El 2 de Marzo de 1782 nació en la ciudad de Buenos Aires Juan de Dios Madera, hijo de Tadea Terán y de Pedro Madera. La adolescencia la viviría en los claustros de aquel señorial y antiguo Colegio de San Carlos, orgullo de la Buenos Aires colonial. Sus estudios comenzaron con el aprendizaje del latín, que daría solidez a su cultura; luego el conocimiento de la filosofía, que facilitaría la flexibilidad dialéctica de su inteligencia.
Posteriormente es hacia la medicina donde se orientaría la predisposición del joven Madera. El 2 de marzo de 1801 se iniciaron los cursos de la cátedra de anatomía y cirugía; y entre el alumnado primigenio estaba él. Un año después, también en marzo, al comenzarse la enseñanza de la medicina, con la competente dirección del autorizado doctor Cosme Argerich, el novel estudiante encauzaba sus entusiasmos al doctorado de esa asignatura.
Durante las Invasiones Inglesas, en el torbellino de los acontecimientos, entre esa heroicidad nueva de los habitantes, en el extraño ruido de las fusilerías y cañones, los jóvenes practicantes de la Escuela de Medicina ensayaron la humanitaria misión, en las inolvidables jornadas del 12 de Agosto. Y más tarde, ante la insistencia del invasor, estando la ciudad ya reanimada con su guerrero coraje, esos mismos practicantes, en los combates del 2 y del 5 de Julio, obtendrían su recompensa en el elogio unánime del pueblo y en la admiración incondicional de las autoridades. Juan Madera formaba en ese grupo selecto.
A comienzos del año 1808, poco tiempo después de haber obtenido su título de médico, es honrado con la designación de Cirujano del Regimiento de Patricios.
Fue uno de los promotores de la Revolución de Mayo y precursor de nuestra libertad, tomando parte en los trabajos que la prepararon e hicieron triunfar con ciudadanos tan eminentes como Rodríguez Peña, Belgrano, Chiclana, Vieytes, Alberti, Paso y tantos otros ilustres que tanto respeta y admira su posteridad.
La víspera del 25 de Mayo temblaba el pueblo porque ya se ahogaba la impaciencia; la noche del 24 el rumor alcanzaba una extraña resonancia de vendaval y las manos febriles ponían las rúbricas categóricas y viriles en los pliegos de la Representación Popular. Era el endoso del pueblo para crear esa nueva modalidad criolla. Entre las firmas de Martín Rodríguez, Ortiz de Ocampo y Alvarez Thomas y de cien más, está la de Juan Madera. Testimonios de una voluntad firme que en instante de urgencia crearon a nuestra patria.
Como una reafirmación de los principios mayos la Junta dispuso el envío de una expedición de auxilio a las provincias interiores a órdenes del coronel Ortiz de Ocampo. Al mando de la sanidad militar estaba el Dr. Madera, como médico cirujano del ejército libertador. Era el primer médico criollo de la sanidad del primer ejército revolucionario en campaña. En un gesto que lo enaltece, Madera ofrece parte de su sueldo para sostener la campaña libertadora de ese ejército.
Antes de partir dejó un poder especial para contraer enlace con Juana Rosa Rocha, ceremonia que se realizó en la iglesia de la Merced el día 14 de Agosto de 1810. Dicho casamiento fue ratificado por los contrayentes el 5 de Octubre de 1811.
El Dr. Madera prestó servicios relevantes en Oruro donde permanece hasta Abril de 1811, fecha en que se trasladó al Cuartel general de La Laja. Después la sorpresa ingrata de Huaqui y su retorno a Buenos Aires.
Luego se suceden los nombramientos. Su actividad era infatigable y completa. En Abril de 1812 se le designa médico del hospital Bethlemítico, juntamente con el desempeño de médico “en comisión” en el Regimiento de Granaderos a Caballo. Después, en Diciembre de ese mismo año, cirujano del Estado Mayor de la Plaza de Buenos Aires. Y en Abril de 1813 el gobierno en una justa y cabal designación nombró a Madera Director de la Escuela de Medicina y Cirugía.
Su condición de profesional inteligente y decidido le obligaba a una tarea agobiadora. A su nombramiento de Mayo de 1813 como Médico de Sanidad del Puerto, le sigue como médico del Regimiento de Cazadores, en Enero de 1814, hasta que el Director Supremo premia su extraordinaria actividad designándolo médico de su escolta, constituida por soldados del Regimiento de Húsares.
Su foja de servicios es brillante. En Agosto de 1816 es nombrado nuevamente médico de la Sanidad del Puerto; y en Noviembre de este mismo año forma parte, “en comisión”, del Cuerpo de Inválidos. Posteriormente y como una reafirmación a sus merecimientos es designado con el honroso cargo de médico cirujano del Exmo. Cabildo y de la Morgue de la Cárcel. En Mayo de 1817 asume como primer médico de la Casa de Niños Expósitos.
El doctor Juan Madera vio de cerca la marcha de la patria, y de cerca cooperó en un sitio de honor. Silenciosa fue su obra, llena de merecimientos. No fue actor de primera fila porque era apolítico. Pero desde su sitio llegaba siempre a tiempo para cumplir su obra.
La viruela atacaba a Buenos Aires, sin piedad. Hacía estragos entre la población indefensa, especialmente en los niños Madera no pudo permanecer indiferente frente a ese dolor que se ensañaba con los habitantes. Durante varios años, utilizando momentos de sus ocupaciones y de sus descansos, se dedicó con especial empeño, al estudio de ese problema, doblemente interesante desde sus puntos de vista científico y humanitario. Fue tanta su dedicación y empeño que el Gobierno lo nombró en Octubre de 1821 Administrador en el Instituto de Vacuna, cargo que Madera retuvo hasta el final de sus días.
Fueron tantos sus méritos, que la Real Sociedad Janneriana de Londres le confiere el título de socio correspondiente.
En Abril de 1822 forma parte de los 15 académicos fundadores de la Academia de Medicina, creada por el general Rodríguez en Agosto del año anterior e inaugurada el 18 de Abril de 1822.
Juan Madera habría de coronar su vida con episodios que demostrarían la vastedad de su misión humanitaria y el insistente anhelo de ofrecer su ayuda incansable y valiosa. El 25 de Marzo de 1825 fue nombrado primer catedrático de Materia Médica y Patología. Y recién cuando es habilitada en Diciembre de 1827 esa cátedra, por decreto del 24 de ese mes, nuevamente es designado profesor de esa asignatura.
Este abnegado ciudadano falleció de manera repentina en Buenos Aires el 13 de Marzo de 1829, siendo sepultados sus restos en el cementerio de la Recoleta.
Esta es la vida de Juan Madera, médico del primer ejército criollo, que acompañó a la Patria en las horas gloriosas de su iniciación. Esta es la vida de un prócer anónimo que alcanzó la cumbre, dignificó su existencia con una acción constante y humana y formó parte de aquellos visionarios de nuestra grandeza y de nuestra virtud; arquetipos de héroes civiles que lo dieron todo pensando en el futuro, como una contribución magna hacia la argentinidad.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Evaristo Ramírez Juárez – Próceres Olvidados (1945)
Gabriel O. Turone – Dr. Juan Madera, Médico de la Patria
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