Nació en Tarragone, España, el 26 de mayo de 1790. Cuando cumplió trece años fue enviado a Madrid, a cursar matemáticas a la Universidad de Alcalá de Henares, fundada por el cardenal Cisneros, tres siglos antes. A los dieciocho años, en 1808, se trasladaba de Madrid con 100 hombres reunidos en el camino, a Zaragoza, para ponerse a las órdenes de Palafox en la defensa inmortal de aquella ciudad contra los franceses invasores. Allí fue destinado como teniente de cazadores Walones y agregado al servicio de ingenieros, pero aprovechando el heroico defensor los conocimientos matemáticos adquiridos por Senillosa, dispuso que fortificase el castillo de Alfageria, que había sido morada de los reyes de Aragón y que Felipe V convirtiera en fortaleza. El sitio duró cuatro meses y la plaza debió capitular, como Sagunto contra los cartagineses y como Numancia contra los romanos, evidenciándose una vez más el valor de la raza hispana. Felipe Senillosa prisionero, fue remitido por los franceses a Nancy (1). Cuando recuperó su libertad, sus paisanos lo repudiaron porque ya no sustentaban las convicciones políticas de otrora y porque se había debilitado su adhesión al régimen imperante en la Península. Regresó a Francia en 1813 y se incorporó a las águilas imperiales, efectuando la campaña el Norte. Peleó en Silesia y en Alemania, así como en Sajonia y Holanda. En 1814 regresó a España y lo motejaron de “el afrancesado”, siendo estrechamente vigilado, como si fuera un espía. Nadie pensaba en utilizar sus ricos conocimientos militares y matemáticos, adquiridos en costosa experiencia y áspero trajín y se vio obligado a emigrar, dirigiéndose a Londres, en 1815, donde conoció a Rivadavia, Sarratea y Belgrano y desde aquel momento empezó a interesarle la causa emancipadora de Sud América, decidiendo su viaje a Buenos Aires, donde esperaba que sabrían valorar mejor sus amplios conocimientos; cambiando de horizonte, cambiaría de espíritu y el recuerdo de las memorables batallas napoleónicas de: Katzbach, Leipzig, Arnheim, Hanau, Lutzen, Vurtzen y Bautzen, a las que había asistido, permanecería del otro lado del hosco Mar Atlante.
Llegado a Buenos Aires, el Directorio lo designaba con fecha 3 de febrero de 1816, Director y Preceptor de la “Academia de Matemáticas” y siete meses después, director de todas las academias establecidas en Buenos Aires. El 12 de junio de 1817 elevó al gobierno un sucinto Plan de Educación, que aquél agradeció a su autor por el loable celo con que se contraía a promover la primera y preciosa educación. Fundó también en aquella época un periódico que tituló: “Los Amigos de la Patria y de la Juventud”, destinado a defender los intereses de la instrucción pública. Fue miembro de la “Sociedad del Buen Gusto del Teatro” (para la que fue nombrado el 30 de octubre de 1817). Cuando en el año 1821 se instituyó en el gobierno del general Martín Rodríguez, la Universidad de Buenos Aires, Senillosa figuró entre los primeros profesores con rango directivo.
El 31 de enero de 1818 fue nombrado miembro de la comisión de caminos. En 1820 publicó un Tratado Elemental de Aritmética. El 25 de junio de 1821 se le nombró catedrático de Geometría Descriptiva y sus aplicaciones, en la Universidad. El 24 de setiembre de 1824 fue nombrado para formar parte de la Comisión Topográfica de la Provincia de Buenos Aires, junto con Vicente López y Avelino Díaz, catedrático de ciencias fisico-matemáticas el último, y Senillosa, Prefecto de Ciencias Exactas.
En 1825 formó parte de una comisión en la que figuraba Juan Manuel de Rosas, para trazar la línea de fronteras exterior al Tandil, recientemente poblado por el general Rodríguez, comisión en la cual actuó también el coronel Juan Lavalle. El 26 de junio de 1826 fue nombrado primer ingeniero del Departamento Topográfico y dos años después, Presidente del mismo, con fecha 10 de enero de 1828. En los comicios electorales del 22 de julio de 1827, Senillosa fue elegido para ocupar una banca de diputado en la H. Sala de Representantes.
En 1832 fue elegido diputado a la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, siendo reelegido al terminar aquel período. En 1838 fue designado nuevamente Presidente del Departamento Topográfico. Más tarde volvió a ser diputado, cargo que ejercía en diciembre de 1849. Por treinta años consecutivos, Senillosa es el consejero técnico de cuanta misión útil se constituye en el país para ejecutar obras de provecho. Publica en 1817 una “Gramática Española”; redacta una “Memoria sobre pesas y medidas”, que Juan Manuel de Rosas reglamenta para uso en el país; con Lahitte y Anchorena contribuyó a especificar las atribuciones del Ministerio de Pobres y Menores; proyecta construir un muelle sobre la rada de Buenos Aires; elige los planos para edificar la Nueva Aduana en el antiguo Fuerte y dirige la ejecución de las obras, cumplimentando esta ímproba tares sin remuneración de ninguna clase, estimulado solamente por su profundo deseo de ser útil a la sociedad en cuyo seno vive con ese afán de minero que cuenta sus años por el número de las obras ejecutadas, que son como el desquite póstumo de estas vidas extraordinarias, ante el silencio involuntario y obstinado de la posteridad.
El 25 de abril de 1837 fue admitido como socio correspondiente de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. El 26 de agosto de igual año fue nombrado miembro de una comisión, conjuntamente con el doctor Eduardo Lahitte y Nicolás Anchorena, para presentar un reglamento que especificase las atribuciones del Ministerio de Pobres y Menores. En enero de 1839 fue designado miembro del Tribunal de Recursos Extraordinarios, y por impedimento del Ministerio Fiscal y de la Presidencia del Dr Lahitte, desempeñó las funciones del presidente del referido Tribunal. En 1842 formó parte de la Comisión de Hacienda de la Sala de Representantes. En 1844, fue nombrado miembro de la Sociedad Real de Anticuarios del Norte. En 1852 ofreció al gobierno sus servicios en la Guardia Nacional como ingeniero militar. El 18 de diciembre de 1853 fue nombrado miembro de la Comisión Filantrópica, y el 28 de abril de 1854, miembro de la comisión encargada de presentar las medidas necesarias para el arreglo de las tierras.
Desde el Directorio hasta Caseros compartió todas las vicisitudes argentinas, favorecido por una salud que la muerte tardó en quebrantar a los 68 años, pues falleció en Buenos Aires, el 20 de abril de 1858.
El 26 de julio de 1855 había sido nombrado miembro del Consejo consultivo del Gobierno; el 8 de junio de 1856, elegido miembro de número del Instituto Histórico-Geográfico del Río de la Plata, y en diciembre de 1856, Ingeniero Inspector del Departamento Topográfico.
Contrajo matrimonio con Pastora Botet. Rosas le dispensó permanente amistad por el esfuerzo admirable de su espíritu bien templado y de su indiscutible capacidad para el desempeño de los puestos públicos.
Referencia
(1) Mientras estuvo prisionero, Senillosa escribió en Francia un Tratado de Mnemónica o Arte de fijar la memoria, que se conserva inédito en poder de la familia.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.
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Yaben, Jacinto R. – Biografías argentinas y sudamericanas – Buenos Aires (1939).
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