos Angel, Federico Carlos, Carlos Ernesto, Angela Edelmira H. De Agrelo y Elena Cupertina H. De Puig, se hicieron cargo de la herencia paterna.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Ocampo, Juan Carlos – Orígenes Históricos de la Ciudad y Partido de Moreno (1860-1910) – Buenos Aires, Imprenta López; 1964.
Paz, Gral. José María – “Memorias póstumas” – Biblioteca del Suboficial, Campo de Mayo (1951).
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Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).
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